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Leyendas de espantos y almas en pena en barrios de la Costa

Son muchos los relatos de espantos contados en varios barrios de la ciudad y la Costa.

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Todo barrio en la Costa posee alguna historias de espantos que recorre sus calles durante la oscuridad de la noche, donde algunos testimonios inquietantes dicen que estos espectros no son leyendas urbanas, sino que son terroríficas, almas en pena que desde el pasado están aterrado a las personas aprovechando los momentos escalofriantes en soledad de sus víctimas para manifestarse con sus apariencias horripilantes y sus escalofriantes.

Historias traídas desde la oscuridad infernal del más allá, afirmando estás personas que cualquiera puede tener la posibilidad de encontrarse con estos espectros ambulantes tanto los que andan tarde en la noche o hasta los que ahora mismo leen este artículo en la intimidad de sus espacios.

Como padre del periodismo paranormal de la Costa he recopilado muchas historias de estos espantos antiguos y modernos que se han mencionado una y otra vez en nuestra oralidad referentes a barrios y casas, donde a continuación para nuestros apreciados y fieles lectores de nuestra sección Misterio, expondré las historias de algunas de estas almas en pena con los testimonios escalofriantes de la personas que tuvieron la desgracia de encontrarse con ellas.

EL NIÑO NEGRO DE LA CALLE

Desde el pasado en muchos barrios antiguos y modernos de la Costa se cuenta de la aparición de un niño siniestro con la piel negra como un carbón y los ojos rojos como el fuego que durante altas horas de la noche, en muchos barrios aparece jugando o tocando la puertas de las casas esperando que alguna persona inocente de su naturaleza fantasmal salga para verlo como fue el caso de Manuel Taborda en el barrio Camelot, de Soledad.

“A mí se me apareció y quedé marcado, una noche del mes de noviembre del 2016 estaba realizando un trabajo en computador, eran las 10:45 de la noche, cuando de pronto tocan la puerta de mi casa de una manera burlesca, salgo y no había nadie, de pronto tocan otra vez, furioso salgo y veo que en la casa de al lado había un niño moreno riendo, escondido de espalda”, dijo.

Manuel, cuenta que salió diciéndole grosería al niño pero éste no volteaba hasta que lo cogió por un hombro y le dio la vuelta para verle la cara, relata que se le bajó la presión cuando vio que tenía una sonrisa con dientes afilados y ojos pequeños rojos.

“Corrí a mi casa olvidando cerrar la puerta y me encerré en el cuarto de pronto escuché que tocó la puerta y dijo con voz ronca: ¿No quieres verme otra vez?”, agregó. Taborda confiesa que no abrió la puerta de su cuarto hasta que llegaron sus padres que le preguntaron porque la puerta estaba abierta y habían visto salir a lo lejos un niño de la casa.

EL INFERNAL PERRO NEGRO

Otra aparición escalofriante en muchos barrios de la Costa durante las solitarias noches es la de un perro negro que se les aparece a las personas en la mitad de la calle. “¡Al recordarlo tiemblo!”, menciona Sergio Espinoza, un ejecutivo que nos relata su erizante experiencia, “esa noche salí tarde de la empresa y abordé un bus que me dejó muy lejos de mi casa, haciendo que caminara por muchas calles solitarias, de pronto en una de ellas veo un pequeño perro negro estático mirándome debajo de la luz de un poste”, cuenta.

Espinoza relata que el perro empezó a caminar lentamente ladrándole, así que cogió una piedra y se la tiró. “Cuando lo hice la luz del poste se apagó quedando todo muy oscuro y enseguida se volvió a encender, viendo aterrado que aquel animal se había convertido en un perro enorme con una larga lengua llena de sangre”, sostuvo.

Sergio relata que la luz se volvió a apagar y enseguida corrió hacia una avenida, tomado un taxi que casi lo atropella. “Cuando voy en el taxi volteé hacia atrás y vi al perro otra vez pequeño junto a un hombre negro que me señalaba, enseguida el taxista miró por el retrovisor y dijo: “¡Dios mío parece Diablo!”, dio a conocer. Espinoza nos cuenta que desde entonces al salir tarde del trabajo, siempre pide un taxi.

LA RONDA DEL DIABLO Y LOS “SIN ROSTROS”

Otras apariciones horrorosa contadas en los barrios de la Costa es la de la “Ronda del Diablo” y los seres sin rostro, relatando que la primera es una aparición espectral donde se escuchan en la noche un juego de rondas, pero cuando los curioso se asoman al ver, se aterran al observar demonios y espíritus de difuntos que juegan en círculo durante la noche.

La segunda aparición posee muchos testimonios inquietantes de personas que se han tropezado, caminando de noche con seres que no tienen rostro.

“Una noche me dirigía a esperar la ruta de la empresa en una esquina del barrio Boston, cuando de pronto veo un tipo que estaba en ese lugar, cuando me acerco a solicitarle la hora veo espantado que no tenía rostro, solo piel que palpitaba, corrí de ahí con el corazón en la boca”, relata Richard Maldonado que al llegar a su casa no quiso volver a salir e ir al trabajo.

Lo cierto es son muchos los relatos de espantos contados en varios barrios de la ciudad y la Costa, donde algunos antiguos moradores explican que estás apariciones escalofriantes se deben a los asesinatos, pactos con el diablo y brujerías que se realizaron en estos sectores antes de ser barrios, cuando al principio eran zonas oscuras y terrenos baldíos.