¿Qué Pasa?

“A los 100 años mi corazón sigue palpitante y musicalizado”, Rafael Campo Miranda

El próximo 7 de agosto el compositor llegará al siglo de vida. Se siente agradecido con Dios por seguir escribiendo.

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El excelso compositor soledeño Rafael Campo Miranda, quien le imprimió poesía a nuestra música ancestral, llega este 7 de agosto al siglo de vida, hecho que no solo celebran con bombos y platillos sus tres hijos Rafael Jr., Margarita y Marta, sino también en su terruño que durante agosto, mes del Orgullo Soledeño, desarrollarán una agenda cultural para homenajearlo.

A pocos días de esta gran celebración, el creador de clásicos caribeños como Lamento Naufrago, Uno para todos, Entre Palmeras, Pájaro amarillo y Nube Viajera, visitó la redacción de AL DÍA para hablar del legado musical que le deja al país y también para ser agasajado.

“Este es el homenaje más sentido que me han hecho en mi vida, lo puedo jurar sin temor”, dijo visiblemente emocionado. Este compositor y músico tuvo el privilegio de lograr que porros como Playa, brisa y mar, entraran a los clubes sociales de nuestra región en una época en la que solo era permitida la música europea.

“En mis inicios en estos sitios de prestigio no se escuchaba lo tropical, sino temas como el vals Danubio azul. Era muy despreciado lo nuestro y recuerdo que muchos, especialmente en el Bolívar me decían que el porro no podía ser poético, pero lo logré, Playa, brisa y mar causó un gran impacto y era bailado en todas las esferas sociales. Aún lloro al recordar eso”.

Rafael Campo Miranda, leyenda viva de la música caribeña compartió con nosotros detalles de la creación de sus éxitos y sobre lo dichoso que se siente de llegar a los 100 con la misma creatividad con la que inició en la música hace 82 años cuando compuso su primera canción, el porro Pasión tropical, grabado por el trío Los isleños. A partir de allí, Pastor López, Nelson Pinedo, Lucho Bermúdez, Pacho Galán, la Sonora Matancera, la Billos Caracas Boys, entre otras grandes orquestas inmortalizarían sus obras por Latinoamérica.

P.

¿Qué se siente cumplir un siglo de vida?

R.

Me siento dichoso porque aún puedo seguir componiendo para seguirle cantando a la vida y a mi querida Colombia. Esto para mí es muy valioso, estoy aquí recibiendo este sentido homenaje por parte de ustedes y debo decirles que a los 100 años mi corazón sigue palpitante y musicalizado, se resiste a abandonarme pese a mi edad centenaria. Le agradezco a Dios y a la Divina Providencia por llegar bien a esta fecha.

P.

Usted dice que no le escribe a la ficción, sino a la realidad ¿cuál es la realidad de Lamento naufrago?

R.

Un amor que aún palpita en mi mente y que me llevó a crear esa obra que le dio la vuelta al mundo varias veces. Ese es mi bandera, ha salido hasta en películas en el exterior y se lo hice al viejo muelle de Puerto Colombia y a una mexicana que conquisté en la playa.

Nos enamoramos a primera vista allí y tuvimos varias citas amorosas en esos hermosos atardeceres, al punto que le pedí matrimonio, yo quería irme para México porque ese país era un reflector en la región Caribe, todos querían irse para allá y la única forma de lograrlo era a través de ella, pero ya tenía dueño y desapareció.

La busqué en el hotel Esperia y me confirmaron su partida. Así que me quedó una gran tristeza y me refugie en mi guitarra y en el paisaje porteño y así surge esa linda canción que aún sigue de moda, lo digo así porque aún me llegan las regalías desde México y Venezuela.

P.

¿Y pudo cumplir su sueño de ir a México?

R.

No pude ir, pero me quedó como estímulo el recuerdo de lo que significó mi obra ante ese amor y tengo en mi despacho el retrato de ella a la orilla del mar.

P.

¿En qué momento ‘voló’ el Pájaro amarillo?

R.

Una vez participé en un concurso en Villavicencio. Traté de internarme en la selva, leía a José Eustasio Rivera en su novela La vorágine y eso me entusiasmó mucho. En la orilla de un riachuelo observé como un toche se paraba cerca a una pareja y justo en el momento en que se besaron, el ave alzó el vuelo. Esta escena fue la que me inspiró a escribir Pájaro amarillo.

Muchos creen que se la hice a un turpial, pero no, es al toche que es un pajarito muy rabioso. El beso de la pareja fue muy simple, un beso interiorano, sin sabor y el toche salió volando en señal de protesta, de allí me vino la musa y escribí esta obra que fue un gran éxito en Brasil y también llegó al cine (banda sonora de la película El Mundo de los Aventureros en 1970).

