¿Qué Pasa?

ESPECIAL | “Keyla no secuestró a mi hija”: Wendy

La cadena de mentiras que tienen a mujer metida en un lío.

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Lo que se presentó ante la opinión pública como el rescate de una bebé secuestrada y la captura de la supuesta secuestradora, podría ser un mal entendido producto de una cadena de mentiras y engaños que tienen a una mujer con la posibilidad de ser condenada hasta a 20 años de cárcel.

En dialogó con AL DÍA la madre de la niña raptada, la venezolana Wendy María Castro Betancourt, de 25 años, aseguró a AL DÍA que su vecina, Keyla García García, de 22 años, no le secuestró a la hija, y lamentó profundamente el problema judicial en el que está metida “por su inmadurez”.

[VER: Recuperan a bebé de seis meses raptada en Soledad ]

Wendy y Keyla son amigas, se conocieron a mediados del año pasado cuando Wendy, quien tenía cuatro meses de embarazo, y su esposo, Frank García, llegaron al barrio Villa Selene, Soledad, en busca de una habitación.

“Me hice amiga de la vecina del frente, y sobre todo de la de al lado: Keyla. Ella vive con su padrastro y su mamá, quien es enferma del corazón. Desde que yo llegué eso fue un amor y un cariño muy grande conmigo, y cuando nació Nicol fueron muy especiales, me ayudaron en todo”, reconoció Wendy.

Con el paso del tiempo la amistad entre la venezolana y la familia de la mujer que hoy está acusada de secuestrar a la niña creció y se afirmó, al punto que Keyla y sus allegados cuidaban a Nicol habitualmente. El martes en la tarde Keyla, muy bien vestida, llegó al apartamento donde vive Wendy con sus tres hijos, su esposo y su mamá, y pidió a la bebé para tenerla un rato en su casa, situada a escasos 30 metros.

“Le pregunte ¿para dónde vas con esa pinta? y ella me respondió que se iba a tomar una foto con la bebé y me pidió que la vistiera con un vestido hermoso que la mamá de ella me regaló, y que le pusiera también la balaquita tejida que trae el conjunto”.

Lo que Wendy no sabía era que Keyla no iba para su casa, sino para los alrededores del Estadio Metropolitano a encontrarse con su exnovio, un soldado con quien se dejó cuando este se fue a prestar el servicio militar. Tal vez para no perder a su primer amor, tal vez para vengarse por un supuesto engaño sentimental, parece que Keyla le dijo al militar que ella había quedado embarazada en el último encuentro que tuvieron antes de que él se fuera. Le mandaba fotos de Nicol y le decía que era hija de ambos.

“Keyla es una buena pelada, pero es inmadura, tiene el cuarto lleno de peluches y nunca ha tenido un novio formal, aceptado en su casa, parece que el militar la engañaba con otra y por eso ella le decía que había quedado embarazada. Ella es muy seria, trabaja y sostiene a su mamá. Keyla no es de fiestas, ni de salir, y tal vez por eso no tiene novio, ni nada”, sentencia Wendy.

LA FAMILIA FELIZ

Hoy se sabe que Keyla y su exnovio pasaron la tarde con la bebé en inmediaciones de Metrocentro, como una familia feliz. Anocheció y el militar emocionado la invitó a su casa, en Vista Hermosa, para enseñarle la bebé a su mamá y a su abuela, ya que ellas la quería conocer y le habían comprado ropa.

Enredada cada vez más en sus mentiras Keyla aceptó, y al llegar a la casa del muchacho las cosas se descontrolaron más. Cuentan que la mamá del militar entró en éxtasis cuando vio a la bebé y salió con ella en brazos por toda la cuadra mostrándosela a sus vecinos como su primera nieta, incluso, le puso un nuevo nombre: Ana Luz. En esas dieron las 11:00 de la noche, y los familiares del muchacho no la dejaron regresar a Villa Selene “porque era muy peligroso”.

A Keyla no le quedó de otra que pasar la noche en la casa de su ‘suegra’, y para colmo de males durante todo ese tiempo no se pudo comunicar directamente con Wendy porque la venezolana, ni su marido, tienen celular.

EL ‘RESCATE’ DE LA BEBÉ

Mientras Keyla ‘jugaba’ a la familia feliz, Wendy y su esposo se desesperaban por no tener noticias de la niña. Pasada la medianoche llamaron a la Policía. El caso fue remitido al Gaula y siguiendo el protocolo se manejó como secuestro simple, delito tipificado en el artículo 168 del Código Penal y que da una pena de hasta 20 años de cárcel. Amaneció, llegó el miércoles, y a las 7:00 de la mañana Keyla llamó a una vecina y pidió hablar con Wendy.

No dormí en toda la noche, me pasaron el teléfono y llorando le pregunte dónde estaba con la bebé. Keyla me respondió: ‘Tranquila amiga, la niña está bien, solo que salí y se me hizo tarde, discúlpame, le estaba buscando una ropita a la niña, ya voy para allá. En eso se cortó la llamada”, relató Wendy.

La venezolana presume que en ese mismo momento los miembros del Gaula llegaron a la casa de la familia del soldado y encontraron a Keyla y a Nicol listas para salir hacia Villa Selene. A la media hora una camioneta de la Policía parqueó frente a la casa de Wendy, y dos agentes le informaron que habían rescatado a la niña.

La venezolana y su esposo fueron trasladados al Comando de Policía de Soledad, donde las autoridades en pleno le entregaron a Nicol y presentaron a Keyla como una secuestradora. “Para mí no hubo secuestro. Yo hablé con la mamá de Keyla, ella está destrozada, ella sufre del corazón y me pongo en su lugar. No puedo decir lo que no fue, yo quiero que ayuden a Keyla porque para mí, de corazón, no actuó de mala fe, se enredó en sus mentiras y por su inmadurez se metió en un problema grave”, afirmó Wendy con su hija en brazos.

¿FUE UN SECUESTRO?

AL DÍA consulto a un abogado, quien pidió reservar su nombre, y manifestó que es necesario evaluar si la acción realizada por Keyla corresponde al tipo penal del secuestro simple, contenido en el artículo 168 del código penal, que va unido con el 169.

“Se aplica a quien arrebate, sustraiga, retenga u oculte a una persona con fines diferentes a pedir dinero por su rescate, fines publicitarios o políticos”, señaló la fuente. También se debe verificar si Keyla tuvo intención de hacer daño o sus acciones produjeron resultados más allá de lo que ella previó, anotó el profesional.