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“En Emiratos Árabes me reconcilié con mi fútbol”

El palmarino contó a EL HERALDO que toda su experiencia en ese país ha resultado positiva y que no ha tenido problemas para adaptarse a la cultura.

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Michael Ortega disfruta de su presente a 13.582 km de distancia. Atrás dejó todo el pasado que lo rodeó en los últimos años para refugiarse en los Emiratos Árabes, un país que le abrió las puertas para reencontrarse, de a poco, con el fútbol que lo identificó en sus inicios.

El volante palmarino, de 27 años, se muestra feliz, adaptado y con ganas de seguir viviendo una experiencia que califica como “única”.

EL HERALDO lo contactó ayer previo al duelo de hoy del Baniyas SC, su club, frente al líder de la Liga Árabe del Golfo, el Shasjah FC. Su equipo marcha sexto, luego de superar la lucha por evitar el descenso, y él, con sus goles (tres) y asistencias (seis), ha sido clave en ese éxito.

¿Cómo ha sido la experiencia en el fútbol de los Emiratos Árabes?

Muy buena, ha sido un aprendizaje bonito. Un fútbol que va mejorando y que se ha vuelto muy competitivo, como se pudieron dar cuenta en el Mundial de Clubes con el Al Ain, que eliminó al River Plate. Estoy feliz de estar acá con el Baniyas, de verdad me he reencontrado nuevamente con mi fútbol y he estado muy tranquilo.

¿Le sirvió mucho ese cambio tan drástico?

Claro, me volví a encontrar, me ayudó a mentalizarme que debía reconciliarme con mi fútbol. El estar lejos, solo, te obliga a volverte más fuerte en todos los sentidos, para que las cosas te salgan bien. Gracias a Dios acá todo ha sido muy bueno, estoy muy contento y sin duda el cambio me cayó muy bien.

¿Cómo ha sido el proceso de adaptación a la ciudad y al idioma?

La adaptación ha sido perfecta, podría decir que ha sido la más fácil que he tenido en mis experiencias por fuera. Los jugadores me han tratado muy bien, el traductor siempre está a mi lado y el inglés me ha ayudado mucho en la comunicación, porque es el segundo idioma que más se habla acá. La ciudad es perfecta, la verdad no tengo excusa, no tengo nada para hablar mal, todo ha caído como del cielo, porque me he sentido muy bien en todos los sentidos.

¿Nada que se le da el idioma?

No, si me sé tres palabras creo que son muchas (risas). Es muy, muy complicado. Menos mal que la mayoría habla también inglés y ahí sí me defiendo bastante.

¿Los compañeros de equipo la mayoría son de allá o hay de diferentes países?

Somos cuatro extranjeros solamente, un español (Pedro Conde), un holandés (Leroy Marten Giovanni) un brasileño (Robson Januario De Paula) y yo. Los cuatro somos los que estamos obligados a llevar la batuta. Si perdemos, la culpa es de nosotros cuatro, y si ganamos, todos somos felices. En ese sentido el tema se hace más complicado, porque los ojos siempre están puestos en nosotros. Pero bueno, eso hace parte de esta profesión y uno termina acostumbrándose a esa presión.

¿Qué amigos ha hecho por allá?

Con todos me la llevo muy bien. Con Hasan Almuharrami, que es con el que más monto fotos y videos en mis redes sociales, con Alnoobi, Leroy, Robson, Pedro Conde. Si me preguntas por amigos, acá todos me quieren, todos son felices conmigo. Y como uno es barranquillero, que trae alegría en la sangre, ellos al ver una persona diferente a su cultura, se emocionan, porque tenemos una energía única. Ellos más bien son tranquilos, de oraciones, caminan rectos, pero eso sí, lo respetan uno y obviamente uno debe respetar su cultura.

¿Cómo le ha ido con el tema de la religión?

