¿Qué Pasa?

Familiares y vecinos dicen que Maldonado es “un buena gente”

Religioso de los que va a misa dominical, solidario y un hombre de familia, así lo definen. Familia reconoce que estuvo preso.

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Un hombre “de bien”, serio y solidario, es la imagen que familiares y vecinos tienen de Tomás Manuel Maldonado Cera, de 48 años, señalado por la Fiscalía como el asesino de Brenda Inés Pájaro Bruno. Ahora tiene otro señalamiento de las autoridades: asesino serial conocido como ‘El Satánico’, autor de por lo menos nueve muertes; y quien era buscado desde el 2002. Germán Maldonado, 78 años, padre de Tomas, cree ciegamente en la inocencia de su hijo, y manifestó que la captura y el proceso judicial en su contra es un error.

“Él no fue quien hizo eso, nunca tuvo una relación sentimental con esa señora Brenda. Él es un hombre casado, con cuatro hijos, una persona trabajadora que se gana la vida cuando lo buscan para hacer viajes en la camioneta; no sé por qué lo vinculan con esto caso”, sostuvo.

Germán agregó que la madre de Tomás Maldonado Cera no sabe nada de lo sucedido con su hijo, han decidido ocultárselo por sus quebrantos de salud.

Dos sobrinos de Maldonado Cera, quienes pidieron reserva de identidad, también creen en la inocencia de su tío.

Los parientes afirman que trabajaron en el Centro de Rehabilitación Sonrisa de Esperanza (en Ciudad Jardín), donde atendían a la hija menor de Brenda Pájaro, y afirmaron que jamás la vieron en ese lugar, ni tampoco a la niña.

“Trabajé en el centro médico cuando quedaba en el barrio El Prado, hasta agosto de 2015, y mi primo hasta agosto, de hecho él fue quien ayudó a nuestro tío (Tomás Maldonado) a ingresar a laborar en ese lugar”, explicó el sobrino.

Agrego: “Yo era docente de educación especial, y nunca vi a la señora Brenda ni a su hija por allá. Mi tío se retiró del centro médico en diciembre de 2015 porque le adeudaban casi seis meses de salarios y decidió renunciar”.

Una sobrina del presunto asesino cuestionó la supuesta relación sentimental clandestina que, de acuerdo con las autoridades, sostenían Maldonado y Brenda Pájaro. “Mi tío reconoció que conocía a Brenda, y que le transportaba a la hija, pero de ahí a que tuvieran una relación sentimental, lo dudo. Incluso, la misma familia de la señora dice que nunca sospecharon de él, porque siempre fue un hombre respetuoso con ellas”, añadió.

La familia de Maldonado asegura que será “Dios y su justicia”, los encargados de demostrar su inocencia.

“El día que se lo llevaron mi tío iba tranquilo, con la convicción de que el que nada debe nada teme. De hecho su esposa aseguró que el día 25 de julio (cuando Brenda desapareció), él estaba comprándoles unas medicinas a su hijo, y buscarán la forma de probarlo”.

Sobre su relación con por lo menos nueve muertes que se le endilgan, la familia reconoció que aunque Maldonado estuvo vinculado a dichos procesos, “no le comprobaron nada”. “Él estuvo en la cárcel por esas muertes mientras se adelantaron las investigaciones, pero como no le pudieron comprobar culpabilidad, quedó libre. Entre cada ingreso y salida de prisión pasaron como 10 años, estuvo en La Modelo y en el Bosque. Pero él nada tuvo que ver con eso, Yeison, Miguel, Rolando y la señora de la panadería (Aida Antolinez), vivían por aquí cerca de la casa, pero no creemos que mi tío pudiera llegar a hacer eso, solo Dios sabe”, sentenció la pariente.

“Iba a la iglesia todos los domingos”

AL DÍA realizó un recorrido por la cuadra donde está la casa de Tomás Manuel Maldonado, calle 41 No. 1H-75, barrio El Milagro, en Barranquilla; en la que fue capturado el pasado lunes 11 de febrero.

En la vecindad el ‘Satánico’, como lo bautizaron las autoridades, es recordado porque casi todos los domingos asistía a misa católica, muy temprano en la mañana. En su cuadra era conocido como el “Señor Tomás”.

Además, siempre estaba pendiente de sus vecinos más cercanos y les ayudaba en pequeñas reparaciones caseras, a mover un carro, a pasarle batería con cables a quienes se quedaban sin carga. En una palabra era el propio vecino “buena gente”.

“Mi casa siempre ha tenido un problema con un plafón que está malo, y él era el único de la cuadra que se acercaba a preguntarme cómo iba el asunto, y si ya tenía a alguien que me hiciera ese trabajo. Me decía que si él conseguía una persona me avisaba, y me recomendaba no dejara avanzar el problema”, manifestó bajo el anonimato una residente del sector, que lleva más de 30 años en el barrio.

Para los vecinos consultados el allanamiento a la vivienda de Maldonado, su captura, la presentación como el asesino de Brenda Pájaro y la posterior revelación de que es un asesino serial con obsesiones satánicas y ocultistas, les cayó como un baldado de agua fría.

Pocos creen que sea verdad que detrás de ese vecino amable, con esposa y dos hijos (un adolescente y uno más pequeño, de 9 años), se oculta un asesino letal e implacable. “Siempre me decía vecina que Dios me la bendiga, es sorprendente”, relató una habitante del sector.

“La esposa trabaja con el Distrito (Área Metropolitana), y él se rebusca con la van, hace transporte, se mueve. Acá siempre lo conocimos como un tipo amable, también sabemos quiénes son sus familiares porque es gente que ha vivido en el barrio toda la vida, y nunca han tenido problemas con nadie”, manifestó otro vecino. “Conozco a su familia, por el lado de la mamá y del papá, y son personas de iglesia, me ha dolido bastante lo que le está pasando está familia”, agregó la fuente. Los vecinos coincidieron en que Maldonado jamás se metió en una pelea, jamás manifestó violencia, o inclinaciones ocultistas o macabras.

“Nos decía que no le gustaban ni la películas de terror, que esa vaina le daban pesadillas y que prefería ir a la iglesia católica, que acompañar a la mujer al culto cristiano, porque su pensamiento era conservador”, expresó otro vecino bajo la condición del anonimato.

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