¿Qué Pasa?

No hay confusión en el barrio… hasta siempre maestro quijano

El Rey de la Pachanga se marchó, pero su legado seguirá bailándose 

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El maestro que resolvió la discusión de lo que era pachanga y charanga, ‘para que no hubiera confusión en el barrio’; falleció ayer en su natal Puerto Rico. Joe Quijano, figura indiscutida que puso a bailar a varias generaciones con clásicos como La pachanga se baila así, Amor, Noche de Caracas, Es ilusión, Vuelvo a vivir, vuelvo a cantar, entre muchos otros; nos dejó su impronta musical para siempre.

El deceso del artista boricua, confirmó su hijo Joseph, se produjo a las 4:00 de la madrugada hora de Puerto Rico (3:00 hora colombiana), en el Hospital Presbiteryan de San Juan. Allí estaba internado desde el pasado 7 de marzo, cuando fue llevado de emergencia tras sufrir una caída en su residencia. La esposa, Grace Pérez, contó que siempre estuvo consciente, pero lo derrumbó una pulmonía tras adquirir una bacteria en el hospital. “Al momento de su deceso estaba a su lado su hija, Norma Mia Quijano”, señaló la cónyuge. El maestro Joe Quijano venía afectado por esclerosis múltiple desde 1992, luego de ser arrollado por una motocicleta. Por causa de este accidente fue al quirófano seis veces.

Joseph Quijano Esteras, de 83 años, el Rey de la Pachaga, era oriundo de Puerta de Tierra (San Juan), y emigró a Nueva York cuando tenía 8 años. En la Gran Manzana inició estudios en piano y solfeo. En la adolescencia y juventud siguió formándose allí mismo en la Sound of Jazz School y en la Colombia University.

A los 13 años (1948), estructurado con la percusión, inició su carrera profesional como bongosero del quinteto The Mamboys From Banana Kelly Street, en el Bronx. En el grupo tuvo como compañeros a los después muy célebres Eddie Palmieri y Orlando Marín. En 1956 fundó el Conjunto Cachana, con Paquito Guzmán como cantante, y del que también hizo parte Bobby Valentín. En esa orquesta Quijano fungió como timbalero. Según la Fundación Nacional para la Cultura Popular de Puerto Rico, el nombre del grupo estuvo inspirado en honor a su tío Nicasio Quijano Melsa, a quien apodaban Cachana, fundador en 1930 de la Asociación de Muelleros de Puerto Rico.

Su primera producción discográfica la grabó en 1959, con temas como Pachanga en changa y Rumba en Navidad. Un año más tarde logró su primer LP bajo el sello Columbia, titulado La Pachanga se baila así. Para 1967 crea su propio sello discográfico, Cesta Records, al que le sumó un proyecto de jam session Cesta All Stars, con Chivirico Dávila, Charlie Palmieri, Kako Bastar y Cheo Feliciano.

Defensor de sus ideales

El melómano Hernando ‘Cachaco’ Correa, comentó a AL DÍA que Quijano aparte de ser uno de los primeros en fusionar aspectos melódicos de la Sonora Matancera y la charanga, se caracterizó por darle valor a su profesión, creando su propio sello discográfico y la All Stars.

“Antes de que La Fania existiera, ya él era una gran figura que caló en el gusto del barranquillero por su estilo caribeño. Tuvo problemas con Jerry Masucci porque quería incluirlo en el sello Fania como un peón más, pero él fue un defensor de sus ideales y jamás se doblegó. Nunca se encasilló en un solo estilo, siempre innovó y marcó una pauta en las verbenas de antaño, en los picó, estaderos y bares; desde que su música ingresó en ferri en 1970. Él fue de los primeros músicos que se atrevió a ir a La Habana a mostrar su música y gustó demasiado, ganándose el respeto de los mismos cubanos”, sentenció Correa.

