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Fluminense 1, Junior 2: ¡Más vivo que nunca!

Gracias a los goles de Carmelo Valencia y Edwuin Cetré, ‘el Tiburón’ se impuso 2-1 al ‘Flu’ en el Maracaná y renovó sus posibilidades de clasificación.

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Hay vida sin Miguel Borja. Junior respira sin Fredy Hinestroza y sin ‘Cariaco’. Grata sorpresa. Gran partido, grandiosa victoria. El equipo se las arregló de buena forma, a pesar de las cinco bajas importantes que tuvo (Germán Mera, Hinestroza, Luis González, Teófilo Gutiérrez y Borja) y vivió su ‘Maracanazo’ al vencer 2-1 al Fluminense, en la noche de este martes en el mítico escenario de Río de Janeiro, en la penúltima jornada del Grupo D de la Copa Libertadores.

‘Obrigado, Carmelinho’. ‘Obrigado, Cetresinho’. Carmelo Valencia y Edwuin Cetré anotaron los dos goles del tercer triunfo tiburón de la historia en territorio brasileño, el primero en el legendario Maracaná. Abel Hernández descontó para los cariocas, que siguen primeros del grupo con ocho puntos.

Le siguen River, con seis (+1 en la diferencia de goles) y Junior, con seis (0). Santa Fe, que juega este miércoles ante el diezmado club argentino (tendrá de arquero un jugador de campo), es último con solo dos puntos.

Un triunfo santafereño dejará a los rojiblancos en el segundo puesto a falta de una fecha para definir los clasificados.

No se esperaba demasiado de Junior con sus cinco bajas. No obstante, los dirigidos por Luis Amaranto Perea jugaron muy bien. Asumieron el control desde el génesis del partido. No era el apocalipsis en el área local, pero los rojiblancos merodeaban e insinuaban sus intenciones ofensivas.

El inconveniente era que Jhon Pajoy, Edwuin Cetré, Daniel Moreno y Carmelo Valencia, un cuarteto que no generaba muchas expectativas, no tenían la suficiente claridad, asocio y entendimiento para traducir en opciones de gol la iniciativa y buen toque de los Tiburones, que tenían en Didier Moreno y Larry Vásquez, como en los últimos partidos, los ejes de todo.

Los volantes lucieron inmensos y siempre fueron protagonistas en la contención del adversario y en la concepción de las jugadas propias.

Atrás, Dany Rosero y Willer Ditta, a pesar de la exageradas devoluciones a Sebastián Viera (sobre todo del segundo), salían airosos ante un Fluminense con más estilo charrúa que carioca.

Solo Kayky, que aparecía veloz y zigzagueantemente de vez en cuando, amenazaban la tranquilidad de Junior, que adelantó notablemente las líneas buscando la forma de inaugurar el marcador.

A pesar de sus buenas intenciones, el ‘Flu’ estuvo más cerca de descorchar el marcador, pero las manos providenciales de Sebastián Viera aparecieron para ahogar el grito de gol de Luiz Henrique y Fred en una misma jugada.

Cuando más se desvanecía la propuesta de Junior, surgió el tanto de Carmelo Valencia, en un gran centro de Gabriel Fuentes, y el equipo rojiblanco se volvió a sintonizar con su buen fútbol.

Carmelo, el atacante por el que pocos apostaban, saltó y cabeceó como en sus mejores tiempos y enrutó la victoria rojiblanca.

Después del descanso, Junior se mantuvo como amo y señor del balón y a los cinco minutos de juego, Cetré sorprendió a la zaga, al arquero y a los seguidores tiburones con un remate abajo que besó el palo izquierdo del cancerbero en su marcha rauda hacia la red.

Un 2-0 merecido por la valiente y ofensiva presentación de Junior, a pesar de las cinco importantes bajas en su alineación. Un dato no menor.

Cetré se tomó más confianza con la anotación y terminó como uno de los destacados, Pajoy estaba atinado antes de lesionarse y Moreno y Carmelo, sin brillar demasiado, hacían su aporte con sacrificio y lucha. Viáfara salía poco, pero se defendía bien, mientras Gabriel Fuentes figuró como un ascensor por izquierda. Llegó tarde en el cierre a Abel Hernández en el gol del descuento, pero aportó una enorme garra y salida por su sector. Partidazo del samario.

Junior pudo lograr un resultado más abultado, pero los hombres de ataque despilfarraron varios contragolpes con imprecisiones en el último tramo de las jugadas o en la estocada final.

Fluminense no encontraba la pelota ni la forma de filtrar a Junior. Una acción aislada, en la cual los rojiblancos se descuidaron y Nené le puso un destacado pase-gol a Abel Hernández para que el experimentado atacante uruguayo descontara, fue lo que mantuvo con vida al cuadro brasileño.

Estando a un solo gol de desventaja, el club carioca poseía esperanzas de empatar, lo que no tenía era luz ni profundidad. Junior, con algunos apuros, con un Larry Vásquez gigantesco y un Viera enfriando el juego, logró sostener el resultado y una plausible victoria que lo mantiene más vivo que nunca.