¿Qué Pasa?

Beto se opuso a que le robaran el celular y lo mataron a puñaladas

La víctima iba camino a su casa.

Compartir en:
Por:

Alberto: Hey, vente pa' acá. Estoy en el billar.

–Amigo: Uff, ya estoy durmiendo.

–Alberto: ¡Véngase!

–Amigo: ¿Vas a gastar?

–Alberto: Sí, llega.

–Amigo: Nombe, no voy pa' allá. Voy a seguir durmiendo.

–Alberto: ¿Vas a venir sí o no?

–Amigo: Nombe, ya me acosté.

–Alberto: Bueno, mañana estoy solo en la casa. Si quieres vas allá.

Esa fue la última conversación que Alberto Andrés Díaz Faraco tuvo con un amigo muy cercano a la fa­milia durante la noche de este sábado.

Según el pantallazo de WhatsApp, el último mensaje se escribió a las 11:15 de la noche, en el cual el hombre de 45 años confirmó que se encontraba en el billar situado a varias cuadras de su casa.

Desde entonces no se supo más de él, hasta que ese mismo amigo, a quien le tocaba madrugar al día siguiente para ir al trabajo, salió a coger el bus en la Ave­nida Las Torres y se encontró con la fuer­te escena.

“A las 5 de la mañana salí de mi casa y me percaté que en la calle 46A con carre­ra 45, habían dos motos sospechosas, que arrancaron enseguida. Caminé varios metros y me percaté que había un hom­bre tirado en el piso. En ese momento aparecen unos policías y dicen que el tipo está borracho. Cuando me acerqué, con­firmé que se trataba de “Beto”, mi amigo al que no quise acompañar a tomar”, dijo con voz pausada y la mirada perdida, el hombre que además es vecino del sector.

Los policías movieron el cuerpo, se percataron que estaba ensangrentado, le tomaron el pulso y confirmaron que es­taba muerto, por lo cual reportaron a la Unidad Móvil de Criminalística de la Si­jín, que se encargaron del levantamiento del cadáver.

De acuerdo con las versiones recogi­das por los mismos familiares, Alberto Díaz caminaba con rumbo hacia su casa cuando fue interceptado por sujetos en moto, quienes le hurtaron el celular y le exigieron que entregara la cartera.

“Beto se opuso y por eso le propinaron dos puñaladas en el cuello. Murió desan­grado”, dijo uno de los parientes.

Los familiares presumen que su reac­ción de oponerse al robo estaría relacio­nado con el alto grado de alicoramiento que tenía, pues no acostumbraba a pe­lear con nadie.

Alberto Faraco Díaz era barranquille­ro, pero toda su familia reside en Sabana­grande. Por ello, solo vivía con su mamá en la Urbanización El Parque, a una cua­dra del lugar donde lo asesinaron. Era el segundo de tres hermanos y en la actua­lidad trabajaba como ayudante de un tío en un taller de soldadura.

Aquí se habló de