Historias

ESPECIAL | David y Louise, monstruos que torturaron a 12 de sus 13 hijos

AL DÍA le cuenta la horrorosa historia ocurrida en Estados Unidos.

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La pareja que por años confinó y torturó a 12 de sus 13 hijos en la ‘casa del horror’ en Perris, California (Estados Unidos), fue sentenciada a cadena perpetua, en una audiencia en que la que se leyeron sentidos testimonios.

David Turpin, de 57 años, y Louise Turpin, de 50; se habían declarado culpables de 14 delitos, incluyendo tortura, abuso infantil y secuestro, y la sentencia que leyó el juez Bernard J. Schwartz ya estaba prevista.

La novedad de la audiencia del pasado viernes fue el testimonio de dos de los hijos de los Turpin, que se dirigieron a sus padres por primera vez desde su arresto en enero de 2018.

“Mis padres me quitaron toda mi vida, pero la estoy recuperando”, dijo una de las hijas identificada como Jane Doe 4. “Todo pasa por una razón, y lo que pudo ser muy malo me hizo más fuerte”, continuó la víctima.

“No puedo describir en palabras por lo que pasamos mientras crecíamos”, dijo otro de los hijos, Joshua. “A veces tengo pesadillas de las cosas que pasamos, de mis hermanos siendo encadenados, pero eso es el pasado y este es el presente”.

Atrocidades

A los padres se les acusó de tortura, confinamiento y abuso infantil a 12 de sus 13 hijos biológicos, a quienes golpearon y estrangularon, además de castigarlos encadenándolos a sus camas, mantenerlos desnutridos, permitirles una ducha al año y nunca llevarlos al médico o a un odontólogo.

El investigador de la Fiscalía, Wade Walsvick, testificó que uno de los hijos le aseguró que él y sus hermanos eran encerrados en jaulas como castigo, que recibieron golpes en la cara, empujones y arrastrados por la habitación.

Que alguno de los niños o jóvenes comiera un dulce de la cocina era valedero para que sus padres le cayeran a golpes y amarraran durante varios días sin poder si quiera moverse.

La pareja fue arrestada en 2018, luego de que Jordan Turpin, entonces con 17 años, escapó por una ventana y con un celular desactivado pudo llamar a los servicios de emergencia, en una operación que tardó en planificar dos años.

Línea 911: ¿Cuál es tu nombre?

Jordan: Turpin Jordan.

Línea 911: ¿Cómo te podemos ayudar?

Jordan: OK. Soy parte de una familia de 15 personas y mis padres son abusadores, abusan de nosotros y mis dos pequeñas hermanas que en este momento están encadenadas.

Línea 911: ¿Cuántas de tus hermanas están encadenadas ahora?

Jordan: Dos de mis hermanas y uno de mis hermanos.

Línea 911: ¿Con qué están atadas, con sogas o qué?

Jordan: Con cadenas, ellos están encadenados a la cama. Vivimos en medio de la basura y a veces cuando despierto no puedo ni respirar por lo contaminado que está todo, por lo sucia que está la casa.

Línea 911: ¿Cuándo fue la última vez que te bañaste?

Jordan: No lo sé, tal vez hace un año. No he estado afuera, no salgo mucho, entonces no sé nada, qué tiempo pasa o qué ocurre, ni siquiera calles o direcciones.

Línea 911: ¿Tú y tus hermanos estudian?

Jordan: No. No vamos a la escuela, nuestra madre le dice a la gente que nosotros tenemos una escuela privada; y es así, tiene una falsa escuela privada armada, pero nosotros no vamos a la escuela. Tengo 17 años y no he finalizado el primer grado.

Línea 911: ¿Cómo es tu madre?

Jordan: No sé mucho de mi mamá. Ella no nos quieres, no comparte su tiempo con nosotros, nunca lo hace.

La policía encontró a niños encadenados a sus camas, y con los cabellos y la piel muy sucios.

“Este es uno de los más graves, de los peores casos de maltrato infantil que he visto en mi carrera como fiscal”, dijo Michael Hestrin, fiscal del condado.

‘Nunca quise lastimarlos’

David Turpin, que durante el juicio llevaba una camisa marrón y corbata morada, y Louise, que iba de negro, lloraban mientras escuchaban los testimonios cargados con referencias religiosas.

Ambos podrán pedir libertad condicional en 25 años.

“Siento mucho todo lo que he hecho a mis niños, los amo mucho”, dijo ella conteniendo las lágrimas en una declaración antes de escuchar su sentencia. “Solo quiero lo mejor para ellos, su felicidad es muy importante. Quiero que sepan lo especial que son y lo orgullosa que estoy de ellos”, agregó la fémina.

“Nunca quise lastimarlos”, dijo él. “Rezo para que se mantengan unidos y se cuiden los unos a los otros dado que mamá y papá no podrán estar ahí”.

Los 13 hermanos, entre 3 y 30 años, están al cuidado de los servicios de protección de niños y adultos del condado.

Tanto Jane Doe 4 como Joshua dijeron que estaban en la universidad, que vivían en un apartamento y podían moverse de manera independiente, y que disfrutaban su nueva libertad y de los amigos que habían hecho.

El joven dijo que aprendió a montar bicicleta y que estudia ingeniería de programas.

“He aprendido a hablar por mí, a nadar, a comer saludablemente, a manejar dinero”, indicó.

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