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Los Ingas, el pueblo que trajo a Barranquilla los viajes místicos de yagé

El yagé y las aseguranzas son algunas de las poderosas herramientas de esta comunidad

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Históricamente se ha sabido que muchas tribus indígenas están dotadas de conocimientos enigmáticos sobre el uso de las plantas, el poder de la naturaleza y otras fuerzas que con el mestizaje y la prohibición de creencias impuesta por los españoles, de a poco fueron desapareciendo.


Edwin y Teresa Hacanamijoy Tisoy, revelaron a AL DÍA algunos de los secretos sobre su tribu y de los poderes especiales que tiene el yagé y las aseguranzas.

Pese a esto, hay una comunidad aborigen que lucha por preservar sus raíces y durante décadas se han paseado por las calles costeñas ofreciendo sus populares manillas rojas o aseguranzas, ungüentos y esencias. Esta es la comunidad Inga, poseedora de secretos invaluables del mundo espiritual y acerca de las energías que intervienen en el hombre.

¿QUIÉNES SON LOS INGAS?

Los ingas son un pueblo indígena que se puede localizar mayormente en el Putumayo, en el sur de Caquetá y en el norte de Nariño. En Barranquilla se observan en lugares como el centro, donde se instalan en chazas para ofrecer sus productos sanadores. Son una tribu católica, pero manejan una armonía con sus creencias que muestran sólidos conocimientos sobre el poder medicinal de las plantas, llegando a curar enfermedades físicas y espirituales que la medicina ortodoxa desconoce.

Piedras talladas por los Inga

Este mágico conocimiento fue heredado por los caciques, quienes traspasaron sus poderes a las nuevas generaciones para fabricar amuletos poderosos como aseguranzas o contras, en las que utilizan las hierbas sagradas para erradicar el mal de ojo. Este poder es transmitido por los sabios ancianos por medio de una bebida sagrada a la que se le conoce como Yagé.

LOS SECRETOS DEL YAGÉ

La fórmula del Yagé es guardada con recelo por esta tribu, tanto o de igual manera como los estadounidenses han escondido hace 130 años los ingredientes de la Coca Cola.

Esta toma de origen natural es consumida por los más jóvenes, generando en ellos un trance espiritual de varios días, en los que el Inga experimenta vivencias en el mundo de los espíritus y encuentra los poderes sagrados de su tribu.

“Al beber el Yagé la persona entra en un sueño espiritual o coma místico de tres a cuatro días, mientras tanto en las chozas los ancianos recitan cantos y oraciones para que la persona despierte del trance”, relató Edwin Hacanamijoy Tisoy, joven Inga que tomó esta bebida y agrega que es como un segundo bautizo.

Teresa Hacanamijoy Tisoy, madre de Edwin, relata que a veces las personas no despiertan del profundo sueño de los cuatro días, encontrando así la muerte. Pese a los riesgos, confiesa que son muchas las personas que buscan esta bebida sagrada, pero es vendida a un precio alto (supera los $500.000).

MANILLAS PROTECTORAS

Sobre las populares manillas rojas que elaboran los Ingas, se dicen que son un amuleto de gran poder para contrarrestar el “mal de ojo” o de “ojo muerto”, que es un mal que afecta especialmente a los niños y que se manifiesta con fiebre y escalofríos, generando s fuertes dolores de cabeza que pueden llevar a la persona a la muerte. El color rojo de la pulsera sirve para distraer la mirada de las personas. Además, estas pulseras tienen diferentes símbolos para proteger de la brujería.