¿Qué Pasa?

Los abogados que se le ‘torcieron’ a ‘Fito’ Acosta

Alexander Torres, amigo del empresario, es uno de los capturados.

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Un taxi, de placas SDU 185, llegó a las cuatro de la tarde del sábado primero de septiembre de 2018 a una de las viviendas del barrio El Golf. Del vehículo descendió Rodolfo ‘Fito’ Acosta y entonces todo fue euforia.

Acosta había sido secuestrado 30 horas antes y sus captores decidieron liberarlo, hasta le dieron 20 mil pesos para el taxi, eso sí, con el compromiso de que debía hacerles llegar un millón de dólares, cuatro menos que la exigencia inicial.

En ese momento la nefasta deuda que tenía el empresario con los delincuentes se olvidó por completo. La camisa negra, manga larga que vestía, se desabrochó por causa de los eufóricos abrazos que recibió ‘Fito’. Sus familiares y amigos más allegados no sabían qué hacer para demostrar la felicidad de tenerlo nuevamente a su lado.

Una de las puertas de garaje de la enorme casa blanca se cerró. Adentro quedó el círculo más íntimo del empresario, algunos empleados, una camioneta blanca y el preciado Lamborghini de color salmón de poco menos de mil millones de pesos que tanto ostentaron en redes sociales.

‘Fito’ no dejaba de recibir muestras de cariño, y en medio de estas, se destacó la de Alexander Torres De Nubila, quien vestía pantalón beige, suéter blanco con azul y llevaba cruzado en su torso un maletín negro. Lo abrazó un par de veces y con una sonrisa su rostro reflejó la misma emoción que sentían los demás al ver libre al empresario. Todo quedó grabado en video y, cuando llegaron algunos medios de comunicación y la Policía, el hombre permaneció junto a ‘Fito’.

‘El Socio’

El pasado martes, un año y casi tres meses después del secuestro, el Gaula desarrolló una operación con la que se desmanteló la banda ‘Los Socios’, la cual, según la Policía, fue la que plagió a Acosta.

Ese día capturaron a Jorge Alberto Cuadro Herrera, 59 años, natural de San Jacinto, Bolívar, alias ‘Tío Jorge’, a quien las autoridades señalan como cabecilla de la banda; el segundo al mando, Gonzalo Alberto Moya Ardila, 45 años, barranquillero, abogado de profesión y conocido con el alias del ‘Abogado’; Juan Pablo Gómez Múnera, natural de Maceo, Antioquia, 34 años, comerciante, alias ‘Aristi’, quien cumplía el rol de caletero; el policía Andrés Miguel Comas Torres, barranquillero, 21 años, alias ‘Comas’.

También cayeron Aldair de Jesús Ortega Cabrales, soledeño, de 21 años. El policía Edivaldo Andrés Torres Santodomingo, de 30 años, según las autoridades, servía como reclutador; mientras que Erick David Reyes López, 31 años, bombero, capturado en la carrera 22B con calle 68C del barrio San Felipe, era colaborador, y Alexander Eduardo Torres De Nubila, el mismo hombre que se vio contento con la liberación del empresario y de quien se supo es funcionario de la Dian. Pero, ¿cómo es posible que terminara siendo parte de la banda?

La investigación

El general Ricardo Alarcón, comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, afirmó que dos miembros de la banda eran allegados a ‘Fito’. “hacían parte del círculo de negocio del empresario y fueron los encargados de brindar toda la información de tipo económico y familiar de las víctimas”, expresó el oficial.

La organización delictiva requería de datos muy precisos. Parte de esa información la consiguieron gracias a seguimientos, fotos y videos, pero la mayoría fue proporcionada por los allegados a la familia.

Los encargados del caso iniciaron la indagación usando los testimonios de ‘Fito’ y de su esposa, Katya Barros, quien también había sido secuestrada, pero liberada el mismo día para que gestionara el pago del dinero exigido.

Información proporcionada por diferentes fuentes generó un hilo conductor que los llevó a interceptaciones telefónicas, geolocalización a través de GPS’s de celulares y seguimientos que permitieron inferir que Alexander Torres y Gonzalo Moya Ardila, al parecer, son las dos personas que proporcionaron los datos más valiosos para los delincuentes.

El proceso

Las capturas de Torres de Nubila, de Moya Ardila y de los otros seis sindicados de secuestro ya fueron legalizadas por un juez con funciones de control de garantías. Sin embargo, la oportunidad de la Fiscalía para endilgarles formalmente la responsabilidad de ese delito se dará el próximo martes. Ese día el ente acusador deberá mostrar parte del acervo probatorio que se tiene contra estos hombres y se espera que brinde detalles de cómo fue que los dos, hasta septiembre de 2018, amigos de ‘Fito’ colaboraron con la banda.

“No podemos entregar detalles del caso porque apenas vamos para la imputación, pero tenemos claro y hay certeza de que estas personas participaron en la planeación del secuestro. En la mayoría de casos como este los delincuentes necesitan de alguien relativamente cercano a la víctima que les de algunas luces de sus movimientos. El ejemplo es claro. Si usted se gana diez millones de pesos pero nadie lo sabe, no es un objetivo de las bandas, pero si muchas personas conocen esa información, entonces cualquiera de ellas puede proporcionarla a los delincuentes”, dijo uno de los investigadores del Gaula.

Otros capturados

Pero las indagaciones del Grupo de Acción Unificada contra el Secuestro y la Extorsión, Gaula, de la Policía, ya había dado resultados. En enero de este año, la Fiscalía anunció cinco capturas.

Los hombres fueron identificados como Luis Mendivil Peña, alias ‘José Anaconda’, a quien en ese momento señalaron de ser el cabecilla de la organización; Jehinier José Suárez, ‘Muñeco Sucio’, quien ya tenía anotaciones por porte de armas de fuego, fuga de presos, hurto y falsedad personal. También cayó Pedro Antonio Blanco, alias ‘José’, quien siguió de cerca a ‘Fito’; Hernando Luis Díaz, alias ‘Nando’, quien habría prestado el sitio donde se reunió la banda a planificar el secuestro; y Michael Fariel Pineda, quien se habría encargado de llamar a la familia para avisar del secuestro y exigir cinco millones de dólares.

Tras audiencias preliminares, un juez decidió cobijar a estas personas con medida privativa de la libertad.

“Fueron dos fases de una misma operación, de una misma línea investigativa. Lo que notamos es que primero fueron capturadas aquellas personas que tienen alguna vinculación más operativa dentro del plan del secuestro, para luego enfocarnos en aquellos que, de alguna otra forma fueron más pasivos a la hora de la ejecución, pero más activos cuando la planeación del delito”, afirmó el investigador.

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