¿Qué Pasa?

La historia completa del asesinato a bala de Max el espiritista

Maximiliano De la Cruz estaba amenazado de muerte.

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Maximiliano De la Cruz Otero era conocido en el barrio Mesolan­dia, Malambo, como un hombre dedicado al espiritismo, al cono­cimiento de las llamadas cien­cias ocultas. Tenía un "consultorio" al que acudía mucha gente a averiguar so­bre su destino en el amor, su suerte, lo laboral, entre otros.

Lo calificaban co­mo una persona altruista y bondadosa, al punto que pavimentó media cuadra del sector donde residía sin cobrarle dinero a los vecinos. Por eso todos en el barrio le tenían mucho cariño y no se ex­plican quién podría tener razón para ha­cerle daño. Lo cierto es que "Max", como lo llamaban, fue asesinado de un balazo en el cuello por dos hombres en moto que fueron hasta su casa a dispararle.

De la Cruz, de 43 años, le comentó a sus familiares que esta­ba amenazado de muerte. “Nos dijo que le ordenaron salir del barrio, porque ha­bía tenido que ver en el asesinato de dos hombres el pasado 3 de enero, ahí en Me­solandia”, relató un pariente.

"Max" hizo caso omiso al ultimátum, pues argumentaba que no era “capaz de hacerle daño a alguien”. Los muertos del 3 de enero fueron Alberto Peña Algarín y José Osorio Petano, señalados de atracar a los clientes de De la Cruz Otero.

El atentado contra Maximiliano, el es­piritista, ocurrió este miércoles a las 5:45 de la tarde en su vivienda de la calle 7 con carrera 37B.

"El parrillero se bajó, lo llamó por su nombre y cuando salió a la terraza le disparó en cinco ocasiones, pero solo le impactó un tiro en el cue­llo. El asesino vestía de buzo y gorra y el complice estaba sin casco. En la puer­ta de la casa hay cámaras. El homicidio tuvo que quedar registrado”, aseguró un testigo.

A "Max" lo trasladaron en su mis­mo carro al Hospital de Malambo, pero los médicos no pudieron hacer nada por él.

La actividad de Maxi­miliano consistía en “unir parejas, lim­piar casas, se dedicaba a hacer el bien. Rechazaba a todo aquel que llegara a su consultorio a pedir trabajos que causa­ran daño a los demás”, sostuvo otro familiar.

De la Cruz Otero aprendió esoterismo a los 9 años con un amigo de su familia que lo llevó a La Guajira para que se formara en estas prácticas. Era el cuarto de ocho hermanos, vivía en unión libre y era natu­ral del corregimiento de Sabanas, juris­dicción de El Piñón (Magdalena).