¿Qué Pasa?

Joven murió apuñalado por pedirle a su vecino que dejara de hacerle ‘bullying' a su cuñado

El hecho ocurrió en el barrio El Bosque, en Barranquilla.

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Según cuentan vecinos del sector El Campito del barrrio El Bosque, Esneider Caballero, apodado el 'Bo­tija', era el típico bravucón y pen­denciero de la cuadra. Con todo el mundo se metía, e incluso, les faltaba el respeto a las mujeres con obscenidades.

Una de las víctimas de su matoneo era un 'pelao' de 15 años a quien frecuente­mente intimidaba y amenazaba con ha­cerle daño solo porque le daba la gana.

Este domingo, a eso de las 3:30 de la tar­de, el menor se disponía a jugar un parti­do de fútbol con otros amigos de su edad en una cancha de la calle 63 con carrera 9K, cuando se topó con el ‘Botija’.

Como solía hacerlo, el sujeto se metió de nuevo con el muchacho, le impidió que jugara y lo hizo ir del lugar.

Cansado de la persecución de la que era víctima, el jovencito llegó a su vivien­da y puso el caso en conocimiento de su cuñado Jonathan José Miranda Cantillo, de 22 años, quien se ganaba la vida moti­lando en la sala de su casa. “Estoy harto de esta situación”, le dijo.

Jonathan decidió ir solo a donde Esnei­der a reclamarle ‘por las buenas’, pues toda su vida había vivido en esa cuadra de El Bosque, y se habían criado prácti­camente juntos.

Relatan testigos que Esneider estaba sentado en una silla artesanal y Jonathan se le paró enfrente, y de buena manera le pidió que dejara ‘al pelao en paz’, pues apenas tenía 15 años y él ya es un tipo maduro de 25 años.

La respuesta de Esneider fue enterrar­le un puñal a Jonathan en el pecho y des­pués huir. El joven barbero murió cuan­do lo llevaban camino al Paso del barrio El Bosque.

La compañera sentimental de la víc­tima, una joven de 17 años, reiteró que desde hacía meses Esneider se la tenía ‘montada’ a su hermano.

Para completar, Esneider tiene fama de morboso en el barrio, y dos de las mu­chas víctimas de sus obscenidades eran la mujer de Jonathan y su hermana.

“Ese tipo es un enfermo, le gusta de­cirle morbosidades a las mujeres cuan­do pasan por donde él”, sostuvieron.

El señalado homicida se entregó poste­riormente a la Policía. Reside en una ca­sa situada frente a la cancha donde ocu­rrieron los hechos.

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