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ESPECIAL | Los 140 años del 'Torito Ribeño', la danza que "brama" tradición carnavalera

AL DÍA hace un recuento de los mejores momentos de este grupo, con sus miembros históricos.

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“Ya llegó la fiesta brava/El Torito empezó a bramar/ por su lujo y por su fama/ la que alegra el Carna­val”. Este es el verso clá­sico con el que la danza El Torito Ribe­ño anuncia cada año su participación en las carnestolendas.

Este domingo, en su sede situa­da en la calle 29 No. 33-26, barrio San Roque, izaron banderas para celebrar su aniversario número 140, ininterrrumpidos, como líderes de la tra­dición carnavalera.

El líder de esta danza de origen afri­cano es Alfonso David Fontalvo To­rres, de 76 años, un hombre alegre y culto, que cada año canaliza sus ener­gías para hacer que sus toritos ‘bra­men’ con mayor fuerza.

‘Foncho’, como lo llaman de cariño los 150 integrantes del grupo, suma ya 48 años como director. Heredó de sus ancestros el control de la danza y los conocimientos para conquistar al público con su gracia, coreografía, baile y canto.

“El esfuerzo que hace­mos es triple, por eso es que la gente queda encantada cada vez que apa­recemos en los desfiles, es increí­ble, pero sentimos que logramos dejarlos congelados mientras ha­cemos nuestra parafernalia, toca­mos y verseamos. El público con sus aplausos nos reafirma que la tarea sigue haciéndose de la mejor mane­ra”, explica este hombre de piel mo­rena al que lo caracterizan sus gafas Ray Ban.

Los miembros de la agrupa­ción que actualmente engran­decen y mantienen este legado, oscilan entre los 6 y 75 años. La integran también gente provenien­te de Venezuela, Estados Unidos y Chile.

El 20 de enero de 1978, Elías Fontalvo y sus amigos fundan este grupo. | Archivo

“Nos hemos internacionali­zado, hay muchos por fuera que re­lacionan el Carnaval con El Torito y eso a mí me hincha el pe­cho de orgullo. Afortuna­damente no necesitamos de andar ensayando por­que todos conocemos la esencia de nuestro danzar, y eso facilita esta integra­ción pluricultural. Resulta muy bonito ver a un grin­go compartiendo en medio del desfile con gente humil­de críada en estos barrios barranquilleros”, manifies­ta ‘Foncho’, quien desde 1990 ha estado en Espa­ña, Francia, Alemania y Chile llevando muestras carnavaleras.

Los 35 Congos de Oro conquistado en su historial, también dan cuenta de la grandeza de este ‘Torito’ que con sus máscaras y vestidos en tela satina­da se convierten en un referente obli­gado de estas festividades.

MENORES DISIDENTES LA CREARON

El surgimiento del Torito Ribeño fue un acto de rebeldía en cabeza de Elías Fontalvo Jiménez, abuelo de ‘Foncho’. A los 12 años, tras ser re­chazado por los directores de la dan­za el Toro Grande, decidió conformar un grupo aparte.

“Fue una época dura de enfrenta­mientos violentos y versos fuertes alrededor de los desfiles. Eso sirvió de inspiración para que el 20 de ene­ro de 1878, en la calle del Comercio y las carreras Concordia y Hospital, en el antiguo Barrio Arriba, que hoy son conocidas como la calle 34 con carre­ras 33 y 35 de San Roque, se fundara nuestro querido Torito Ribeño, que hace parte de las llamadas danzas de negros o congos”.

En su debut impactó mucho, por­que estaba integrada en su mayoría por niños y jóvenes, algo novedoso para la época, al punto que opacaron al Toro Grande, rememora ‘Foncho’ Fontalvo. “Entre los fundadores es­taban Pedro Zamora, José Trinidad Barrios, Anselmo Ríos y El indio Pedaña”, agrega.

Hace 48 años Alfonso Fontalvo Torres tomó el legado de sus ancestros para dirigir 'El Torito' | AL DÍA

Don Elías Fontalvo dirigió el gru­po hasta 1939, cuando cedió el mando a su hijo Campo Elías, quien la reviste de una fuerza social y política. En ese tiempo grandes personajes de la política nacional se vincularon de algu­na manera a la danza. Tal el caso del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, quien fue presidente ho­norario del grupo.

“Conservamos con mucho celo la carta original que en 1944 Jorge Eliécer Gaitán, siendo ministro del Trabajo, Higie­ne y Previsión Social, dirigió a mi abuelo para aceptar la presiden­cia de la danza. Aquí está la firma de su puño y letra. Gaitán estuvo en nuestra sede en cuatro ocasio­nes, a él le gustaba mucho visitar el ‘Club Selecto’, que quedaba por aquí cerca, en Rebolo, y luego se venía para acá. También eran visitantes habituales los expresidentes Al­fonso López Pumarejo y Alberto Lleras Camargo”, aseveró Alfonso Fontalvo.

“Ruego a usted y sus compañeros, recibir testimonio de mi sincera gra­titud por la distinción que me ha he­cho y que gustoso y reconocido acep­to. Hago votos por todos ustedes, tengan un feliz y próspero año y me suscribo como su atento servidor”, reza un aparte de la misiva que el 3 de enero de 1944 el excandidato presidencial Luis Carlos Galán di­rigió a Campo Elías Fontalvo.

En 1962, con el fallecimiento de Campo Elías Fontalvo, el turno de tomar las riendas del Torito fue para Marcos Fontalvo De las Aguas (padre de Alfonso), quien estuvo a cargo has­ta 1969. Desde entonces la responsa­bilidad de dinamizar y hacer crecer el prestigio de estos embajadores del Carnaval ha sido compromiso de Al­fonso Fontalvo, quien asegura no es­tar solo en esta misión.