Ellos rezan más o menos seis veces al día. A veces estamos entrenando y llega el momento de la oración, entonces paramos y tenemos que esperar que ellos terminen de orar para reiniciar el entrenamiento.

Es raro, pero a la vez es muy bonito conocer este tipo de cultura.

¿En lo cultural ha sido muy distinto a lo que ha vivido en otros países?

En todo ha sido lo mejor. Son personas que no miran la vida del otro mal, siempre están hablando bien, siempre quieren apoyar al otro. O sea, si me preguntan, yo recomendaría que todo el mundo viniera por acá para que vean cómo son los árabes y podamos sacar una enseñanza de lo que es la vida real. Ellos muy pocos manejan lo que son las redes sociales y su día a día son con las personas, es un tema diferente. Y en el fútbol aún más todavía, son más organizados. Las canchas son mejores, las sedes, todo, nos llevan muchos años de ventaja.

¿Cómo ha manejado el tema familiar estando tan lejos?

Mis hijos han venido acá, los jeques del equipo siempre me están preguntando que cuándo van a venir y me facilitan los tiquetes. Ellos siempre están muy pendientes del entorno familiar. Así que por ese lado estoy tranquilo. Y en lo personal acá, tengo muchos amigos colombianos, porque esto acá está lleno de colombianos, entonces me hacen sentir en casa. O sea, yo me siento como en Barranquilla. A mí me dan dos años más acá y esto lo vuelvo un barrio de Barranquilla (risas).

¿La Liga de los Emiratos Árabes se adapta a su estilo de juego?

Es muy fuerte, como te dije, somos los cuatro extranjeros los que tenemos que marcar la diferencia. Gracias a Dios las cosas nos han salido bien. Nos trajeron para pelear el tema del descenso y estamos peleando arriba, a ocho puntos del segundo y a cinco del cuarto. Estamos sextos. Faltan ocho fechas y ya el tema del descenso lo superamos y lo dejamos atrás. Cuando llegamos acá nos dijeron que lo único que nos pedían es que no perdiéramos la categoría y mira, terminamos peleado arriba, tanto en la Liga como en la Copa, donde nos acaban de eliminar en semifinales. Este año para el club ha sido muy bueno.

¿Y en lo individual cómo le ha ido en el Baniyas SC?

Muy bien. Yo creo ha sido uno de mis mejores años futbolísticos, por no decir el mejor, y espero terminar mucho mejor.

¿Ha tenido continuidad, que de pronto ha sido lo que no ha encontrado en los clubes recientes por donde ha pasado?

Sí, he tenido la continuidad siempre, he jugado todos los partidos. El único que no jugué fue porque tuve acumulación de amarillas, de resto siempre he estado (acumula 1.377 minutos en 17 partidos jugados. En todos ha salido de titular y en 14 ha sido sustituido).

¿Y en qué posición lo están utilizando?


A veces juego de seis y otras veces de ocho. Aprovechan mucho mi técnica para sacar al equipo jugando desde el fondo. Ha sido diferente para mí, especialmente cuando juego de seis, pero ya me he adaptado y me siento cómodo.

¿Los estadios allá se llenan?

No, todos son vacíos. Acá rifan Play Stations, celulares, tablets, carros, de todo para incentivar al hincha a que vaya al estadio, pero nada, la gente no viene. Acá no es que no les importe el fútbol, sino que no es tan visto como en Sudamérica.

En eso sí se ha sentido raro...

Claro, porque uno entra al estadio y ve solo 300, 400, 500 hinchas (…) bueno tampoco es muy diferente a lo que se ve hoy en día en algunas plazas del fútbol colombiano (risas)…

¿La prensa de allá es muy dura?

Pues si yo entendiera todo te podría responder esa pregunta (risas)… es mejor no entender (risas). Ahora que nos va bien hablan maravillas del equipo y de los cuatro extranjeros. Acá los compañeros a veces nos traducen y nos dicen que la prensa está feliz, entonces hay que creerles (risas). Eso sí, esto acá es muy organizado en el tema de los medios.

