Historias

Carolina y Olga, la boda de dos sucreñas que le da una lección a la sociedad

La historia de un amor que lo supera todo. En una de las sociedades más cerradas a la igualdad de género, terminaron recibiendo únicamente apoyo a su relación.

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Una simple etiqueta en una foto en Facebook fue el génesis de la historia de amor entre Carolina Paternina Oviedo y Olga Alcorro Vides, cuya particularidad radica en que más que una historia romántica se trata de una relación que lucha por los derechos de las parejas del mismo sexo, en un mundo cada día más homofóbico y poco tolerante.

Cuando se conocieron, a orillas del mar de Coveñas, en sus relojes se detuvo el tiempo. No hubo palabras.

Pasaron tres días para volverse a ver y desde entonces, agregó, no se han vuelto a separar.

Varios meses después pasaron un día en el mar, el lugar favorito de Olga, y su pareja Carolina le pidió matrimonio un 23 de julio. La respuesta fue positiva y el pasado 10 de diciembre la unión se consolidó ante la Notaría Segunda de la ciudad de Sincelejo.

Las familias ofrecieron una recepción en la finca Villa Olga, donde estuvieron acompañadas de parientes y amigos que le dan visto bueno a la relación.

Ella es psicóloga y estudiante de ingeniería civil, mientras que su esposa es abogada. Ambas familias, dijeron las chicas, han adoptado a las dos como si fuesen unas hijas más.

“Nuestra relación es muy estable, hermosa, llena de respeto y mucho amor. Gracias a Dios no nos hemos tropezado con malos comentarios, todos los mensajes han sido llenos de mucho cariño; hasta personas que han demostrado ser homofóbicas respetan nuestra decisión y relación”, afirmaron.

Son enfáticas en atestiguar que su unión traspasa las fronteras del amor, por lo que va más allá de intercambio de besos o canciones románticas, lo de ellas también tiene un sentido social que llega hasta la lucha por la tan debatida igualdad de género.

Por esa razón Olga, la abogada de la relación, ha emprendido una lucha por los derechos de las personas de la comunidad LGBTI.

Con los amigos que tiene en el colectivo Sucre Diversa ha podido trabajar y relacionarse con muchas personas vulneradas por conflictos de toda índole, como armados, callejeros y personales, por el simple hecho de ser transexuales o transgénero.

“No todo el mundo se atreve a dar este paso, sobre todo miembros de nuestra comunidad, toda vez que hay gente que nos tilda de promiscuos e inestables, pero hay que decirle al mundo que existimos, que también nos enamoramos, que sentimos y queremos ser parte de todo lo que se llama sociedad”, dijo.

Para ella eso quiere decir que se le está ganando la batalla a la ignorancia, al irrespeto y a las personas egoístas. La idea es mostrar lo que se es en realidad y no tener que esconderse de nadie, respetando el lema “vivir y dejar vivir”.

Su boda la hicieron pública a través de Facebook y luego decidieron contar su historia de amor para AL DÍA. Felicidades a las dos.