¿Qué Pasa?

Así nos habló "la tía universal" de Kaleth Morales tras 11 años de su muerte

Evelty Polo recuerda a su sobrino por su picardía y su talento.

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El nombre

Evelty Cecilia Polo Campo

no dice nada a los amigos de “andanzas” del siempre recordado artista de la nueva ola,

Kaleth Morales Troya

, ni a los seguidores del desaparecido cantautor. Sin embargo, cuenta que cuando se encuentran, le piden autógrafos y se toman fotos con ella, “como si yo fuera una artista (ríe). Mi sobrino me hizo famosa. Ese fue el legado que me dejó”.

Al estampar su firma para complacer a los amigos de su sobrino, no escribe ni Evelty ni Bechy, como le dicen cariñosamente sus familiares, sino

"La tía universal"

, apelativo con que la bautizó su famoso sobrino, y el cual dejó grabado para la posteridad en el tema más destacado del artista: Vivo en el limbo, que hizo parte de su primera producción La hora de la verdad (2005) "Yo sé que te da rabia, que llames a la casa… y te conteste la tía universal: "¡él no está, salió…!"

La historia de La tía universal a la que hace referencia esta mujer, de 60 años, hermana mayor de Miguel Morales, se desprende de la época de universitario de Kaleth cuando consentía a los amigos de él que llegaban al apartamento, “como una mamá alcahueta”, mientras estudiaban sus carreras profesionales en Cartagena.

Han pasado 11 años después del día de la muerte del hijo mayor de Miguel Morales y Nevis Troya, se cumplieron el pasado 23 de agosto, y la tía universal dice:

“Para mí no está muerto, sigue vivo en mi corazón”. No llora al decirlo, al contrario, esboza una sonrisa que destella orgullo y agradecimiento, “mi sobrino fue muy especial, de él conservo muchos bellos recuerdos”. Y desempolva el álbum en el que atesora “tantos momentos que son imborrables”. Y evoca cuando él degustaba los platos que ella le preparaba, “me decía, tía tú preparas las mejores ensaladas del mundo”, o cuando desordenaba su habitación, pero se disgustaba si no estaba ordenada, “era exigente con el orden, él se encargaba de desordenar, pero inmediatamente me decía, "tía ese cuarto sí está revuelto…"”.

La tía sigue contando esos momentos que la vida le permitió compartir con su sobrino, a quien le esperaba la fama al poco tiempo, y también la muerte. “Tenía varias novias, pero cuando estaba con la preferida, me dejaba los teléfonos, y me decía "tía contéstalos y el fijo también, tú verás que te inventai… pero no estoy pa nadie"”. Sin que la sonrisa se desdibuje de su rostro, dice “nos quisimos tanto que me dejó ese regalo, que todos me reconozcan con cariño, me hizo parte de la dinastía Morales”.

El día del accidente, recuerda la tía universal, “me avisó un vecino, pero creí que era algo leve, cuando me dijeron que estaba mal, me fui para la casa de ellos, y después viajé hasta Cartagena…”.

A la tía universal le quedaron miles de recuerdos, y solo pudo capturar dos de estos: “únicamente tengo dos fotos donde aparecemos juntos”.