¿Qué Pasa?

ESPECIAL | Entre lo psicodélico y lo político: así ha sido el histórico paso de Pink Floyd

Un recorrido por los inicios, los hits y el remate en la carrera de este grupo musical.

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Todas las épocas tienen sus soni­dos y sus silencios, los años 60 del siglo XX fueron muy ricos para el Rock and Roll y casi todos los gé­neros musicales.

Surgieron los Beatles, los Rolling Stones, The Animals, Credence Clear Water Revival, Beach Boys y Eagles, entre otros grupos de Rock del Reino Unido y Estados Unidos.

Se podría decir, sin temor a exagerar, que esa década logró cambiarlo todo, no solo en el campo político, científico, cultural y económico, sino en el artísti­co, pues brotaron ídolos musicales tal vez irrepetibles.

Dentro de ese cambio y concepto mu­sical sobresale con especial luz propia la banda británica Pink Floyd, antece­dida por los grupos Sigma y Tea Set.

A Syd Barrett, primer líder de la ban­da, se le ocurrió juntar los nombres de dos intérpretes de Blues: Pink Ander­son y Floyd Council, y así nació el nom­bre de Pink Floyd para la nueva agru­pación.

Su partida oficial data de 1964, y se le da la paternidad a Barret, (Cambridge, Reino Unido, 1946); Nick Mason (Bir­mingham, Reino Unido, 1945), Roger Waters (Cambridge); y Richard Wright (Londres, Inglaterra, 1945).

Todos ellos compañeros de estudio del Regent Street Polytechnic School de Cambridge.

Pink Floyd incursionó en una variante del Rock originada en el Reino Unido conocido como Rock Sicodélico o Rock Progresi­vo (Prog Rock), que tuvo acogida en Alemania, España, Italia, Ar­gentina y Brasil, en los 60 y 70 del siglo pasado.

El Rock Prog logró desarro­llar el Rock de manera intelec­tual y musical por su estructura de no­tas progresivas y definidas.

Pero Pink Floyd también se desenvol­vió exitosamente por varios géneros más, incluso, creó y enriqueció otros, pues su sonido fue imponente y esplendido.

Tal pareciera que cada una de sus can­ciones fueran en realidad una expresión maestra de las más puras artes en cual­quiera de sus etapas musicales produc­tivas: la sicodélica, espacial o sinfónica, operática rock y la conceptualista.

Desde los inicios de Pink Floyd Syd Barett fue su gran líder. Su estilo al co­mienzo estuvo influenciado por los Beat­les, a los que admiraba; y el género R&B, (Rhythman Blues), características y so­nidos plasmados en su primer disco.

Canciones como Pipers at the Gates of Dawn (Gaiteros a las puertas del amane­cer) y Scarecrow (Espantapájaros), son verdaderos sinónimos de Syd Barret, marcados por el Rock sicodélico y espacial, ya trastornado por el consumo abun­dante de LSD.

LA SALIDA DE SYD BARRETT

Esta adicción a las drogas complicó en 1968 el estado mental de Syd Barrett, al punto que fue reemplazado por su amigo, el guitarrista David Gilmour.

En varios conciertos Barrett sufrió blo­queos mentales con mucha frecuencia, situación que hizo que el resto de la ban­da se reuniera y decidiera retirarlo defi­nitivamente.

No obstante su salida obligada de la ban­da, Pink Floyd continuó con el sonido si­codélico, espacial y experimental que les generó muchos seguidores dentro de la ju­ventud contestataria de Europa.

David Gilmour y Roger Waters crea­ron posteriormente nuevos ritmos, al punto que cambiaron a Pink Floyd y su destino musical; y surgieron álbumes co­mo A Saucerful of Secrets, Unmagum­ma, Atomheart Mother, y la grandiosa Meddle junto a Echoes, canción de pro­longados momentos instrumentales y exitosas improvisaciones, para muchos la mejor de su historia.

Más tarde Pink Floyd cambió a un es­tilo espiritual con una forma musical na­tural y simple. Impone una especie de re­lato cantado con música, mucha emoción y sentimiento de melodías tristes, otras alegres, pero interpretadas con mucha fuerza y casi que con rabia.

