¿Qué Pasa?

Conozcan a los asesinos y violadores que han aterrorizado a los colombianos

La ‘Bestia del Matadero’ nos recuerda otros hechos similares que se han registrado en Colombia.

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El caso de Levith Aldemar Rúa Rodríguez, apodado la ‘Bestia del matadero’, señalado de ser un violador serial y asesino, nos recuerda otros hechos similares que se han registrado en Colombia, Suramérica y el resto del mundo.

Rúa Rodríguez está sindicado de haber violado al menos a 15 mujeres desde 2008, cuando salió de la cárcel en Valledupar por haber abusado de una mujer. Ese delito le costó su trabajo como patrullero de la Policía Nacional.

Su aberrante historia quedó al descubierto porque una joven venezolana de 17 años denunció que había sido secuestrada y violada en un cambuche ubicado en zona rural de Malambo. Las labores investigativas de la Policía culminaron en la captura de Rúa Rodríguez por el caso de la venezolana.

Pero al revisar la zona donde presuntamente llevaba a sus víctimas, cerca al matadero de Malambo, las autoridades encontraron el cadáver de la estudiante del Sena Gabriela Andrea Romero Cabarcas, de 18 años, quien estaba desaparecida desde el 27 de noviembre.

La tesis de la Fiscalía es que Rúa Rodríguez sería un enfermo sexual, responsable de múltiples violaciones, y habría abusado y asesinado a Gabriela Romero.

EL MONSTRUO DE MONSERRATE

Freddy Armando Valencia, el ‘Monstruo de Monserrate’, montó un ‘cambuche’ en los cerros orientales de Bogotá, es señalado de asesinar a nueve mujeres, todas habitantes de la calle. De Valencia se sabe poco, salvo que llegó al mundo de las drogas tras la muerte de su madre y de una decepción amorosa. A pesar de que vivió en una familia de clase media y realizó estudios universitarios, este sujeto, de 34 años, terminó en la calle como reciclador. A las autoridades les dijo que, mediante ofrecimientos de comida y droga, invitaba a las mujeres a su ‘cambuche’ para solicitarles favores sexuales. Luego las asesinaba asfixiándolas. Aún cuando las autoridades han confirmado la muerte de nueve, se cree que son 19 las mujeres asesinadas. Actualmente está en la cárcel La Picota, en Bogotá y afronta diversos procesos judiciales por sus crimines.

JAVIER VELASCO VALENZUELA

Desde el 2012, Javier Velasco está en la cárcel La Picota por tres condenas en su contra: el feminicidio de Rosa Elvira Cely, el acceso carnal violento de sus hijastras y el de una trabajadora sexual. Las condenas le sumaban a Velasco más de 90 años de cárcel; sin embargo, como en el país la pena máxima de prisión es de 60 años, y el asesino aceptó todos los cargos, pagará 48 años.

EL ARQUITECTO DEL MAL

El arquitecto Rafael Uribe Noguera confesó haber sido el autor del secuestro, violación y asesinato de la niña de siete años Yuliana Samboní. Los hechos ocurrieron en diciembre de 2016, en Bogotá. Ese día Uribe Noguera raptó a la menor en el barrio Bosque Calderón y se la llevó en una camioneta gris hasta un apartamento en el barrio Chapinero Alto, en Bogotá, donde la violó y luego la asesinó. Rafael Uribe Noguera, de 38 años, es miembro de una prestante familia capitalina. Bachiller del Gimnasio Moderno (1996), donde lo recuerdan por haber sido jefe de la banda de guerra, y arquitecto de la Universidad Javeriana (2003), donde algunos mencionan que tuvo líos por el posible plagio de su tesis. Actualmente se encuentra preso en la zona con más seguridad de la cárcel La Picota, en Bogotá, donde deberá pagar 58 años de cárcel.

EL SÁDICO DEL CHARQUITO

Tenía un coeficiente intelectual de 116 y hablaba perfectamente inglés y portugués. Se estima que violó, torturó y asesinó a más de 157 mujeres en un período de 20 años. Para cometer sus crímenes se movió por Colombia, Brasil y Ecuador. Tuvo varias relaciones sentimentales, pero descubrió que una de ellas le fue infiel, lo que le despertó un odio irracional a las mujeres, o misoginia.

Cometió sus crímenes en los 80 y tras varios años de impunidad, fue capturado en Quito (Ecuador). En el bolso le encontraron ropa femenina, papeles de una mujer y una agenda en la que tenía recortes de periódicos con noticias de mujeres muertas. Camargo fue asesinado por otro recluso, Giovanny Arcesio Noguera Jaramillo, en el Centro de Rehabilitación de Varones N° 2 de Quito (Ecuador), el 13 de noviembre de 1994. Su asesino resultó ser el sobrino de una de sus víctimas.

