¿Qué Pasa?

Llegan primeras ayudas a damnificados por inundación en Riofrío

A través de una campaña, han llegado en colchonetas, cobijas, toallas, mercados, agua y otros elementos.

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Con campaña de donación en pro de los damnificados del corregimiento de Riofrío, la administración departamental, acude a la solidaridad de los magdalenenses.

Los primeros auxilios fueron llevados por la gobernadora Rosa Cotes, quien se movilizó al lugar con su equipo de trabajo social y el apoyo del Ejército, Policía, Defensa Civil, Bomberos y Cruz Roja.

La ayuda humanitaria consistió en colchonetas, frazadas, toallas, mercados, agua y otros elementos.

El amparo le fue entregado al alcalde del municipio Zona Bananera, Holmes Echeverría, para que con soporte del censo municipal sea distribuidos a las más de 1000 personas damnificadas.

Al tiempo que la donación del gobierno se realizaba, se daba inicio a la campaña 'Ayúdanos a Ayudar' con la que se espera recolectar la mayor cantidad de elementos que lleven alivio a los damnificados y afectados.

A través de las redes oficiales de la Administración Departamental se invitó a toda la comunidad samaria y magdalenense a donar frazadas, colchonetas, hamacas, pañales desechables, alimentos no perecederos y ropa en buen estado.

"Los aportes los estamos recibiendo en la Gobernación", dijo Rosa Cotes.

Mi total agradecimiento a las personas de buen corazón que hicieron su aporte humanitario para los habitantes del corregimiento de Río Frío. En los momentos de dificultad es donde se ve la solidaridad de los samarios y magdalenenses”, expresó.

‘El río no avisó y se llevó todo’

No hubo tiempo de nada. La fuerza de la naturaleza hizo estragos en las calles de los barrios Las Malvinas y Abajo del corregimiento de Riofrío, en la Zona Bananera. El desbordamiento del río Frío dejó por lo menos mil personas damnificadas, que ahora empezarán de cero para reconstruir lo que la corriente se llevó.

Con el agua a la altura de la rodilla se despertaron los habitantes de esa localidad bananera, quienes sufrieron la fuerza de una avalancha que, según algunos residentes, no ocurría desde hace 50 años.

Álvaro Herrera Ariza, trabajador de una finca de la Zona, recuerda que ya había pasado por una emergencia similar, pero con daños menores.

“Yo ya me he inundado, pero como lo del lunes no hay comparación. Perdí todo. Yo estaba trabajando cuando me alertaron que el río se había desbordado. Me vine corriendo para salvar a mis hijas y mi esposa”, recuerda Herrera en medio de un charco de lodo y enseres dañados.

La presión del agua fue tremenda. Asegura que llegó a superar el metro y medio de altura y temía que la presión no lo dejara salir de su vivienda.

“Fue una avalancha. Las paredes del patio se cayeron. El miedo que tenía era que el agua subiera más, por lo que dejé todo así”, manifestó.

Arelys Cantillo vivió un drama peor. Su desesperación se produjo cuando sus vecinos les notificaron que el agua se metió en su casa y no tenía información sobre sus hijos.

“Estaba llorando. Venía corriendo desde la finca donde laboro y preguntando por mis hijos, pero ellos se salvaron”, contó.

En su casa, en el barrio Las Malvinas, viven tres familias y con esfuerzo había conseguido 25 bolsas de cemento para terminar de construir otros cuartos y arreglar su fachada.

“Ahora todo eso se perdió. Se cayó una pared, pedimos la solidaridad de la ciudadanía y a las autoridades que hagan algo para que no se repita”.

‘No creía lo que pasaba’

Juan Jimeno estaba en una finca cuando comenzó la lluvia al mediodía del lunes. El agua caía con presión, pero el obrero seguía con sus labores.

“Eran como las 3:00 p.m. cuando me fueron a avisar y yo no lo creía, al llegar salvé a mi familia y mi televisor”, narró el damnificado.

Jimeno reflexiona sobre la tragedia que hace una década ocurrió en la Zona y en la que pudo asegurar sus muebles. “La pasada tuvimos tiempo de algo, pero esta fue súbita”.

Hace 20 años que Manuel Cáceres, de 60, reside en la zona pero indicó que esta emergencia fue “bárbara”.

“No tiene comparación. En la otra creciente llovió fuerte y escampó, luego se metió el río, pero en esta fue una avalancha que dejó mucho lodo. El agua llegó arriba, tuvimos que subir los enseres en las paredes”, dijo.

A Rubert Pérez, su vecino, lo primero que se le vino a su cabeza fue proteger a sus gemelos de siete meses. “Son la luz de mis ojos y temí lo peor cuando me avisaron”. “La mayoría de las personas estábamos trabajando y cuando quisimos llegar todo fue en vano. Se perdió todas las cosas de los bebe, tuvimos que hacer de todo para sacarlos. Como pude subí las cosas el techo, como la nevera y los colchones, para que no se dañaran”, recordó el labriego.

El panorama era desalentador: colchones, muebles, sillas y mucho lodo, fue la huella de la creciente súbita.

Las familias afectadas ‘agradecen’ que todo esto ocurrió en el día, porque en la noche los estragos hubiesen sido peor.

“Ahora nos toca empezar de nuevo, juntos como una familia. Lo material se recupera, con mucho tiempo, pero se recupera”, insistió Manuel Cáceres mientras termina de limpiar el barro de su vivienda.

Declaran calamidad pública

El alcalde de la Zona Bananera, Holmes Echeverría, declaró la calamidad pública después del desbordamiento del río Frío, emergencia que afectó a mil personas en el corregimiento del mismo nombre.

“Tenemos más de mil personas damnificadas. Es triste y doloroso ver a la gente con sus casas destruidas. Hace 60 años no ocurría algo como esto”, dijo el mandatario, durante un recorrido acompañado por funcionarios y la Policía. Explicó que los colegios públicos están siendo usados como albergues para las familias que necesiten resguardo.

“Estamos atendiendo niños con apoyo del Hospital, con médicos, hay agua, estamos unidos, Zona Bananera es una sola voz y pedimos el apoyo de todas las personas”, insistió el mandatario.

El alcalde dijo que el río tiene cinco boquetes y están buscando la forma de taparlo porque “si vuelve a llover la ciudadanía está en peligro”.

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