En 1972 Pink Floyd le mostró al mun­do tal vez su lado más artístico a partir de la publicación de The dark side of the moon (El lado oscuro de la luna), cuyo lanzamiento oficial se hizo en un antiguo teatro romano restaurado de la ciudad de Pompeya, en Italia, devastada hace 2.000 años por la erupción del volcán Vesubio.

Significó un homenaje simbólico al fi­nal de una civilización y el encuentro con la actual.

The dark side of the moon fue el álbum más exitoso y vendido en la historia de la banda. El guitarrista David Gilmour condujo a Pink Floyd al Rock Sinfóni­co, al componer operas Rock que narra­ban historias personales, maravillosas y emotivas.

The dark side of the moonfue la ver­dadera cúspide al éxito mundial y la cau­sa de su inmortalidad en la historia del Rock, ya que hasta ese momento Pink Floyd era famoso en Europa, pero no tan­to en Estados Unidos.

El sencillo Money fue de gran impacto mundial, pero en honor a la verdad todas las canciones del álbum El lado oscuro de la luna son obras de arte. Describen y pintan las más profun­das emociones de las que sea capaz de vivir un ser humano durante toda la vida.

Todo esto complementado con la pos­terior grabación de la canción I wish you were here (Querría que estuvieras aquí), del álbum del mismo nombre, otro clá­sico inolvidable y eterno de esta banda.

Pink Floyd, bajo el liderazgo de Roger Waters, fue más conceptual y de claras tendencias políticas, criticando a la in­dustria discográfica por la pérdida men­tal de su amigo Syd Barrett.

Roger Waters siguió con su línea con­ceptual y de protesta. Crea el álbum Ani­mals, luego de leer el libro la Granja Ani­mal de George Orwell, obra que cambió su vida y la forma de ver a la sociedad.

En cinco canciones de este disco des­cribe a la sociedad capitalista, según su concepto, como tres animales: ovejas, perros y cerdos.

UN ÉXITO HISTÓRICO

Luego grabaron The Wall, el éxito más importante de la historia de la Opera Rock, un disco íntimo, inspirado en la niñez de Roger Waters, de su amigo Syd Berret, la vida del personaje Pink, y la soledad.

Pink Floyd vendió más de cien mi­llones de copias, grabó con disqueras como EMI, Universal, Columbia, Ipecos Recordings, entre otras.

Ganó Grammy en 1995 a la mejor interpretación Rock instrumental; en 1988 ganó el MTV al mejor video musi­cal conceptual, en 1974 el NME Award al mejor álbum británico y el NME al mejor álbum del mundo, entre otros. Pink Floyd entró al Hall de la Fama del Rock and Roll en 1996, y al Salón de la Fama de los Grammy en 2008.

Obtuvo 7 discos de oro y 10 de plati­no por certificación en ventas en Reino Unido, 2 discos de oro y 10 de platino en Estados Unidos, por los álbumes Medd­le a momentary lapse of reason, (Un lapso momentáneo de razón), División Bell, (Campana de División), The final Cut, (El corte final) entre otros. Su úl­timo álbum fue Endless River, graba­do en 1994.

El 7 de julio de 2006 Syd Berret, el lí­der fundador de Pink Floyd, falleció en Cambridge.

Cuenta la hermana Ruth Barrett que al momento de morir le encontró en un bolsillo una cuenta bancaria débito con 3 millones de euros.

Dos años más tarde, el 15 de septiem­bre de 2008, falleció en Londres Richard Wright, segundo miembro fundador de Pink Floyd. Se cerraba para siempre la posibilidad de un posible reencuentro.

Pink Floyd no solo fue uno de los gru­pos más importantes de la historia del Rock por su influencia en la evolución de ese género, sino uno de los más im­portantes de la historia de la música. Compusieron canciones que jamás serán olvidadas, dejaron impronta en una generación completa.

Por eso, un seguidor de Pink Floyd aseguró que, el último día de la crea­ción, Dios dijo: “Hágase la música y na­ció Pink Floyd”.