¿Qué Pasa?

“¡Capitán no, no hay pistas de Albertico!”: grupo de búsqueda

AL DÍA fue testigo de la entereza y profesionalismo del grupo de búsqueda.

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La angustia y la desesperación se dibujan en los rostros de los habitantes de Tigrera y de quienes con afán buscan a Albertico, el niño de 6 años, perdido en la Sierra Nevada hace 23 días. Las horas pasan y la preocupación crece, pero la esperanza sigue viva porque todos en la comarca comulgan con el principio de que “el optimismo es la fe que conduce al logro”.

En la oscuridad de la tragedia parece asomarse una luz, luego de escucharse comentarios de que el pequeño está con vida y que inclusive estaría en los alrededores del sector Pozo Azul, una formación natural enclavada en la montaña y a media hora de Minca. Esa luz –que aún sigue encendida por la esperanza y la convicción– se desvaneció cuando el bombero Abraham Mesa, alertó a su comandante de unos extraños movimientos en la maleza.

Raudo se dirigió al sitio, pero al cabo rato avisó: “Capitán, no, no hay pistas de Albertico”, y la desazón se apoderó nuevamente de todos. Desde el sector Las Cabañas hasta La Tagua, en un área de mil hectáreas, aproximadamente, la búsqueda es incesante.

Por el río, debajo de las piedras y abriendo trochas en la espesura de la vegetación, un ejército interinstitucional y de voluntarios escudriñan cada rincón con la esperanza de hallar algún indicio sobre el paradero del niño.

“Aquí estoy, porque es mi oficio, pero también porque soy madre y tengo tocado el corazón”, dijo la bombero Kelly Murillo, una de las socorristas que presta su ayuda durante los trabajos de exploración.

BÚSQUEDA CON FE

AL DÍA acompañó durante dos horas a los socorristas en el complejo trabajo de búsqueda en medio del bosque tropical húmedo que hay en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Siendo las 9:00 a.m., dos camionetas de la Policía Nacional y un camión del Cuerpo de Bomberos partieron desde la casa de los familiares del menor, en Tigrera, rumbo al río. Una oración antecedió al inicio de la operación. “Vamos con fe, porque hoy es el día”, fue la consigna. Durante 15 minutos, en una vía serpenteada, los uniformados ultimaban los detalles de lo que sería una larga expedición.

Al llegar al sector de Gairama, los bomberos se pasaron a los vehículos policíacos y transitaron durante otros 15 minutos por un camino áspero y difícil, debido a que las lluvias de los últimos días provocaron estragos y aludes de tierra. Atravesando riachuelos y atendiendo cada una de las recomendaciones de seguridad, el grupo conformado por 9 policías de las Unidades de Operaciones Especiales en Emergencias y Desastres, Ponalsar, 6 Bomberos y los dos periodistas de AL DÍA, llegaron al punto de partida y marcharon río arriba en búsqueda de Albertico.

“Central informo la hora, son las 9:45 a.m., estamos en el reconocimiento a orillas del río, en el sector de Las Cabañas y hasta el momento no encontramos ningún rastro del menor… quedamos QAP”, comentó la bombero Murillo, mientras esquiva unas de las tantas piedras que hay en el sector.

¡ACELEREMOS…!

Mientras tanto, no muy lejos de allí, ‘Homero’, el pastor holandés de 6 años traído desde Bogotá, olfatea el terreno de la mano de su amo, el patrullero Juan Yánez, quien camina al compás del paso del canino. Ha llovido mucho, el terreno está muy mojado y eso hace que se revuelvan las partículas de olor y quizás eso dificulte el trabajo del perro.

“Su olfato es muy agudo y su experiencia nos brinda confianza. Sé que con su ayuda encontraremos sano y salvo al niño”, anotó Yánez, justo en el momento en que junto con fiel amigo atravesaban una quebrada en Tigrera. Los minutos avanzan y el camino se pone más duro. Los escasos rayos de sol que se atraviesan las ramas de los árboles se ocultan por el paso de una nube que vaticina lluvia.

“Aprovechemos que aún no está lloviendo y adentremos más en el bosque… ¡aceleremos!”,, se le escuchó decir al patrullero. El radio teléfono del subintendente Yaison Maya, jefe del grupo de búsqueda, se activa y obliga a una pausa. “Negativo el objetivo por aquí abajo”, dijo un interlocutor ubicado en otra área. “Tengamos en cuenta las características del terreno; caminemos en zigzag, por donde habría transitado el niño”, fue la respuesta del sub oficial.

LA LLUVIA

A las 11:15 a.m. comienzan a caer las primeras gotas de lluvia y el jefe del grupo lanza la voz de alerta: “Evacuemos la quebrada, podría sobrevenir una creciente súbita”. Tras acatar la orden , el grupo prosiguió la búsqueda por la zona aledaña al río, abriendo trochas y adentrándose en la maleza.

“¡Vamos, vamos, vamos!”, es la voz de estímulo. El agua arrecia y el terreno se dificulta. La operación se mantiene pero la tarea no es igual que en condiciones climáticas normales. Al poco rato la tarea se detiene. Hay que ser prudentes. “Por seguridad frenamos hasta que cese el agua”, dijo uno de los bomberos.

Agotados el grupo retorna a la base, nuevamente con las manos vacías, pero con la fe intacta en que encontrarán a Albertico. Hoy la búsqueda continuará pero con la llegada de un nuevo voluntario al grupo. Se trata de ‘Maximus’, un perro raza pastor alemán de color negro fuego, integrante de la Defensa Civil Colombiana y experto en localización de personas en estructuras colapsadas y desaparecidos. “Vamos, vamos, que la esperanza es lo último que se pierde”, es la voz de estímulo.

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