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¿Fetichismo o campaña publicitaria en Bocagrande?

La mujer caminaba atada con una cadena en el cuello.

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Una pareja, en apariencia afroamericana, que se paseó por la esquina de la calle sexta con avenida San Martín, en el efervescente y turístico sector de Bocagrande en Cartagena, tiene a los comerciantes estacionarios y ambulantes y vecinos del sector preguntándose una sola cosa: ¿Por qué nadie les dijo algo?

Un hombre llevaba sujeta a su mano una cadena que llevaba apertrechada su pareja al cuello mientras el primero iba campante saboreando una cerveza y caminaban con la parsimonia con la que la gente transita por las aceras del caliente pavimento al mediodía en la Heroica.

[VER: VIDEO | Hombre se pasea por las calles de Cartagena con una mujer encadenada ]

“Quedé impresionado. Un hombre llevaba para arriba y para abajo a una señora con una cadena atada al cuello, eso como que será una costumbre para ellos en su tierra, pero eso aquí no se usa. De pronto faltó que un agente de Policía los parara a preguntarles qué estaba pasando, quizás por no saber el idioma pensó que nadie le entendería o quizás ella estaba a gusto”, dijo Rafael Herazo Valdés, comerciante ambulante desde hace varios años en esta parte del sector turístico.

Lo cierto es que bastó que se compartiera el video por mensajería instantánea y que luego aterrizara ‘de pecho’ en las redes sociales para que explotara el debate moral. “Puede ser un experimento social para ver cómo reacciona la gente”, “es humillante cuando vemos de forma explícita una manera de esclavitud”, “no hablemos sin saber, de pronto la señora sufre de problemas sicológicos” “es un juego de roles sexuales, él dominante, ella sumisa”, “dejen vivir”, “es solo un fetiche”, fueron los comentarios que más aprobación recibieron de los internautas de la página de fanáticos en la red social Facebook.

Mientras que en la calle el asombro y rechazo creció entre quienes presenciaron en vivo el polémico acto.

“Es un acto muy malo para nuestra comunidad y para nuestro país, un señor paseando como si nada a una señora con una cadena atada al cuello es algo muy raro, extraño y más en un zona con tanta afluencia de personas, nadie se inquietó más allá de quedar asombrados”, dijo Fernando Flórez, quien permanece a diario en esta parte de la ciudad.

Con información de: Carlos Huertado Moron.