La tradición se mantiene intacta con los mismos elementos, banderas y máscaras que datan de siglos pasados. Eso fortale­ce nuestras energías y nos muestra al mundo como un grupo honorable”.

Dentro de la evolución de este gru­po ancestral carnavalero cabe desta­car que hasta 1964 solo estuvo con­formado por hombres a los cuales denominaban ‘maricas’.

“Era un tér­mino que se utilizaba no para ha­cer referencia a la sexualidad, sino a aquellos hombres bondadosos que todo lo daban a cambio de nada, pero eran meros machos, albañiles, zapa­teros, leñadores, gente trabajadora que no mostraba ninguna debilidad. Solo hasta 1964 se abre el espacio pa­ra que sus mujeres también fortale­cieran el baile, algo que fue muy po­sitivo”, declaró Fontalvo Torres quien en 2005 fue elegido Rey Momo.

EXTRAÑO RITUAL EN EL CEMENTERIO

Los integrantes de la Danza del To­rito practican un ritual mortuorio an­tes de participar en los desfiles. El Sábado de Carnaval llegan en tropel al cementerio Calancala bailando en los pasillos entre las bóvedas. Tocan cada tumba hasta llegar al mausoleo donde reposan los restos de sus fun­dadores, los miembros de la familia Fontalvo.

A estas almas y a las de otras per­sonas que pertenecieron a esta re­conocida danza se encomiendan los nuevos toritos para pedirles que los protejan en el recorrido.

“La idea es invocar las almas de los difuntos que han hecho parte del Torito para evi­tar desgracias durante los cuatro días de Carnaval, esto es visto con mucho misticismo por las personas, pero es un ritual que nos ha permitido tener una fiesta en paz, ya que creemos que los difuntos nos protegen”, explicó Jo­nathan Fontalvo Torres, tamborero oficial de la agrupación y sobrino de ‘Foncho’.

Otro de los rituales del colectivo es visitar a los miembros más destacados de la danza a los que les dedican ver­sos improvisados alusivos a ese per­sonaje para proporcionarle energías previas al desfile.

Jonathan es, según su tío, el herede­ro que tendrá su familia para seguir siendo parte activa de las fiestas en honor al dios Momo.

“Aprendí a tocar el tambor desde los 4 años y también soy verseador. En el 2000, previo a una tarde de danza, el tamborero no había llegado y mi tío me preguntó si estaba listo para asumir ese papel ante el público del Rome­lio Martínez, y le dije que sí. Debido al buen papel que cumplí me quedé con el puesto y ya son 18 años con la res­ponsabilidad de darle ritmo a esta em­blemática danza”, asegura.

“El orgullo de ser Fontalvo es al­go muy grandioso porque le estamos dando larga vida a unas de las mejores danzas de Colombia, porque El Torito Ribeño es la madre de las danzas. Mi sueño era pertenecer a ella y extender el legado a mis hijos que también to­can tambor y nos acompañan durante los eventos carnavaleros más impor­tantes y gracias a Dios lo estoy cum­pliendo”.

UN FIEL VERSEADOR

“Yo no vine me llamaron yo no sé por­que será/ Yo no vine me llamaron yo no sé porque será/ Yo me vine pa’l Tori­to, vine en busca de la paz”, son algu­nos de los versos que se escuchan con fuerza en San Roque, los cuales son improvisados por Domingo Pérez Fon­seca, el popular Bacosó, a quien Joe Arroyo menciona en la canción Tania.

El 'Torito Ribeño' ha conquistado 35 Congos de Oro. | Archivo

Este repentista oriundo de Bocas del Río, corregimiento de Puerto Wilches (Santander), lleva 60, de sus 79 años dedicados a versear para él, o como lo dice él “bramando” puro sabor.

“Esta danza ha sido para mí la uni­versidad de la vida, he desarrollado en seis décadas una gran inventiva. Me han hecho muchas propuestas para integrar otros grupos, pero aquí me siento en familia, el director jamás nos ha regañado, porque aquí reina el respeto, somos personas de diferentes generaciones, pero con una misma pasión por estas fiestas, por eso le he sido fiel al Torito Ribeño”.

TIENEN SU PROPIO MUSEO

Los 140 años del Torito Ribeño es­tán encapsulados en un museo que ocupa la sala y un pasillo de la Casa Cultural Danza El Torito.

Allí se pueden observar fotografías de destacados personajes de la mú­sica, el deporte y la sociedad. También los diferentes reconoci­mientos entregados a los Fontalvo.

“El 23 de enero de 2011 con el apoyo de Gases del Caribe construimos es­te espacio que ha servido para mos­trar nuestros orígenes a estudiantes de colegios, instituciones técnicas y universidades. Tenemos, por ejem­plo, la primera máscara que usó mi abuelo y el tambor utilizado para amenizar el primer desfile. También el sable que el maestro Elías Fon­talvo utilizó cuando participó en la Guerra de los Mil Días, disputada en­tre el 17 de octubre de 1899 y el 21 de noviembre de 1902. Posteriormente nace la primera programación del Carnaval con la Batalla de Flores”, precisa Alfonso Fontalvo.

“El Torito es sinónimo de tradi­ción, así de sencillo, la familia Fon­talvo sin tener grandes recursos ha logrado darle cimiento al Carnaval y eso es algo por lo que me esmeraré hasta el final de mis días”, proclama orgulloso.

El próximo 28 de enero participa­rán en la Tarde de Danza en la Plaza de La Paz, donde serán los grandes homenajeados.

También han confirmado su parti­cipación en Batalla de Flores, Gran Parada de Tradición y en el Festival de los Congos en Galapa que se cum­ple el lunes de Carnaval.

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