P.

¿Cómo es su proceso creativo para hacer canciones?

R.

Eso es bastante complejo, yo admiré mucho a Porfirio Barba Jacob, que en su poema Canción de la vida profunda narra que hay días en los que amanecemos disgustados o felices. Yo me hice a esa escuela, a veces amanecía molesto, pero contaba con mi guitarra que era mi válvula de escape y me iba a la playa, donde me distraía con el vuelo blanco de las garzas que cruzaba el horizonte, ese paisaje me cambiaba mi estado anímico hasta sentir un gran bienestar.

Para componer recitaba dos versos de Canción de la vida profunda y eso me dio la base para crear un método para crear y era ese recitar los versos, tomar la guitarra y contemplar el mar. Es por eso que en la mayoría de mis canciones aparece el mar, el amor y una mujer.

P.

¿Alguna vez se enojó porque le cambiaron algún nombre o parte de una canción?

R.

Ocurrió con Playa, brisa y mar, esa canción no se llamaba así, sino simplemente Playa, pero Nelson Pinedo cometió la ligereza de darle el nombre de Playa, brisa y mar, que es el primer verso de mi obra.

Eso me molestó y él lo supo, sin embargo no pasó a mayores la cuestión. Pacho Galán me ayudó mucho en el proceso de los arreglos de este tema, él era mi arreglista de cabecera, fue quien le puso la música a Playa, brisa y mar, tema que Antonio Fuentes no me lo quería grabar porque e porro no debía llevar poesía y miren todo el fenómeno que causó.

P. El tema Uno para todos se convirtió en un himno de los barranquilleros ¿Cómo surgió ese tema?

R.

En esa época yo me había integrado al Club Rotario y Barranquilla vivía una crisis tremenda en el tema de servicios públicos y la tradición bella de La Arenosa se había perdido, así que como poeta sentía todas esas manifestaciones que me llenaban de dolor, así que compuse Uno para todos.

“Uno para todos es la consigna general/no más injusticia en esta tierra sin igual/luchemos por Barranquilla puerta de oro de Colombia/somos unos para todos salvemos a Barranquilla”. Esto se convirtió en un himno y el Club Rotario me hizo un homenaje por este tema que ha ido desapareciendo porque las cosas que motivaron el tema también se han extinguido.

P.

¿A sus 100 años sigue componiendo? ¿En qué se inspira?

R.

La última canción que me grabaron fue Mi homenaje a Barranquilla, que me le hizo la orquesta de Hugo Molinares con la voz del fallecido Farid Char. Creo que es esa, me disculparán, pero es que a veces me falla el recuerdo, imagínense son 100 años los que cumplo (risas). Sin embargo, sigo creando, vivo en función de la composición, para mi este es mi alimento espiritual, el día que no lo hago me siento mal, es como si me faltara el alimento. Compongo a ritmo de cumbia sobre todo y lo hago inspirado en Soledad, la tierra que tanto amo.

P.

En su natal Soledad tendrá un busto al lado del de Pacho Galán en la plaza principal ¿qué significa para usted este homenaje?

R.

Soledad es mi querido terruño, yo a los 18 años me vine para Barranquilla, ciudad que me abrió los brazos. A Soledad le compuse una obra que titulé Soledad de Colombia y ahora los soledeños me van a hacer un homenaje con este busto al lado de Pacho Galán, eso me tiene feliz. Cuando muchacho corría por las calles de Coco Solo, dónde se hacían las fiestas, también elevábamos cometa y carreras de caballos.

P.

Usted ha tenido muchos intérpretes ¿cuál ha sido el favorito?

R.

Chico ‘Sensación’ Salas porque me cantó mis dos grandes éxitos Lamento naufrago y Nube viajera, cada vez que interpretó mis temas fue un hit.

P.

¿Qué opina de lo que están haciendo los nuevos compositores?

R.

Ellos desconocen algo muy importante en la creación musical caribeña y es que no han vestido, no le han dado un aspecto elegante a nuestro folclor, sino que lo han dejado en una línea baja.

Yo me di a la tarea de vestirlo poéticamente, líricamente y recibí oposición por mis letras, decían que el porro no permitía el aporte poético, así que hablé con Pacho Galán para que sometiera al criterio de Chucho Sanoja Playa, brisa y mar, un porro que destaca el paisaje, la belleza de la mujer Caribe, esa que da unos besos profundos que cortan la respiración, no como nuestras compatriotas del interior que dan un beso breve y fácil.