¿Qué Pasa?

Autoridades buscan a una pareja por masacre de Las Terrazas

Luis Alberto, un magangueleño; y Bileidis Meza Salas, venezolana, son la clave para resolver la matanza.

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Un magangueleño y una venezolana son los principales sospechosos del asesinato de cuatro personas, la madrugada del pasado sábado, en la finca El Gran Chaparral, en la carrera 34 No. 81-229, barrio Las Terrazas, en Barranquilla, informó ayer Víctor Enrique Herrán, hijo del ingeniero forestal Jaime Enrique Herrán Oviedo, víctima de la matanza.

El dato fue confirmado por un investigador judicial vinculado al caso, quien reveló que el magangueleño se llama Luis Alberto y su pareja sentimental Bileidis Meza Salas. Ambos, junto a sus cuatro hijos menores de edad, se fueron de la finca la madrugada en que ocurrieron los hechos y son buscados por las autoridades.

El investigador le recordó a la ciudadanía que la Policía y la Alcaldía de Barranquilla están ofreciendo $10 millones por información sobre los asesinos del ingeniero forestal Jaime Enrique Herrera Oviedo, de 75 años; su compañera Betzaida Acevedo Ospina, 32; una hermana de Betzaida, identificada como Griselda Acevedo Ospina, 34; y Sandra Ricardo Montes, 32, prima de Griselda.

Jaime era natural del municipio de Chaparral, Tolima; y las mujeres de Caimito, Sucre.

“Tenemos habilitadas las líneas 112 y 123 para recibir la información que será tratada anónima y confidencialmente. También se puede aportar la investigación en cualquier Cai o dirigiéndose a cualquier policía que vea en la calle”, recalcó el investigador.

Agregó que los asesinos se llevaron una caja fuerte pequeña que era de Jaime y pertenencias de las víctimas. Por la magnitud de la matanza y la forma como fue perpetrada habrían participado dos o tres personas.

A las mujeres las encontraron encerradas en un baño, estaban amaradas entre sí con sábanas y amordazadas. En el lugar había signos evidentes de lucha: el bacín fue arrancado y la tubería se reventó dejando correr el agua libremente.

A Jaime lo descubrieron afuera de la casa, junto a un árbol. Vestía ropa de trabajo: una camisa blanca, un jean, correa de cuero y unas botas. También estaba amordazado y amarrado de manos, le cortaron el cuello hasta que se desangró.

Los investigadores presumen que los bandidos ingresaron a la finca en la madrugada del sábado, sometieron a la familia, los amarraron y a las mujeres las metieron en el baño. Jaime quedó bajo el control de los delincuentes y lo habrían golpeado para que revelara donde tenía la caja fuerte y objetos de valor.

En un descuido el ingeniero forestal corrió para escapar, pero los delincuentes lo alcanzaron y lo degollaron fuera de la casa. Regresaron y para no dejar testigos mataron a puñaladas a las tres mujeres.

‘Mi papá me pidió que los sacara’

En Medicina Legal se encontraron ayer los familiares de Jaime y las mujeres asesinadas. La vocería la tomó el hijo del ingeniero forestal, Víctor Enrique Herrán, quien les pidió a las autoridades ubicar rápidamente a Luis Alberto y Bileidis Meza para que aclaren los hechos ocurridos en la madrugada del sábado en la finca de su papá. “El caso lo dejo en manos de las autoridades, la justicia y Dios”, expresó.

“Alberto era un trabajador de mi papá que había llegado hace cinco meses, más o menos, con cuatro niños y su mujer (Bileidis Meza). Mi padre se compadeció de ellos y los metió en la casa, les dio solución de vivienda (un pequeño apartamento que construyó junto a la casa principal) y le dijo que lo iba ayudar por los niños, pero le advirtió que no le podía pagar sueldo porque no estaba en condiciones, pues vivía de su pensión”, relató Víctor.

Manifestó que en los últimos meses su papá le estaba pagando $15 mil diarios a la pareja para que lo ayudaran en los quehaceres de la finca, pero hace un par de días Jaime le confesó a su hijo que notaba una actitud “extraña” en Alberto y su esposa.

“Me contó que no los veía inconformes con lo que les daba y me pidió que hablara con Alberto y le dijera que se fueran porque los veía raros. Estaba preocupado porque ellos llevaban varios días encerrados, sin dejar salir a los niños a jugar”, expresó Víctor.

“La última vez que estuve con mis familiares fue el viernes en el almuerzo, comimos juntos y yo vi a la mujer de él (Bileidis Meza) lavando y recogiendo toda la ropa. De hecho la mujer de mi papá, Betsaida, me dijo ‘parece que se fueran a ir como escondidos’”, recordó Víctor.

Por último el hijo de Jaime relató cómo encontró los cuerpos: aproximadamente a la 1:00 de la tarde del pasado sábado llegó en su taxi a ver qué ocurría porque su papá no le había contestado el celular en toda la mañana.

“Llegué y ví todo raro, porque cuando llegaba todos salían, pero ese día no había nadie, todo estaba en silencio y presentí algo. Entré asustado, pensé que iba a encontrar a alguien todavía esperando, entre con un palo y cuando ingresé a la casa vi los cuerpos de ellas”.

Sin perder tiempo Víctor fue a donde un vecino miembro de la Red de apoyo de la Policía y quien tiene arma y radio. Con su apoyo ingresó nuevamente al predio de su papá y lo encontró muerto afuera de la casa, degollado junto a un árbol y confirmó que las mujeres también estaban muertas en el baño.