El director y arreglista Juventino Ojito, quien acompañó con su flauta al boricua desde su debut en Barranquilla (sábado 3 de febrero de 1996 en la cancha de fútbol del barrio San José, en un evento de la estación radial Olímpica); y luego siguió con él en varias giras por el país, destacó también la lucha que sostuvo con la disquera Fania. “Básicamente fue un renegado de todo el sistema de música antillana, él no creía en el tema salsa al principio, decía que todo venía de Cuba, de la Charanga, nunca quiso ser artista de Fania. Siempre estuvo con su disquera porque explicaba que uno tenía que luchar por sus ideales y no venderse, por eso siempre fue un artista independiente”.

Entre Quijano y Ojito surgió una gran amistad, al punto que en 2003, luego de una visita que este le hizo en su casa en Isla verde (Puerto Rico), el maestro le cedió los derechos para grabar La pachanga se baila así, tema emblemático de su autoría. “Esa fue la más grande muestra de cariño que me ofreció, no se la dio ni a Pacheco (Johnny), era un tipo muy noble y reflexivo, siempre tenía un consejo para las personas más cercanas a él. Esa versión de La pachanga se baila así, la grabé con Diego Morán y José Luis Navarro, y le gustó mucho. Él iba a participar en el tema, pero por razones de salud no pudo salir de la isla”, recordó Ojito.

Sinónimo de nobleza

El caleño Jairo Moreno, quien fue su corista desde 1978, y se mantuvo a su lado hasta el 27 de junio de 2018 en la última presentación en el Lincoln Center de New York; lo describió para AL DÍA como el más noble de los músicos.

“A todos en la orquesta nos quería como si fuéramos sus hijos, su cariño era solo comparable con el que brindan los padres. A mí me decía que era su hijo adoptivo, y hasta me besaba la mejilla, por eso me siento derrumbado con su muerte”, sostuvo.

Moreno grabó con él Tributo a Tite Curet, su última producción discográfica (publicada el 27 de mayo de 2016), sostuvo que tenían pendientes unas presentaciones en Colombia y Perú, pero por su accidente doméstico debieron cancelarlas.

En efecto, el 30 de marzo pasado iba a recibir en Medellín un reconocimiento en la quinta edición del concierto Las Leyendas Vivas de la Salsa.

“Hablé con él por teléfono hace 10 días, y me dijo que de esta salía, una de sus características era ser muy bromista. Como jefe si muy exigente, pedía notas muy finas y a mí como corista respaldarlo en las partes más bailables de los temas”.

Lucho Ojeda, mánager de La Nómina del Pin, recordó que en septiembre de 2011, cuando su orquesta acompañó a Quijano en una presentación en la cancha de La Magdalena, Quijano les dio una gran muestra de su bondad.

“Se presentó al ensayo en la calle 74 con carrera 43, en el estudio de Marcos Díaz Jr. con 15 gorras que decían: ‘Recuerdo de un amigo Joe Quijano’, todas las firmó y se las entregó a los músicos, con eso nos mostró su lado más humano, él respiraba esa forma bonachona de ser”.

En 1999, en agradecimiento a nuestra ciudad Joe Quijano, compuso y grabó la canción Recuerdos de Barranquilla.

La última vez que se presentó aquí fue el 14 de abril de 2015, Sábado de Carnaval, en el baile Guarachando Club, en Comfamiliar Sede Norte.

Por su parte el percusionista Johnny ‘el Bravo’ López, quien también nació en Puerta de Tierra, destacó sus valores personales y artisticos.

“Era un ser humano excepcional, tuve la oportunidad de compartir con él en varias etapas de su vida y debo destacar dos cosas, de su personalidad su alegría y bondad; y en lo musical que combinó muy bien la charanga con las bases melódicas de los grupos cubanos. Joe es uno de los grandes músicos que ha dado nuestra isla, sabía mucho de arreglos y esa fue su gran virtud junto a su espíritu emprendedor”.

También es rey en los estaderos

En palabras del periodista y escritor Gilberto Marenco Better, Quijano tenía el sabor y el estilo heredado de las bandas de Machito, Tito Rodríguez y de Miguelito Valdez. Por eso tuvo una entrada triunfal a nivel de estaderos en Barranquilla.

