¿Qué Pasa?

Sangrienta jornada de corraleja dejó más de 50 heridos

La mayoría de los lesionados ingresaron imprudentemente y desafiaron a los toros sin ningún tipo de protección.

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Corrió mucha sangre durantes las fiestas en corralejas que se cele­braron desde el jueves hasta este lunes en el municipio de Sabana­larga, en el marco de las celebra­ciones de su santa patrona Nuestra Señora de las Mercedes.

De acuerdo con el reporte de José Mo­lina, presidente de la Junta de Defensa Civil de Sabanalarga, unas 58 personas resultaron heridas hasta antes de iniciar la última jornada de este lunes.

“Heridos por toros, corneados o gol­peados son unos 16 pacientes; de los cua­les tres fueron enviados en estados crí­ticos al Hospital de Sabanalarga. Entre esos uno tuvo que ser remitido a Barran­quilla. Las otras personas terminaron heridas en otras circunstancias, pero también dentro de las corralejas. Por fracturas de caídas cuando huían de los toros, rayones con el tablados, y otros”, agregó Molina.

Solo en la jornada del domingo se aten­dieron a 28 personas entre heridas y le­sionadas.

Entre estas figura Gregorio Antonio Cañate, de 32 años, natural de Campo de la Cruz, a quien un toro lo corneó por el cuello, atravesándole la mandíbula a la altura de la oreja derecha.

Este es uno de los casos más graves, y ocurrió cuando el hombre ingresó a la arena a atacar al toro, y el animal lo em­bistió con la casi letal cornada.

Cañate requería atención maxilofacial e intervención de cirujano vascular por­que tenía destruida la parte baja maxilar.

“El cuerno le penetró y le salió hasta la oreja con sangrado masivo”, explicó un paramédico que lo atendió en cuanto sufrió la emergencia. La mayoría de los heridos fueron asistentes que ingresaron imprudentemente al redondel y desafiaron a los toros sin ningún tipo de protec­ción. Algunos entraron en estado de em­briaguez y por ello fueron blanco fácil de los astados.

Sobre las fiestas de corrale­jas siempre ha pesado la crítica de que es una práctica en la que además de maltra­tar a los animales (toros y caballos), mu­chas personas terminan afectadas con heridas y algunas mueren.