EL MONSTRUO DE LOS ANDES

Es considerado el peor homicida y violador de la historia de Colombia. En un recorrido que hizo por Colombia, Ecuador y Perú, violó y asesinó a más de 300 niñas. Parte de su vida trabajó como vendedor ambulante y perteneció a una organización dedicada al hurto de vehículos. Por la década de los 80 se vivía un ambiente de temor en Perú y Ecuador porque se creía que una banda criminal estaba secuestrando a las menores. Pero pronto se descubrió que era López a quien llamaron ‘el Monstruo de los Andes’.

Fue capturado luego de que una trabajadora de una plaza de mercado detectó cómo él miraba a su hija. La mujer alertó a sus compañeras, quienes lo rodearon con el ánimo de lincharlo. Tras unas horas en la cárcel confesó que había matado a las niñas. Purgó condena de 14 años en Perú y en Colombia le sumaron 4 años más.

En 1997 lo declararon inimputable (es decir, que no era consciente de sus actos), salió de la cárcel y se desconoce su paradero.

EL COQUETO

Es un chofer y feminicida a quien se le atribuyen múltiples violaciones y asesinatos de mujeres entre 2011 y 2012. Su modus operandi consistía en ejercer su oficio como chofer de autobuses en horas de la madrugaba. En varias ocasiones fingía un problema con el vehículo y pedía el desalojo de todos los presentes, menos de alguna mujer entre 17 y 34 años a quien le ofrecía llevarla a su casa si finalmente arreglaba la falla. A continuación violaba, mataba y arrojaba a sus víctimas al canal de Tlalnepantla. Aunque luego de su arresto se escapó de la cárcel, fue apresado nuevamente y sentenciado a 240 años de prisión.

EL PSICÓPATA DE ALTO HOSPICIO

Julio Pérez Silva es un criminal sexual chileno que entre los años 1998 y 2001, mientras trabajaba como taxista, interceptaba a jóvenes menores de edad. Su modus operandi consistía en llevar a sus víctimas donde quisieran gratuitamente y luego las violaba, asesinaba con golpes en la cabeza y lanzaba sus cuerpos en piques mineros. Mató a 15 mujeres, y se considera sospechoso de la desaparición de cinco. Fue condenado a cadena perpetua. Sin ningún remordimiento admitió los asesinatos y violaciones, además confesó haber actuado solo y nunca alegó demencia. Tras su detención, Pérez Silva aportó los datos necesarios para localizar los cadáveres de sus víctimas. Actualmente es vigilado las 24 horas y es sometido a control del sueño, luego de que intentó suicidarse en su celda con un cordón de zapatos enrollado a un cepillo de dientes.

EL ‘RODOLFO VALENTINO’ DE LOS ASESINOS

Este asesino estadounidense, homicida en serie, secuestrador y necrófilo es uno de los psicópatas más conocidos del mundo. Confesó 30 homicidios en siete estados, pero la cifra real se desconoce. Durante sus años de universidad conoció a una joven llamada Stephanie Brooks, una chica refinada y bonita de quien se enamoró y con quien tuvo una relación; sin embargo, Stephanie le terminó y la ruptura lo marcó, pues las chicas que asesinó tenían parecido físico con ella. La estrategia que Ted desarrolló para atraer a sus víctimas era hacerse el débil. Por lo general, cargaba muchos libros con un brazo falsamente enyesado y pedía ayuda a las chicas para después secuestrarlas. También fi ngía tener problemas para arrancar su Volkswagen y cuando las mujeres se acercaban a echarle una mano, él las golpeaba y secuestraba. Fue electrocutado el 24 de enero de 1989.

EL MERODEADOR NOCTURNO

Richard Ramírez, apodado el ‘merodeador nocturno’, mató a 14 personas en Los Ángeles (Estados Unidos) entre 1984 y 1985. Como la mayoría de los asesinos y violadores en serie, Ramírez fue en su adolescencia un chico problemático: a los 9 años empezó a robar y consumir drogas en Texas, su estado natal.

En Los Ángeles se hizo satanista y comenzó su carrera como asesino, no seguía pautas concretas lo que hacía más difícil su detención: mataba a personas dándole igual sexo, raza, edad o condición. Tampoco tenía un modus operandi fi jo, podía asesinar de una manera organizada sin dejar pistas o matar sin ningún cuidado creyéndose amparado por su dios Satán, dibujando signos demoniacos en las paredes. En 1989 fue condenado a la cámara de gas y murió de insufi ciencia hepática en el Hospital General de Marin, en Greenbrae, California, el 7 de junio de 2013, con 53 años.