¿La gente lo reconoce en la calle?

Cero, acá en ese sentido es muy tranquilo. Bueno, en el sector donde está el equipo sí todo el mundo me conoce, pero solo me ven y me saludan, son muy respetuosos y tranquilos. No idolatran a nadie, solo a Dios.

¿Cuál es el plan preferido cuando no está jugando al fútbol?

Tengo amigos y con ellos vamos a la playa, hacemos asados, vamos al desierto. Acá hay muchas cosas para hacer, pero todo depende del clima. Ahorita no salgo para nada, porque ya subió la temperatura y hace más calor que en Barranquilla. Estamos a casi 50 grados. Y a 30 minutos tenemos a Dubai, otro espectáculo de ciudad, donde también hay para hacer de todo.

¿Qué es lo más excéntrico que ha visto?

Muchas cosas. Por ejemplo, la placa de un carro. Hay gente que desea que la placa de su carro solo tenga un número, se quieren dar ese lujo y pagan por esa bobada hasta un millón de dólares. Comprar un camello, otro ejemplo, ese lujo te puede estar saliendo en un millón de dólares, y así. Todo es dinero, pero acá pareciera que es normal hacer ese tipo de cosas.

¿Cuánto tiempo de contrato le queda con el Baniyas SC?

Yo firmé por un año, con opción a otro. En dos meses se termina el primer contrato y ya depende de mí sí quiero continuar. Cuando llegué, el primer reto para aspirar a un segundo año era conservar la categoría y se logró. Han llegado ofertas, pero voy a esperar con tranquilidad a que termine la temporada. Acá estoy muy feliz y eso influye mucho.

¿A la distancia ha seguido la actualidad del Junior?

Siempre, siempre he seguido al Junior, estoy muy pendiente de los resultados, los goles, los partidos, todo. Esté donde esté, siempre voy a estar pendiente de mi Junior de Curramba.

¿Cómo lo ha visto?

En la Libertadores, ya todo sabemos cómo nos ha ido, así que hay poco qué decir, y en la Liga creo que las cosas van bien, pero se pueden mejorar. La verdad yo soy hincha, pero no me gusta hablar mucho del Junior sabiendo cómo es la gente allá (risas).

Hay un caso particular en Junior que recuerda su paso por acá, y es el de Matías Fernández. La llegada del volante chileno generó muchas expectativas, pero hasta el momento el nivel mostrado no ha estado a la altura de lo que se conoce de su fútbol. Algo parecido le pasó a usted...

Ha sido igual y espero de todo corazón que le vaya muy bien, porque sé lo difícil que es cuando ya la gente empieza a verte con otros ojos. Se ve que es una buena persona y como jugador es un crack, ya eso todo lo sabemos. Espero que el hincha lo pueda esperar y apoyar, que él se sienta en casa, en confianza, para cuando esté jugando pueda sentir esa tranquilidad y ese apoyo necesario para mostrar lo mejor de tu fútbol. A mí me costó mucho, uno entraba a la cancha y se sentía la presión, ese mal ambiente, y es difícil. Yo llegué muy joven, a los 21 o 22 años, y esa experiencia me sirvió muchísimo para ser lo que soy hoy en día.

¿Es muy complicada una plaza como Barranquilla en donde la gente difícilmente da compás de espera?

Es muy difícil, pero sí está comprobado que muchas veces cuando se espera se disfrutan de los resultados. Mira el caso de Gustavo Cuéllar, que le costó muchísimo en los primeros seis meses, no le fue muy bien, pero la gente lo esperó y después sí pudimos ver lo mejor de su fútbol. Todos sabemos que Matías es un gran jugador y lo único que necesita es el apoyo de Barranquilla, que él sienta que el barranquillero sí apoya. Y si al final las cosas no funcionan, que no tenga para decir que en Curramba no hubo apoyo. Creo que por ahí sería el camino.