“Lo interesante de Joe Quijano es que junto a Joe Cuba eran asiduos en la programación de las cantinas de Barranquilla, en la 30, la 21, y La Ceiba. Sus temas eran gozados y bailados sin ningún tipo de aspavientos por los contertulios musicales”.

“Voy a hacer un rápido inventario de los temas sonados en los estaderos de Barranquilla, y que hoy desafortunadamente ni siquiera los escuchan los nuevos DJ, ni por curiosidad: La Pachanga se baila así, Pachulin, Yo soy el son cubano, Pachanga amor, Maní tostado, Brinca la tablita, La media vuelta, Volví a Cataño, Efectivamente, Con el Bimbi me voy, El loco(boogaloo loco), Tocando en el Rufo, La cocaleca, entre otros. Para mí todo el trabajo de Joe Quijano es bueno, no solo por la calidad interpretativa, sino por el estilo único que tenía”, remató Marenco.

El investigador musical y productor de radio Rafael Bassi Labarrera lo definió como un personaje fundamental de la movida salsera de Barranquilla. “Hay que recordar que su canción que dice: Aguanta la lancha que voy pa’ Cataño, inspiró a bautizar así un baile de Carnaval. Su música se sigue escuchando todos los fines de semana en estaderos y bares curramberos. Recuerdo cuando sonaba Yo soy aquel en los cabarets de La Ceiba, las ‘muchachonas’ se ponían románticas”.

Bassi agregó que el 12 de febrero 2012, en el marco del Carnaval Internacional de las Artes, los barranquilleros tuvieron la oportunidad de apreciar la personalidad de Quijano en su charla con la periodista Erika Fontalvo. “Fue una velada simpática, llena de humor y buena música, con Quijano respaldado por la orquesta de Juventino Ojito”.

Para el coleccionista y vendedor de música Óscar Pájaro, la música de este boricua está arraigada a la memoria musical del barranquillero. “Desde 1970 se escuchaban temas como Amor y La pachanga se baila así, luego en el estadero Ipacaraí sonó su súper éxito Yo soy aquel, que creíamos lo cantaba Paquito Guzmán, pero el mismo Quijano una vez en el Hotel El Prado nos explicó que la voz era de Changuito Montalvo. Otro tema fuerte fue Boogaloo loco y Moliendo café, que lo programaban mucho en los bares El Diamante y El Boricua de la 30”. Pájaro no dudó en decir que el LP que más se vende de este artista en Barranquilla es La pachanga se baila así.

Iluminó lo que se llamaría salsa

Robert Téllez periodista y escritor bogotano, especializado en música afroantillana, indicó que con sus mezclas innovadoras Quijano vislumbró lo que sería la salsa. “Es uno de los grandes protagonistas del fenómeno de la pachanga que se dio en New York, ese es el último sonido establecido en la Gran Manzana antes del concepto Salsa. Varios músicos tuvieron que ver en el desarrollo de la pachanga, pero fue sin dudas Joe quien lo popularizó”.

Téllez agregó que en una entrevista confesó que era tanta la influencia de la música cubana, que cuando cumplió la mayoría de edad viajó a La Habana a escudriñar entre las grandes orquestas y también para declararle su amor a Celia Cruz. “Llegó a Radio Progreso, donde cantaba Celia, pero vio a Pedro Knight que le echó la mano en la cintura y se le quitaron las ganas de enamorarla. También era fanático de la orquesta Aragón, por eso es que la flauta está muy marcada en sus producciones”.

El periodista caleño Umberto Valverde, especializado en el movimiento salsero, manifestó: “Se fue uno de los sonidos que iluminó lo que pocos años después se llamaría salsa. Joe Quijano hizo un gran sonido de la charanga, con sus temas aprendimos a bailar, a gozar, el pueblo colombiano siempre lo tendrá en su memoria”. Durante su participación en el Carnaval de las Artes lanzó una frase con la que quiso definir su vida: “El nombre original de Don Quijote era Alonso Quijano, así que yo soy como era él, medio loco”. ¡Paz en la tumba de este Quijote salsero!

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