¿Qué Pasa?

La terrible práctica de comer carne de tortuga durante Semana Santa

Este año se tienen como máximo 105 hicoteas contrario al año pasado que a dos sujetos se les incautó más de 500 tortugas.

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Está servida la mesa. ¿Qué hay para comer? La respuesta es: hicotea. Nadie se asombra, es Semana Santa y hay que darle gusto al paladar con uno de los platos típicos de la región Caribe colombiana en esta época de reflexión y gastronomía. Desde tiempos milenarios, por tradición, cultura o simple costumbre, los costeños degustan este animal.

Cuando prueban su sabor, catalogado como exquisito, y perciben su aroma, se olvidan de que detrás de la porción que se llevan a la boca puede existir un tráfico ilegal de esta especie, lo cual se constituye como un delito castigado por la Ley, incluyendo prisión y pago de multas económicas.

Por estos días la comercialización de animales silvestres es una de las situaciones que más persiguen las autoridades, pero no a paso lento como camina la hicotea, todos los esfuerzos tienen que ir rápido para controlar, y en el mejor de los casos erradicar, uno de los flagelos que más preocupa a la Policía y a los defensores de los animales.

En Sucre a pesar de que se han incrementado las capturas por tráfico de especies y otros delitos ambientales, la cantidad transportada y comercializada ha disminuido, lo que de cierta manera alienta a los encargados de dichos controles.

De acuerdo con el intendente Didier Vargas Bedoya, jefe del Grupo de Protección Ambiental y Ecológico de Sucre, hoy en día las capturas se dan por cantidades mínimas, por ejemplo, se tienen como máximo 105 hicoteas, las cuales fueron incautadas en San Marcos, contrario al año pasado que a dos sujetos se les incautó más de 500 tortugas, en épocas como la Semana Mayor, que es donde aumenta este tipo de delitos ambientales.

La Seccional de Protección y Servicios Especiales y el Grupo de Protección Ambiental controlan y vigilan aspectos como la comercialización ilegal de especies silvestres y el aprovechamiento ilícito de los recursos naturales en la mayoría de jurisdicciones del departamento de Sucre.

Es así como en el 2017, según la información suministrada por dicha dependencia, se han realizado 212 capturas, siendo el más representativo el ilícito aprovechamiento en cuanto a especies silvestres en los que se subrayan la hicotea, la iguana y sus huevos, y las carnes del ponche y el pisingo, entre otros muchos más a menor escala.

En la subregión del San Jorge, más específicamente en los municipios de San Marcos, San Benito Abad y la subregión de La Mojana, es en donde más se presentan estos delitos, según comentó la autoridad competente.

“En enero se dieron un total de 53 capturas, en febrero estas se incrementaron a 83 y en marzo se obtuvieron 79 capturas”, informó Vargas.

La comparativa señala que se han incrementado 88 capturas en el primer trimestre de 2017 a diferencia del mismo periodo del año inmediatamente anterior.

CAMBIAN LA MODALIDAD

Pero hecha la Ley, hecha la trampa y con base a las identificaciones de las autoridades, debido a todos los controles que se han efectuado, la modalidad de los traficantes ha variado.

El intendente señala que ya la gente no sale como antes en vehículos grandes, como camiones, sino que utilizan trochas y vías alternas, y viajan en motos con pequeñas cantidades de los animales que se trafican.

“Resaltamos que este año en Sincelejo, por ejemplo, en la época del huevo de iguana, la comunidad fue nuestro aliado estratégico porque cuando veían la presencia de los jóvenes cogedores en barrios como Venecia, La Selva y Altos de la Sabana, donde hay bastantes iguanas, nos llamaban constantemente para que la Policía Ambiental evitara que se maltratara estos animales. Obtuvimos en enero la aprehensión de dos muchachos. Este año fueron menos los casos de esta índole conocidos, pero logramos prevenir que se presentara este flagelo. Aunque no hacemos presencia en la totalidad de municipios la comunicación es constante”, informó Vargas.

EL CASTIGO

La Ley 1453 del año 2011, específicamente el artículo 29 que a su vez modifica el artículo 328 del Código Penal Colombiano, expone que ‘‘quien se apropie, introduzca, explote, transporte, mantenga, trafique, comercie, explore, aproveche o se beneficie de los especímenes, productos o partes de los recursos fáunicos, forestales, florísticos, hidrobiológicos, biológicos o genéticas de la biodiversidad colombiana, incurrirá en prisión de cuarenta y ocho a ciento ocho meses, y multa hasta de treinta y cinco mil salarios mínimos legales mensuales vigentes’’.

Es así como la Ley 180, del Nuevo Código de Policía, señala que estas personas se ven abocadas a unos comparendos que no las quita de la parte penal, pero sí las enfrenta a unas multas económicas más altas.

En cuanto a los puntos donde se controla el flagelo en cuestión, la Policía señala varias coordenadas en las cuales se centran los objetivos primordiales de la institución.

“Tratamos de enfocarnos en los terminales de transporte, mercados públicos y las principales vías de acceso a los municipios. Se hacen diferentes puntos de control en conjunto con Policía de Carreteras y contamos con la presencia de nuestra autoridad ambiental Carsucre, al igual que Corpomojana en San Benito Abad y San Marcos. Se visitan colegios con el fin de llevar el mensaje de vivir en armonía con el ambiente. Antes nos llamaban de los planteles porque los mismos estudiantes maltrataban a los animales y hoy en día nos llaman para que sigamos orientándolos. Ya tienen conciencia”, explicó el intendente.

Lo anterior va encaminado a que la ciudadanía viva esta época de religiosidad como debe ser, respetando el entorno, viviendo en armonía con la naturaleza.