¿Qué Pasa?

El cuñado lo mató por el robo de una carga de reciclaje

La víctima era de nacioalidad venezolana.

Compartir en:
Por:

Por reclamar el robo de un material reciclable que había juntado con mucho esfuerzo durante toda una ardua jornada de trabajo escarbando entre bolsas de basura; fue asesinado el venezolano Cristian Manuel Esaac Díaz, de 21 años.

El homicidio ocurrió a las 8:00 de la noche de este domingo en un sector peligrosísimo de Barranquilla, la calle 29 con carrera 33, barrio San Roque. Johan Manuel Camacho Díaz, hermano de la víctima, relató que Cristian había trabajado durante todo el día juntando reciclaje, y al llegar a la pieza donde vivía, en un inquilinato del sector, se acostó a dormir totalmente exhausto en la cama por la que pagaba $5 mil diarios.

Al despertar, a las 7:00 de la noche, descubrió que le habían robado el reciclaje, pero alguien le dijo que el responsable era su propio ‘cuñado’, es decir el hermano de la jovencita con la que estaba ‘vacilando’.

El venezolano fue a buscar a su cuñado, un adolescente que consume droga, y le pidió que le regresara lo suyo, porque con el producto de la venta del reciclaje (unos $20 mil) iba a pagar sus gastos y mandarles algo a sus familiares en Maracaibo.

“Se confió que el muchacho era dizque su cuñadito, pero el ‘chamo’ sacó un puñal y se lo enterró directo en el corazón”, manifestó Johan, el hermano del occiso. A Cristian ni siquiera lo alcanzaron a llevar al Hospital Barranquilla, quedó muerto en acto. “La mamá del muchacho que mató a mi hermano entregó el hijo a las autoridades, él esta capturado”, afirmó también Johan en Medicina Legal. El familiar manifestó que su hermano era un muchacho trabajador, sin vicios y responsable.

“Nos vamos a regresar para Venezuela, porque acá solo encontramos dificultades y ahora la muerte”, manifestó Johan llorando. Cristian Manuel Esaac Díaz era soltero y no dejó hijos. Hace seis meses se había radicado en Barranquilla, tras haber vivido durante un año en Bogotá.

Sus familiares relataron que llegó lleno de ilusiones a buscarse un futuro mejor en la capital del Atlántico, pero solo encontró el rechazo y por eso empezó a trabajar reciclando.

“Acá ya no tenemos nada, nos vamos para Venezuela a pasar necesidades en nuestra propia tierra, a mi hermano lo vamos a dejar enterrado acá, por solo para llevar el cuerpo hasta la ‘raya’ (caserío en la frontera con Venezuela) nos están cobrando $900 mil y de dónde”, se preguntó Johan. Con este caso van 28 venezolanos asesinados en el Atlántico.