Hipótesis

Dos hipótesis han tomado fuerza en el caso. Ambas coinciden en situar al hurto como el móvil y los asesinatos como una consecuencia del atraco.

La primera hipótesis indica que el cuádruple asesinato de Las Terrazas lo habría cometido Luis Alberto y su pareja sentimental Bileidis Meza Salas, quienes se habrían llenado de resentimiento porque Jaime les dijo les iba a empezar a cobrar $30 mil de arriendo por el pequeño apartamento que les había construido.

Al parecer el anunció del cobro fue una forma indirecta que usó el ingeniero para sacar a la pareja de su finca ya que estaba cansado de mantenerlos y atemorizado con la extraña actitud que habían tomado últimamente.

En esta versión el magangueleño y la venezolana dejaron encerrados a sus cuatro hijos, sometieron a toda la familia, cuatro personas, los robaron y los mataron para evitar que los delataran. Luego recogieron sus cosas, a los ‘pelaos’, y huyeron con facilidad porque se habían preparado para el escape.

En este escenario es posible que la pareja tuviera la ayuda de otra persona, un tercer asesino, cuya identidad hasta ahora es desconocida.

La otra hipótesis es que una banda o un grupo delincuencial (posiblemente de la zona) haya cometido el hurto y los asesinatos y el magangueleño y la venezolana les hubiesen ‘tirado el dato’, indicándoles que Jaime tenía caja fuerte y elementos de valor en la finca.

La pareja se habría estado preparando para huir tan pronto ‘sus amigos’ dieran el golpe y por eso desaparecieron sin dejar rastro después de los asesinatos.

“Todas las posibilidades están sobre la mesa. La zona donde está ubicada la finca el Gran Chaparral colinda con la invasión conocida como Villa del Rosario donde vive mucha gente honrada pero también jibaros, delincuentes y hasta ex miembros de grupos como las Auc y bandas criminales”, expresó el investigador consultado.

La fuente recordó que en septiembre del año pasado en Villa del Rosario fueron asesinados, mutilados y enterrados en dos fosas comunes Ilie Delgado Vidales, 19 años, apodado el ‘Panameño’, y Jean Manuel Maldonado Paredes, 20 años, apodado el ‘Veneco’.

En las calles se dice que el ‘pecado’ de los jóvenes fue meterse a comprar y consumir droga en la invasión, ignorando que uno de los jíbaros que maneja la zona había impuesto un veto a los venezolanos porque unos delincuentes del vecino país le habían violado a una sobrina durante un robo.

Ayer el comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, general Mariano Botero Coy, le hizo un nuevo llamado a la pareja que está siendo buscada por los asesinatos de Las Terrazas. Los invitó a pensar en sus cuatro hijos y presentarse ante las autoridades para explicar lo ocurrido.

Sandra iba a empezar a trabajar

En Medicina Legal también hablaron los familiares de Sandra Ricardo Montes, una de las mujeres asesinadas en el barrio Las Terrazas. “Sandra llevaba 12 días de haber llegado a Barranquilla, nos había dicho que iba a empezar a trabajar”, relató conteniendo el llanto Astrid Ricardo, hermana de Sandra.

Explicó que su familiar se estaba quedándose en la finca porque era prima de Betzaida y Griselda. Anteriormente la mujer había viajado a Barranquilla y se había alojado en la propiedad de Jaime sin ningún problema.

“Era una mujer trabajadora, no se metía con nadie, nos ha golpeado muy duro lo que la paso. El viernes hablamos por whatsapp y me dijo que estaba bien, que una señora le había pedido la hoja de vida porque iba a empezar a trabajar”, declaró Astrid.

Por su parte los vecinos de la finca El Gran Chaparral recordaron muy conmovidos a las víctimas de la matanza.

Del ingeniero forestal Jaime Henrique Herrán Oviedo, dijeron que era natural de Chaparral (Tolima) pensionado, y llevaba más de 40 años de haber llegado a Barranquilla y unos 30 años viviendo en el sector, en su finca.

“Era un señor tranquilo, la primera esposa murió y el rehízo su vida con Betzaida. En la finca también vivía la cuñada, Griselda y ahora último se estaba quedando Sandra”, expresó un habitante del sector quien pidió no revelar su nombre.

Los vecinos les pidieron a las autoridades dar rápida captura a los asesinos de la familia, esclarecer el caso y reforzar la seguridad en la zona, sobre todo en el sector de la invasión.

Sin relación

Para los investigadores la matanza de las Terrazas no tendría relación con los atentados de Bellarena (dos muertos, incluyendo una niña de 4 años) y del barrio Universal (cinco muertos dentro de una casa) que ocurrieron durante las dos semanas pasadas en Barranquilla porque “la forma de ejecución es completamente diferente”.

La fuente explicó que en Bellarena y el Universal las víctimas, o las personas que iban a matar, tenían antecedentes judiciales y aparecían reseñadas en informes de inteligencia que los ligaban con organizaciones delictivas. Los ataques de Bellarena y el Universal fueron ejecutados por pistoleros motorizados y en el Universal hubo hasta una suplantación de la autoridad ya que los asesinos usaron prendas para simular ser miembros de la Policía Judicial;

Mientras que la matanza de Las Terrazas fue perpetrada con cuchillo y los asesinos hurtaron dinero y pertenencias de las víctimas, a quienes amarraron y amordazaron.

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