¿Qué Pasa?

Guardiana permitió a Aida Merlano estar con los hijos por ser una “paciente psiquiátrica”

La dragoneante Diana Montoya, una de los funcionarias del Inpec y la Cárcel del Buen Pastor suspendidas por la Procuraduría, aseguró que el odontólogo Javier Cely le dijo que no podía ingresar al consultorio del que se fugó el pasado 1 de octubre la excongresista barranquillera.

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La guardiana del Inpec Diana Montoya, quien llegó a relevar a las 2 de la tarde a su homóloga Natalia Espinoza en el consultorio donde atendían a Aida Merlano el día de su fuga, dijo que Espinosa dejó estar a la excongresista con sus hijos porque al exigirle que se retiraran "se alteró exageradamente" y resolvió dejarlos allí al tratarse de "una paciente psiquiátrica".

Montoya y Espinoza hacen parte de los funcionarios suspendidos la semana pasada por parte de la Procuraduría, que además indaga por sus participaciones en la huida de Merlano el pasado 1 de octubre.

La revista capitalina 'Semana' reveló el testimonio completo de la dragoneante Montoya del pasado 4 de octubre ante sus superiores: "(...) Siendo aproximadamente las 2:02 pm ingreso a la reclusión de mujeres El Buen Pastor, teniendo en cuenta que me encontraba de permiso de cita médica fui llamada vía celular por el señor inspector jefe Pérez Julián donde me informa que me alistara (...). Me presento ante mi sargento y él me dice que tengo que relevar a la dragoneante Natalia Espinosa que se encuentra en el Centro Médico de la Sabana".

Agrega la guardiana en su reporte: "(...) Soy traslada en un vehículo oficial en compañía del dragoneante Ballesteros Alejandro, conductor de la escuadra. Dejando el vehículo en el parqueadero del centro médico nos desplazamos al tercer piso, consultorio 318. Llegamos a la sala de espera y allí nos encontramos a la dragoneante Natalia Espinosa quien me informa las novedades ocurridas en su turno. Manifiesta que dentro del consultorio 318 se encuentran los hijos de la privada de la libertad Aida Merlano esto debido a que en horas de la mañana había llegado estar personas manifestando que eran los hijos y que deseaban ingresar al consultorio".

Y cuenta de esta manera el episodio del altercado con la excongresista y su supuesta condición de paciente mental: "Al recibir la negativa a esta petición por parte de la dragoneante Espinosa, la privada de la libertad se alteró exageradamente y por lo tanto optó por dejarlos ingresar, ya que ella es una paciente psiquiátrica. Seguidamente ingreso al consultorio 318 el cual se encontraba cerrado. Puedo verificar a la privada de la libertad que estaba acostada en la silla odontológica, y dos personas quienes manifiestan ser sus hijos".

Luego de almorzar de "2:25 pm" a "2:40 pm", tiempo en el que asegura que Ballesteros asumió la custodia de Merlano, continúa su informe: "Me quedo en la puerta donde puedo observar las personas que están en su interior, esto debido a que el doctor (Javier) Cely manifiesta que no puedo ingresar al consultorio por privacidad al tratamiento que tenía su paciente. (...) Me quedo en la puerta del consultorio con la puerta entre cerrada".

Sobre el momento en que se percata de la fuga, afirma que Cely salió "despidiéndose en forma acelerada del personal médico, salen los hijos y la auxiliar, lo que me causó sospecha, de inmediato abro totalmente la puerta de vidrio y observo que la privada de la libertad Aida Merlano no se encuentra en la sala y en la ventana había un lazo rojo colgado hacía la calle".

Al bajar a la calle, asevera Montoya, "en el parqueadero informo sobre lo ocurrido al dragoneante Alejandro Ballesteros, salgo a la calle en donde veo la cuerda, desenfundo mi pistola de dotación y a lo lejos logro ver una moto con una mujer saliendo a la carrera séptima. Al correr la pierdo de vista. Logro llamar vía telefónica la dragoneante Fernando Melgarejo quien es conductor de la compañía Nariño avisando que Aida Merlano se había fugado, que llegaran pronto, que estaba sola. Busco por algunas cuadras aledañas al centro médico, trato de parar el tráfico en busca de ayuda pero no fue posible. Posteriormente recibo llamada señor capitán Álvarez, comandante de vigilancia y de la señora directora Diana Muñoz, a quienes informo de lo que estaba pasando".

El pasado 2 de octubre, un día después de la fuga, la Procuraduría ordenó la suspensión por tres meses de ocho funcionarios de la Cárcel de El Buen Pastor: los dragoneantes Montoya, Espinoza y Ballesteros, así como a Diana Cecilia Muñoz Miguez, directora del centro de reclusión; Katherine Lozano Forero, subdirectora; David Alexander Álvarez Cárdenas, comandante de custodia y vigilancia; Julián Segundo Pérez, inspector jefe, y el dragoneante Juan Carlos Becerra Cruz.

En el comunicado el Ministerio Público anuncia que intentará establecer "las razones que habrían llevado al inspector jefe de El Buen Pastor a cambiar, sin que existiera una orden escrita, al conductor y la dragoneante que acompañaban a la excongresista desde su salida del penal".

Sobre este episodio, el dragoneante Óscar Robayo, líder sindical del Inpec, le había dicho a EL HERALDO que la única guardiana que custodiaba a la excongresista barranquillera le había contado que "dentro del consultorio había dos familiares, una mujer de 25 años y un hombre de 19 años, familiares según nos cuenta la compañera de servicio, y ella se dio cuenta de que estas dos personas emprendieron la huida después de que colgaron a Aída Merlano, y ella (la custodia) se dio cuenta cuando el odontólogo y la auxiliar la estaban distrayendo, y ahí la compañera sacudió la cuerda pero no pudo asomarse para hacer un disparo de alerta o gritar porque la ventana tenía una tranca".

Además, EL HERALDO conoció los instructivos de la entidad carcelaria para este tipo de casos. Uno de ellos es la Guía Servicio de Hospital, elaborada el 26 de febrero de 2016. En la que sobre la sugerencia del odontólogo a la guardiana en el caso de la excongresista, de quedarse fuera del consultorio, se lee que "se deberán acatar todas las recomendaciones del profesional de la salud a fin de no interferir en el tratamiento del privado de la libertad y de los demás pacientes, incluyendo el porte de armas y uniforme".

Sin embargo, en el mismo documento también se indica que “en el servicio se debe observar una postura profesional (…) sin perder de vista al interno, y evitar incurrir en situaciones que impliquen el abandono del servicio, o distracciones en el mismo (…)".

Y en el Instructivo General para Remisión de Internos del 6 de septiembre de 2007 se hace énfasis en que un guardia en este tipo de procedimientos de traslado debe “situarse en la mejor posición posible para observar y oír a los internos y los particulares que se encuentren a su alrededor. (…) Conserve el control visual de las puertas, ventanas y posibles accesos al área donde se encuentre usted y el interno; evite sorpresas. No pierda el control visual del interno bajo su custodia y este presto a someterlo y neutralizarlo ante una eventual situación”.

Del mismo modo, el instructivo es claro al disponer: "No permita el contacto físico del interno con visitantes, familiares, allegados o personas extrañas, durante la remisión".