Historias

2 Gringos que ahora compiten por la bandera colombiana en lima

Los hermanos Isabella y Giorgio Gómez luchan por el tricolor en los Panamericanos.

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De todas sus maniobras sobre la tabla, la más osada fue cuando encararon de frente a la marea y dejaron el equipo de su Estados Unidos natal para aventurarse al agua por Colombia.

El domingo, Isabella y Giorgio Gómez se abrazaron en la orilla de la playa de Punta Rocas, al sur de Lima, para celebrar las medallas doradas que ambos consiguieron en una competencia panamericana sin precedentes.

El par de Florida defendió al país sudamericano donde nació su padre remando contra peruanos, dentro y fuera del mar, en las finales del stand up paddle (SUP).

Para estos jóvenes se trata de un título entre varios, pero con un sabor especial. "Solo ser parte de este evento es una bendición, pero ganar junto con mi hermano lo hizo todavía mejor. Es un sueño hecho realidad; estoy muy feliz de representar a Colombia", dice a la AFP la rubia de piel tostada, cinco veces campeona del mundo en su especialidad (APP World Tour e ISA World Games).

Al pisar la arena, ambos se envolvieron en banderas colombianas, orgullosos por elevar a 16 la cuenta de oros del quinto país en el medallero de Lima-2019, suma que triplica en la cima el que antes representaban.

Giorgio aplaudió el logro de su hermana en el agua donde flotaba, listo para competir. "Eso alivió mi presión y me motivó", cuenta. "No es que seamos competitivos, pero pensé 'quiero ganar lo mismo que ella'. Este evento es un animal distinto".

Además, quería anotar un triunfo en el agua para su segunda patria en su presentación en sociedad en las grandes ligas. "Significa todo para mí y también para el país. Allá 'abajo', el surf como deporte es muy incipiente", dice Giorgio, con perspectiva estadounidense.

Y mientras otros puristas lo rechazan, Isabella celebra el nuevo surf olímpico. "Los Panamericanos son una enorme bendición para todos; es algo con lo que hemos soñado por años", dice, esperanzada de competir en la cita máxima en su especialidad.

Nueva patria

Los cafeteros por adopción aprendieron a leer corrientes y estudiar vientos en Florida. Allí crecieron, sin contacto con la cultura de su padre bogotano tras la separación de su madre estadounidense.

Los acercó al surf la tienda de su abuelo, y elevaron al máximo nivel el hobby por el que pasaban el mismo tiempo dentro y fuera del agua.

Ganada la simpatía, y jurando fidelidad "por el resto" de su vida, se prepara ahora para superar junto a su hermana una prueba no menos desafiante que las olas del Pacífico: aprender a ser colombianos.

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