¿Qué Pasa?

“Batallé duro para meter la champeta en todos los estratos”: Mr. Black

Mr. Black celebra 20 años de carrera convertido en el presidente de este género.

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Si hay un artista dentro de la champeta que se mantiene vigente, pese a los altibajos propios de este género, ese es Mr. Black. Cartagenero de 43 años, cuyo nombre de pila es Edwin Antequera Mercado, el artista celebró anoche en la Plaza de Toros de su terruño 20 años de una carrera artística que inició cargada de ilusiones, y que hoy lo muestra como el ‘Presidente de la champeta’, como se hace llamar.

En dialogo con AL DÍA el Míster contó que se ha reinventado para poder estar metido en el gusto de las nuevas generaciones. Su cambio no solo ha sido a nivel melódico, también físico. “Entré a estudiar música en Bellas Artes, comencé un estilo de vida fitness, y pasé por el quirófano para seguir progresando”, confesó.

Edwin es consciente del liderazgo que ejerce sobre los nuevos champeteros, y por eso se basa en la disciplina que ha tenido durante estas dos décadas para mostrárselas como su mejor ejemplo.

Mr. Black hizo un recorrido para nuestros lectores sobre lo que han sido estos 20 años de trasegar, sus logros, metas por cumplir y nos confesó detalles de su vida personal.

P.

¿Visionó que iba a ser el referente de muchos champeteros?

R.

Yo nací con liderazgo, desde niño cuando andaba con mi combo en el barrio (Olaya Herrera, sector El Porvenir) era el que comandaba el ‘algarete’. Por mi cuadra había muchos picós, mi papá (Alexis Antequera) tenía uno también. Me soltaba la tornamesa y así me fui enamorando de la música, especialmente de la africana. Me considero un hijo del picó.

También tengo voz profética y comencé a visionar que andaba en una tarima cantando y fui trabajando esa idea. Por fortuna desarrollé mis habilidades empresariales como vendedor de chaza, bolsos, guanábanas, tuve hasta 96 curís (risas). Es más cuando comencé a tener novia me rebuscaba más fuerte para poder tener algo que ofrecerle. Cuando incursiono en la champeta llegué muy fortalecido, y tras analizar las fortalezas y debilidades me preparé y estudié música en Bellas Artes, para explotar al máximo mi talento y sobresalir en medio de la crisis que tuvo el género. Fue una época brava, hubo hambre y mucho desespero, pero no bajé los brazos, el norte estaba claro y solo había que sacrificarse un poco para llegar a la cima.

P.

¿Qué anécdotas guarda con fallecidas figuras del género como Afinaito, Sayayín y El Johnky?

R.

Dos días antes de que Johnky muriera (31 de julio de 2014) me grabó una canción, nosotros nos tomamos unas fotos con una cámara y al enterarme de su muerte las quise buscar como mi mejor recuerdo, pero jamás aparecieron, una vaina rara. El Afinaito fue mi mejor amigo dentro de la champeta, como él no he encontrado otro, todavía es la hora y lo lloró, si suena Busco alguien que me quiera te juro me voy en llanto. Él me enseñó a componer canciones, me ayudó con los arreglos de Los trapitos al agua, mi primer gran batazo, parrandeábamos juntos, era mi hermano. Y de Sayayín te puedo decir que ese man compraba unos tenis todos raros y al día siguiente no le gustaban y yo venía y se los compraba más baratos, tuvimos una muy buena amistad.

P.

¿Por qué los de su generación no están vigente?

R.

Cada quien fue creciendo y buscando un estilo diferente, por lo menos yo me mantuve fiel al mío y eso es lo que me ha permitido permanecer activo luego de dos décadas de carrera. Soy original en lo que hago, no he cambiado en nada, lo único que ha cambiado en mí es el reloj del tiempo, ya no tengo mucho espacio para compartir con mi gente, porque la mayoría de mi tiempo lo utilizo para hacer lo que me apasiona, la música.

P.

¿En algún momento pensó en bajar los brazos y cambiar de género o incluso de oficio?

R.

