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Sam Cooke: del góspel a rey del soul

¿Su muerte fue un asesinato político?

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La música Góspel es de origen Cristiano. Religiosa y espiritual surgió de los coros de las iglesias protestantes en los EE. UU. del siglo XVIII. Sin embargo de sus entrañas surgieron expresiones musicales seculares como el Rhythm and Blues, el Soul, el Country, el New Soul y el Rock and Roll.

Y como herencia de ese destino artístico musical el 22 de enero de 1931 nació en Clarksdale, Mississipi, Samuel Cook, conocido después como Sam Cooke; hijo del pastor evangélico Charles Cook y la ama de casa Annie Mae.

Bajo la influencia religiosa de su padre, cuando niño conformó con sus hermanos el cuarteto coral: The Singing Children.

En esa etapa conoció a músicos como RB. Robinson, cantante barítono de Soul del grupo The Stirres; y a W. Alexander, con quien desarrolló una profunda amistad. Le enseñaron muchas técnicas de canto y formó parte del grupo juvenil de Góspel High Way QC.s.

A comienzos de los 50 Sam Cooke viaja con su grupo a California a grabar con la disquera Speciality. Gustó tanto que le ofrecieron contrato y lanza éxitos como Peace in The Valley (Paz en el Valle) y I’m gonna Build That Shine (Voy a construir ese brillo).

Sus grabaciones impactaban por el profundo misticismo y fe que transmitían. En 1956 hizo el primer disco de música popular negra no Góspel, bajo el seudónimo de Alias Dale Cook, pues quería ocultarle al papá que cantaba música profana, y además no deseaba perder audiencia Góspel.

El disco, titulado, Art Rup hizo que la disquera Speciality Records lo invitara a grabar música popular bajo su propio nombre.

Para la crítica especializada Sam Cooke ha sido uno de los genios más influyentes en la música Soul contemporánea, al punto que aún hoy se reconoce la vigencia de su profunda influencia. El éxito de Cooke consistió en entender que ese era el momento para abrir su repertorio a música popular negra, no solo en Góspel.

En la disquera Speciality Records existía una pequeña división, unos dudaban que Sam Cooke pudiera en ese momento competir con estrellas como Elvis Presley, Little Richard y otros, pero Sam con determinación y constancia asumió el reto y triunfó.

Los temas grabados en esa época tuvieron inmensa acogida entre seguidores del género Soul.

También realizó una bellísima versión de You Send Me, que en dos meses vendió más de dos millones de copias.

En 1958 Sam Cooke sorprende al mundo del Soul con la composición Win Your for me (Gana tu para mi), que trae compases de Calipso Jamaiquino, y que seguirá utilizando en esa etapa con canciones como Everybody like to cha, cha, cha, (A todo el mundo le gusta el Chachachá), Twisting the night away (Retorciendo la noche), y Only Sixteen (Solo16).

En 1960 el lanzamiento de Wonderful World (Maravilloso Mundo), fue toda una obra maestra que se convirtió en un éxito de ventas. Cooke se adelantó a su propia identidad musical y libertad creativa al firmar un contrato con la RCA, que le permitió manejar su propia producción. En 1961, a los 31 años, fundó junto a W. Alexander la disquera SAR Records, que le sirvió a muchas jóvenes promesas como The Sims Twins, Mel Carter, The Valentinos.

También dirigió la compañía Derby, y llevó al acetato los primeros pasos musicales de Billy Preston, quien tocó el piano de la célebre Let It be, la última canción que los Beatles grabaron juntos. Fue en 1970. Al final de su experiencia como empresario, desató una especial vena artística y produjo nuevo éxitos como Yeah Man (Si hombre), Having a Party (Teniendo una fiesta), Send me some loving (Envíame algo de amor), Bring it on home (Tráelo a casa), y otros más.

SU LUCHA POR LOS DERECHOS CIVILES

Sam Cooke fue un activista defensor de los derechos civiles en EE. UU. Le tocó vivir a mediados de los 60 la época turbulenta de los movimientos revolucionarios en las universidades de New York, Berkeley y Yale. Las luchas y activismo de Angela Davis, la afro-americana que creó el estilo Afro en el cabello; y la vida guerrillera de Patric Hearst, hija del magnate de los periódicos en EE. UU., William Randolf Hearst.

Sam Cooke también estuvo en Washington en 1963, al lado de Bob Dylan y su padre, el reverendo Charles Cook, en la misma tarima en que Martin Luther King refiriéndose a los derechos civiles y libertades restringidas a los afroamericanos de entonces, produjo uno los más famosos discursos de la historia en el que lanzó, ante 250.000 personas, la frase célebre: “Yo una vez tuve un sueño”. En esa etapa Sam Cooke compuso The Change is Gonna come (El cambio va a venir), que luego se convirtió en un Himno Revolucionario para los jóvenes y movimientos de esa época. Esta fue una de las primeras canciones protesta de la historia que inspiraron a John Lennon a escribir Working Class Heroe (Héroe de la clase obrera), y Lets give peace a chance (Démosle una oportunidad a la Paz), canción protesta de Lennon contra la guerra de Vietnam y todas las guerras; más el clásico Imagine.

ASESINATO MISTERIOSO

El 11 de diciembre de 1964, en la cúspide de la fama, millonario, convertido en toda una celebridad del espectáculo, al que la vida le sonreía; Sam Cooke es asesinado en un extraño y confuso incidente en La Hacienda, un motel de mala muerte a las afueras de Los Ángeles. Estaba acompañado de una cantante de poca monta de origen asiático llamada Elena Boyer, quien argumentó ante la Policía que Sam Cooke intentó violarla.

Dijo también que ella salió huyendo despavorida y Sam Cooke entró al baño. Entonces una mujer regordeta de nombre Bertha Lee Franklin, también afroamericana, administradora del motel, se percató del incidente, discutió con Cooke, y le descargó un revolver creyendo de que se trataba de un asaltante.

Tras ser absueltas en el juicio por la muerte del artista, nunca se supo qué pasó con estas mujeres: Bertha Lee Franklin y Elena Boyer. Los abogados argumentaron una supuesta legítima defensa.
Otras versiones hablan de un atentado político a manos de un policía blanco que nunca fue identificado. El motivo sería la gran influencia de Cooke en las comunidades marginales negras y aún en blancos de Los Ángeles, Chicago y New York.

Su esposa, Barbara Cooke, realizó dos entierros, uno en Chicago y otro en los Ángeles que se convirtieron en verdaderos conciertos. Asistieron e interpretaron canciones celebridades como Ray Charles, Ella Fiztgerald, The Stapple Singers, Billy Preston, Lou Rawls y contó también con la presencia de la leyenda del boxeo, Mohamed Alí, entre otros.

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