¿Qué Pasa?

ESPECIAL | Villancicos, las notas que le dieron armonía a la Navidad

Desde este domingo, con el inicio de la Novena de Aguinaldos, se empezarán a escuchar estos cantos.

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“Noche de paz, noche de amor. Todo duerme en derredor; entre los astros que esparcen su luz, bella anunciando al niñito Jesús, brilla la estrella de paz, brilla la estrella de paz”.

¿Ha escuchado alguna vez las estrofas de este himno de la Navidad? Es probable que más de una vez haya entonado su angelical corillo en vísperas de Noche Buena.

Noche de Paz en español; Silent Night en inglés; Notte di pace en italiano; Douce nuit en francés; son algunas de las más de 300 traducciones de Stille Nacht, Heilige Nacht, la versión original del villancico compuesto en alemán por el organista Franz Xaver Gruber y el sacerdote Joseph Mohr, ambos de origen austriaco.

Esta joya musical fue interpretada por primera vez en 1818, desde ahí trascendió fronteras hasta convertirse en un clásico de las fiestas decembrinas de todos los tiempos.

Noche de Paz es en palabras de Ángela Marín, directora del coro de la Arquidiócesis de Barranquilla, un villancico de Navidad. Estas canciones relatan la fecha después de la llegada al mundo del niño Jesús, según las tradiciones cristianas, y se diferencian de los villancicos que anuncian el nacimiento, llamados villancicos de adviento.

“Zagalillos del valle venid, pastorcitos del monte llegad. La esperanza de un Dios prometido, ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá”.

Este es un villancico de adviento pues narra la espera en un tiempo de advenimiento para la llegada del niño. Lo mismo Ven, ven, ven, mientras Tutaina, Ya nació el niño, Campana sobre campana, Peces en el río y Pastores venid son algunos populares villancicos de Navidad.

Los villancicos hacen parte de la cultura popular de muchos países del mundo. Según diversos estudios sobre el folclor en épocas navideñas, en los países de habla inglesa se les llaman christmas carols, en Rusia se conocen con el nombre de koliadki, en Italia los canti natalizi, mientras que en España y América se les conoce con el nombre de villancicos.

Origen

De acuerdo a una investigación realizada por Egberto Bermúdez, publicada en Credencial Historia de la Red Cultural del Banco de la República, “La estructura de este género está constituida por un estribillo y una o varias estrofas que con el tiempo se vinieron a conocer con el nombre de coplas”.

El estudio cita que en el siglo XIX los villancicos no estaban exclusivamente asociados a la Navidad, sino en bailes o cantos de campesinos y labradores.

Marín, por su parte, explica que el término villancicos se empezó a designar con el nombre de canción de la villa.

“Las villas eran habitadas por villanos. En esa época el término no tenía esa connotación negativa, sobre que un villano es un rufián, antes se referían a ellos como aldeanos o campesinos. No se sabe exactamente en qué momento los villancicos adquirieron un tinte relacionado con la Navidad y el adviento. Esto pudo estar relacionado con San Francisco de Asís, a quien se le atribuye la creación de los pesebres y con ellos reuniones con cantos. Muchas de estas canciones son arrullos que vienen de diferentes regiones de España, algunos de Galicia, otros de Sevilla y Cataluña que llegaron a nosotros con la conquista y de cierta forma algunos se criollizaron. Duérmete niño, La virgen y San José son canciones creadas para arrullar al recién nacido”, manifestó.

En Colombia, un músico nariñense le puso su sello a la Navidad con más de tres mil canciones de su autoría. Jeremías Quintero Gutiérrez, nacido el 16 de diciembre de 1884 en Barbacoas, Nariño, figura como autor de Ananita nana y Vamos pastores vamos.

Su trabajo, con influencia de ritmos como bambucos y pasillos, le llevó a publicar en 1950 el álbum Cantares de Navidad un trabajo de gran interés cultural para el Banco de la República de Pasto y la Asociación de Pesebristas de Barcelona.

El pesebre

Para el obispo emérito de Barranquilla, monseñor Víctor Tamallo, el pesebre es una tradición que hace referencia al nacimiento de Jesús, y por esta razón tenerlo en los hogares es un acto simbólico que representa el inicio de la era cristiana.

“La Navidad debe ser para todos, motivo de alegría. Es la oportunidad de vivir con la esperanza al encontrarnos con familiares, amigos y vecinos junto al Pesebre y contemplar el amor de Dios recién nacido.

Invito a todas las familias a que vivan con moderación estas fiestas, que no haya exceso de alcohol, que no se use la pólvora, que se desconecten de los aparatos electrónicos y que reine siempre el amor”, aconsejó el vicario.

Mónica Barros arma el pesebre y reza la novena de aguinaldos hace más de 20 años.

Para esta maestra que se reúne año tras año con su familia y los niños del barrio, a quienes el 24 de diciembre les obsequia un aguinaldo, es importante enseñarles a los pequeños que la merienda y los regalos no son lo más importante a la hora de hacer la novena.

“Debemos inculcarles primero todo el respeto y el valor de las tradiciones”.

En cuanto a algunos consejos para hacer una novena inolvidable, Mónica recomienda poner villancicos y música navideña para ambientar los nueve días de la celebración de adviento, que se inicia hoy y culmina el 24 de diciembre.

“Para hacer un compartir más ameno es muy importante brindar algo de comer. Depende mucho del presupuesto de cada persona, pero en la medida de lo posible repartir galletas navideñas, deditos, empanaditas, jugos naturales y algunas picadas típicas como bollo de yuca con queso, butifarras, inclusive galletas saladas con algún dip pueden ser buenas opciones”, apuntó.

Josep Porta es presidente de la Asociación de Pesebristas de Barcelona, en España. La entidad tiene 150 años conservando objetos y documentos relacionados con el mundo del “belenismo” y los pesebres. La entidad funciona además como un archivo histórico y un organismo promotor de las tradiciones navideñas.

“Creo que los pesebres son una manera de comunicarse con la sociedad en Navidad. La falta de espacio en algunos hogares, la adopción de costumbres foráneas y el desinterés de las nuevas generaciones en los temas culturales han desviado la atención de las tradiciones. Los pesebres, además de religión tienen arte y cultura popular. Hay que cuidar las tradiciones que vienen de tan lejos”.

Por *Keryl Brodmeier

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