Que lance la primera piedra quien diga que nunca ha tenido ganas de tirar la toalla. Yo lo digo en mis canciones, tropecé muchas veces, me sentí derrotado, pero me arrodillé y seguí esa voz que me decía: ‘Míster levántate’, gracias a eso puedo decir que me renové y tras 20 años de trabajo intenso batallé duro para meter la champeta en todos los estratos sociales, y los resultados hoy son palpables, esa es quizás mi máxima satisfacción. Sufro cuando alguien habla mal de mi género, lloré mucho por los desaires que nos hacían a los champeteros; pero hoy gracias a Dios nuestra música ha entrado por todos lados. No guardo rencor con aquellos que nos vetaron, porque ahora los pongo a bailar champeta (risas). Hoy soy contratados para amenizar los matrimonios más elegantes del país, mi agenda se mantiene llena y me siento bendecido.

P.

¿Cómo ha sido la evolución de su imagen física, se ha practicado alguna cirugía?

R.

Todo el mundo se echa su ayudadita. Cuando empecé estaba gordo, ahora soy un Mr. Black fitness, me gusta mucho el ejercicio y hago una dieta muy rigurosa. Ya no puedo andar metido en el festival del frito y el colesterol. En cuanto a cirugías la única que me he hecho es la de la nariz, del resto mi belleza es natural.

P.

¿Cómo conocedor del género qué paralelo hace entre la champeta de antes y la de ahora?

R.

Te lo simplifico así, la de antes era una música sabrosa que se hacía para gozarla, la de ahora se hace pa’ venderla.

P.

¿Cuál es su top 5 de hits champeteros de todos los tiempos?

R.

Busco alguien que me quiera, del Afinaito, es mi favorita; le siguen Paola y La nubecita del Sayayín. En cuarto lugar pongamos El chocho de Charles King, y en quinto lugar El serrucho, y no porque sea mía, sino que ese tema se bailó por toda Colombia, incluso fue usada en España para un comercial.

P.

¿Hasta dónde sueña seguir llevando este género?

R.

Ojalá Dios me de vida para convertir la champeta en un género mundial. Creo que lo que falta para dar ese paso definitivo es la unión entre los que la cantamos, hay mucha gente tirando para su lado y considero que es hora de unir esfuerzos para llevar nuestra música a muchos más países, este género tiene un gran potencial que aún muchos no han visto.

P.

Una anécdota jocosa que le haya ocurrido con alguna de sus fans

R.

Un beso que me dieron en la boca mientras subía a tarima. Eso fue bastante incomodo porque al lado llevaba a Yuranis, eso fue tremendo, menos mal que mi esposa entiende que eso hace parte de mi duro trabajo (risas).

P.

¿Es muy complicado mantenerse alejado del alcohol y las drogas en el mundo artístico?

R.

Es muy duro, pero no imposible, yo por ejemplo tengo cuatro años que no tomo porque soy un hombre de proyectos y decisiones firmes. Ando caminado derechito. Nunca le he jalado a las drogas.

P.

¿Qué consejo le daría a los champeteros que están surgiendo?

R.

Que valoren y respeten aquellos que lucharon por el género, y que le den su lugar de privilegio a la esencia de nuestra música. Otra cosa lo más importante es la disciplina, sé que hay pelaos con mejor voz que yo, pero sin disciplina es difícil que progresen.

P.

¿Qué tipo de música le gusta escuchar?

R.

Vallenato. Especialmente los temas de Diomedes, Poncho Zuleta mi padrino de boda y Silvestre.

P.

¿Una canción que no se canse de escuchar?

R.

Mi muchacho de Diomedes Díaz, hasta la canto en tarima.

P.

¿Cuál es su gran miedo?

R.

Morirme, yo no quiero morirme.

P.

¿Cómo le gustaría morir?

R.

Erda compa sería de viejo. Yo moriré feliz cuando vea que la champeta la bailan hasta los chinos.

P.

¿Qué le gustaría dijera en su epitafio?

R.

Mr. Black, el de hoy, el de ayer y el de siempre.

P.

¿Qué ha preparado para la celebración de sus 20 años de carrera?

R.

Lo vamos a celebrar a lo grande con una producción jamás vista para un artista champetero. Lo hago así levantando mi voz por el género y para decirle a aquellos empresarios que hacen grandes conciertos en Cartagena que deben tenernos presente también. Estaré acompañado de Chawala, El Yao, Twister, Young F, Zaider, Kevin Flórez, Viviano Torres, Charles King, Luis Tower, Elio Boom y Rey Three Latino. Todo esto quedará grabado en un DVD.

P.

¿Este concierto lo replicará en otras ciudades?

R.

Sí, la próxima ciudad es Barranquilla, aún no tenemos fecha, pero lo vamos a hacer en el Romelio Martínez, vamos por Bogotá, Medellín y otras plazas.