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Cuando los árbitros meten goles, la dura columna de Hugo Illera

El columnista se refirió a la polémica al final del juego entre Millonarios y Junior por la novena fecha de la Liga Águila II.

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Como en el cuento de ‘Sábados felices’ al Junior, querido Echeverry, lo tumbaron antenoche en El Campín. El árbitro Luis Sánchez se volvió un lío pitando un penal que no fue y expulsando luego a Sebastián Viera con justicia, por empujar a Oscar Barreto, dejando en el campo a Barreto que fue a encarar a Viera y a Carachito Domínguez que originó su reacción metiéndole el dedo en su oído derecho.

Esas acciones llevaron a Junior a que le empataran el juego ante Millonarios que iba ganando de buena manera 1x0 con un golazo de Jarlan Barrera y pases seguidos de James Sánchez y Teófilo Gutiérrez.

De ñapa, Sánchez expulsó con razón a Viera por empujar a Oscar Barreto. Lo que no “vieron” tampoco Sánchez y García fue la provocación de Barreto cara a cara al arquero del Junior y la de Carachito Domínguez al meter el dedo a Viera en su oído derecho y después aplaudir y decirle cosas (con la boca tapada) cuando salía del campo.

Ambos, tanto Domínguez como Barreto, que forcejeó con Viera, siguieron en el juego. La permanencia de Carachito en el terreno fue complementada por el madrazo a Julio Comesaña que “le valió” solo una tarjeta amarilla. Recordemos que el técnico del Junior le quitó la careta cuando estuvo en el equipo barranquillero.

Y recordemos, también, que ya había hecho lo mismo a Leonel Álvarez después que había desafectado a su hermano mayor en el Deportivo Cali. Lo cierto es que el Junior protestará por escrito a la comisión arbitral, pero, pensaría uno, que otra vez nada pasará.

Lo de antenoche en El Campín fue una vergüenza. El fútbol pierde su esencia cuando son los árbitros los que definen los resultados de los partidos. De aquí en más, solo les faltaría anotar los goles…