¿Qué Pasa?

¡Así lograron la incautación del arsenal del ELN en barrio abajo!

Detalles de la investigación que permitió la incautación de 58 granadas y unos 15.000 cartuchos del grupo armado.

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Las pesquisas para lograr la incauta­ción de un gigantesco arsenal con­formado por 58 granadas IM26, 300 cartuchos de munición calibre .50 milímetros para armamento pesa­do, 2.000 cartuchos de munición calibre 7.62 para armas largas y 13.000 cartuchos de munición 5.56, iniciaron hace un mes.

Un oficial de la Dijín de la Policía que participó en el operativo, que afectó la estructura armada del Ejército de Libe­ración Nacional (ELN), reveló ayer deta­lles del mismo.Las labores se iniciaron con la llamada de “una fuente confiable que aportó información relevante, veraz y eficaz” explicó.

La fuente se convirtió en el hilo con­ductor para llegar hasta un inmueble situado en la calle 46 con carrera 52, en Barrio Abajo, en el mismo corazón de Ba­rranquilla, y lograr el golpe que evitó que el material bélico saliera a circular a las zonas de combate del grupo guerrillero. Las informaciones que manejan la Po­licía y la Fiscalía indican que los explo­sivos y la munición pertenecen al ELN. “Puntualmente, llegarían a manos del frente de guerra ‘Darío de Jesús Ramí­rez Castro’, y tendría como destino su distribución en el Sur de Bolívar y Antio­quia”. El informante los puso tras la pis­ta de un grupo de personas dedicadas a introducir al país armamento de forma clandestina y vía marítima, proveniente de los Estados Unidos.

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Este es parte del arsenal incautado al ELN | Foto: Policía Nacional

En este caso el material bélico ingre­só a través del municipio de Puerto Co­lombia, en la banda costera del Atlántico. “Después de obtener la información, em­pezamos con el seguimiento a estas per­sonas dedicadas al tráfico de armamen­to. Estos nos llevaron a este inmueble, en donde funcionaba una chatarrería”, indicó el investigador. Una vez ubicada la vivienda, 12 investigadores iniciaron una

labor de inteligencia. Encubiertos, como habitantes de la calle y mototaxistas, em­pezaron a vigilar el inmueble. Así logra­ron camuflarse en el entorno natural del sector, distribuidos en puntos específicos para no levantar sospechas. Los turnos de vigilancia tenían una duración de seis horas en la cual los agentes encubiertos se rotaban. Durante 15 días se mantu­vo la vigilancia sobre el inmueble, hasta que se logró recopilar suficiente material probatorio para que un fiscal ordenara un allanamiento. El registro se llevó a cabo el sábado, a las 12:15 del mediodía.

“De los primeros indicios que se obtu­vieron fue la entrada y salida de vehícu­los particulares y reuniones. Los agentes lograron establecer que la organización usaba como fachada la chatarrería para ir descargando los elementos y, de esa manera, “evitaban levantar cualquier sospecha”, pormenorizó el oficial.

La fuente les indicó que ya dentro del inmueble había suficiente material, con­siderable para hacer el operativo. “El viernes se tomó la decisión, apoyada por la Fiscalía, para realizar el procedimien­to”, añadió. Concentrados desde las 7 a.m. del sábado en la Seccional de In­vestigación Criminal (Sijín) Metropoli­tana, ubicada en la carrera 38 con calle 74, un grupo especial de 25 agentes de la Dijín salió con la orden allanamiento en mano, ataviados con chalecos antiba­las, armados con pistolas 9 milímetros y fusiles calibre 5.56. Se embarcaron en cinco vehículos a las 12 en punto del me­diodía, rumbo a Barrio Abajo. En 15 mi­nutos ya estaban asegurando el períme­tro del inmueble e instalando el anillo de seguridad.

“No se encontró ningún tipo de resistencia, había una sola persona en el inmueble, que fue capturada y asegu­rada e iniciamos el registro. Con la per­sona conversamos un rato, solicitándole información, y empezamos la búsqueda de los elementos materiales probato­rios”, contó.

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Este es parte del arsenal incautado al ELN | Foto: Policía Nacional


En el primer lugar donde hallaron par­te del arsenal fue en la cocina, en cajas encintadas que aparentaban ser para muebles plegables. En sus interiores ha­bía munición y granadas. Posteriormen­te encontraron entre la chatarra más cajas, que contenían también munición. En la misma chatarrería a los investiga­dores les llamó la atención una tierra que se veía como si hubiera sido manipulada recientemente. Un investigador empezó a revolcarla y encontró cartuchos 5.56, y siguió escarbando y halló más munición. En otra habitación se hallaron más gra­nadas y, en un armario entre ropa, tam­bién se hallaron más granadas. Así esta­ba distribuido el material en el inmueble.

El investigador aseguró que con esta incautación se evitó la pérdida de vidas humanas, lesiones a la población civil y a integrantes de la fuerza pública. “El solo impacto de una granada deja muchos da­ños materiales y en humanos.”

Por: Carlos Polo

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