¿Qué Pasa?

ESPECIAL | “Papi me dieron duro, llévame rápido al hospital que me muero”

La de Lucho y Pipita, pelea entre amigos por una chica, que terminó en tragedia.

Compartir en:
Por:

Una pelea que empezó como una disputa absurda entre dos amigos durante un baile de picó, terminó en una tragedia que dejó a uno, tres metros bajo tierra en el cementerio de Baranoa; y al otro recluido en la Cárcel Modelo, uno de los penales más duros de la Costa Atlántica.

Los protagonistas de este drama son el difunto Luis Miguel Alba Pantoja, 21 años; y su presunto asesino, Roger Job Berrío Sierra, alias Pipita, 23 años, ambos, al parecer, habían frecuentado la barra juniorista Los Kuervos, donde se conocieron y trabaron una amistad que se fue acrecentando y fortaleciéndo con el paso del tiempo.

La mortal disputa empezó el pasado 13 de abril en la cancha de fútbol de Pacamar, situada en la calle 14 con carrera 7, barrio San Cayetano, donde tocaba un reconocido picó.

“Ellos se conocían del barrio y de los tiempos de la barra, eran amigos, ‘llaves’, parece que todo empezó por una ‘peladita’ que ambos querían sacar a bailar, de las ofensas verbales pasaron a los golpes, y el ‘Pipita’ quedó ‘ardido’ porque Luis Miguel le dio una muñequera”, le contó a AL DÍA un asistente al baile, quien pidió no ser identificado.

Dicen que Roger Berrío Sierra juró venganza y empezó a ‘cazar’ a quien fue su mejor amigo y ahora su rival.

En menos de 24 horas lo encontró, fue el domingo 14 de abril, a las 9:00 de la noche, en el polideportivo del barrio Villa Andrea, en Baranoa.

Y la verdad hallar a Luis Miguel no era difícil, ya que el joven vivía con sus padres en una casa situada en la calle 22 N° 12-37, a escasos 50 metros del polideportivo, que era uno de sus lugares favoritos para compartir con sus amigos.

Nicolás Alba Redondo, padre de Luis Miguel, recuerda que antes de que lo asesinaran su hijo le anunció que iba a dar una vuelta a la esquina (donde está situado el polideportivo) y que “no demoraba mucho”.

“Lamentablemente mi hijo andaba en el vicio y ese era el problema que tenía, no acabó el bachillerato, llegó hasta 10° grado”, reconoció Nicolás.

A la media hora de haber salido, Luis Miguel regresó corriendo a la casa, se cayó en el camino, pero se levantó, tocó duro la puerta, desesperado, y agonizando le dijo a su papá: “Papi me dieron duro, llévame al hospital rápido que me muero”.

En el camino al centro médico, en el motocarro, el joven le confesó a Nicolás que el ‘Pipita’ lo había apuñalado en el pecho a raíz de una pelea que había tenido el día anterior, en el baile de picó.

Nicolás considera que el ataque contra su hijo fue premeditado, ya que según le han dicho, desde el domingo en la mañana Roger Berrío Sierra y otro joven andaban buscando a Luis Miguel para matarlo.

“Me cuentan que ellos se encontraron en el polideportivo y el ‘Pipita’ iba con otro muchacho que se encargó de distraer a mi hijo llamándolo, y cuando Luis Miguel miró hacia atrás el ‘Pipita’ aprovechó y le enterró el cuchillo en el pecho, prácticamente en el esternón”, relató Nicolás.

En las calles de Baranoa también circula otra versión de la pelea: Roger Berrío Sierra y Luis Miguel efectivamente se encontraron en el polideportivo y reiniciaron la pelea que habían empezado en el baile de picó.

Dicen que Luis Miguel era más hábil con los puños, y le estaba dando, otra vez, una muñequera al ‘Pipita’, quien sacó una navaja para defenderse al ver que estaba perdiendo.

Luis Miguel lo instó “a que botara la punta y se dieran trompadas como hombres”, cuenta el testigo.

‘Pipita’ fingió que aceptaba y tiró la navaja, sin embargo seguía perdiendo a los golpes y repentinamente sacó otro cuchillo que llevaba escondido y se lo enterró en el pecho a su rival, quien solo atinó a salir corriendo hacía la casa en un intento vano de evitar la triste muerte.

Luis Miguel Alba Pantoja murió en la mañana del lunes 15 de abril en la Clínica Reina Catalina, sede Baranoa, nada pudieron hacer los médicos; sin embargo alcanzó a entregar testimonio sobre la identidad de su asesino.

Este relato, unido a la declaración de testigos, son los elementos probatorios que tienen hoy en la cárcel Modelo a Roger Job Berrío Sierra, alias Pipita, quien no aceptó los cargos por homicidio agravado, delito que tiene una pena de entre 25 y 40 años de cárcel.