¿Qué Pasa?

ESPECIAL | ¡Tourette, el síndrome que Camilo convirtió en chiste!

A Sánchez solo le tiembla el cuerpo, no las ganas de triunfar en la comedia.

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A simple vista es evidente que algo no está bien, “y es que para no verlo toca ser muy poco detallista”, como él mismo lo dice. Casi todo su cuerpo se mueve a partir de un tic nervioso en el hombro derecho, reflejo agresivo propio del síndrome de Tourette. Una patología que no es más que un chiste para Camilo Andrés Sánchez Forero, una de las grandes revelaciones del humor colombiano.

Con solo 22 años Camilo Sánchez fue proclamado como el mejor comediante del año en el programa de televisión Sábados Felices, espacio insignia del humor nacional. Además acumula en su haber otras distinciones locales, y presentaciones internacionales en países como México, que significan verdaderas pruebas de fuego para los humoristas debido al constante surgir de nuevos talentos.

Desde Bogotá, vía telefónica, Camilo le contó a AL DÍA detalles relevantes de su carrera y cómo el Tourette lo llevó a vivir una pasión jamás contemplada por él. Nació en Chía (Cundinamarca) y ahora nos explica de qué forma sorteó una patología caracterizada por movimientos involuntarios en diferentes partes del cuerpo, representados en gestos bruscos o incluso sonidos no controlados.

En el caso de Camilo, el Tourette le provoca un tic fuerte en el hombro derecho, le causa que casi todo el cuerpo le tiemble como gelatina —“es que es muy notorio, el que no lo vea es porque seguro tiene Tourette y no le han dicho—, pero esto para nada le impide mantener una fluidez permanente en sus rutinas: su voz es clara y de tono ameno, conecta de inmediato con el público. No siendo más, con ustedes, Caaaaamiloooo Sáncheeeeeez….

P.

¿En qué momento le diagnosticaron el síndrome de Tourette?

R.

Los tics comenzaron cuando tenía 7 años: primero con movimientos en la nariz, luego en los ojos y fue cambiando en otras partes del cuerpo. Hace 3 años se hizo fuerte el tic del hombro (derecho), me preocupé y consulté a los especialistas.

P.

¿Fue complicado diagnosticar esta patología?

R.

Para que me diagnosticaran fue un proceso largo, porque la medicina acá es muy mala y hacen las cosas para salir del paso. Como por momentos, en los que me concentro o me relajo, me quedo quieto, entonces decían que tenía eran mañas (o manías), que no era nada grave. Exigí exámenes musculares y en el sistema nervioso, entonces comenzaron a descartar hipótesis. Solo un neurólogo, que por momentos daba citas gratis, me atendió y ayudó a determinar que tenía Tourette.

P.

¿Cómo asimiló el hecho de darle nombre a la enfermedad?

R.

Cuando me dicen que tengo el síndrome realmente fue un alivio, porque yo sabía que tenía algo, pero lo frustrante era que no sabía lo que era. Ya con el nombre comencé a encontrar más información.

P.

Cuentan que la comedia fue algo así como un accidente. ¿Qué buscaba ser antes de eso?

R.

Yo quería actuar o hacer televisión (producción), pues estudié cine y televisión, pero nada de eso se me daba. Fueron dos años muy malos (2015-2016) en los que estaba grave en lo económico y moral: eran tiempos en los que podía levantarme a llorar cada día.

P.

¿El Tourette tuvo algo que ver con los malos resultados en la actuación y demás?

R.

Siento que con la actuación tuvo que ver mucho el Tourette, porque ni la oportunidad de actuar tuve. Me miraban y listo, decían ‘¡descartado de una!’. Y en cine pues es muy duro acá en Colombia.

P.

Dicen que incluso contempló la idea del suicidio…

R.

Eso fue un pensamiento, pero hasta ahí, nunca llevé a cabo un atentado en mi contra, además porque no sería capaz. En un momento en esos dos años que me fue mal, cuando no me aceptaban como actor la carga era tal que me llevó a pensar en eso, tenía muchas presiones, estrés, días muy malos.

P.

Aparece la comedia y lo rescata…

R.

Tengo un amigo con el que solía reunirme para escucharnos nuestras penas (risas), todas las noches era así. Y una de esas noches nos pusimos a ver un especial de comedia de Carlos Ballarta, y dije ‘uy qué chimba, quiero esto’, fue así, rápido, sin pensarlo, porque además qué más daba.

P.

¿Cuándo comienza su vida como humorista?

R.

Me convertí en comediante hace año y medio. Me presenté en un club open mic en Bogotá (A Seis Manos), esa primera vez no me hablé del Tourette, porque no era capaz, pero curiosamente, cuando en medio de la rutina expliqué lo que tenía, la gente comenzó a reírse, hubo conexión, entonces decidí mostrar de forma chistosa lo que me ocurría con esta enfermedad.

P.

¿De qué manera construye sus rutinas?

R.

Las rutinas salen a partir de cosas que he vivido, historias que me han ocurrido o situaciones en general que quiero decir. Una rutina, entre más sincera, es mucho mejor.

P.

¿Cómo cuidarse de no depender siempre del Tourette en las rutinas o no le presta atención a eso?

R.

No quiero que mi humor dependa solo del Tourette, porque tengo mucho material para explotar. Quizá en 20 años no hablaré de lo mismo, pero ahora en el principio es elemental hablarlo, porque es evidente y toca explicarlo, ahora mismo es necesario contar de qué se trata mi enfermedad y debo explicarlo en medio de rutinas. Con el pasar del tiempo contaré historias referentes a la época y seguro será diferente.

P.

En esta época se habla mucho sobre el matoneo. ¿Cómo sorteó esa situación en su infancia?

R.

Me la montaban mucho, porque era un punto fácil para cogerme de parche: un pelao con tics era presa fácil, pero fíjate que eso me ayudó a volverme fuerte, porque aprendí mañas pa’ montársela a los demás, incluso montármela a mí mismo pa’ que los demás no le vieran chiste al cogerme de parche (risas).

P.

¿Es cierto lo que refiere en sus rutinas sobre la gordita que lo matoneaba?

R.

Pasaba en el colegio (risas). Era una compañerita gordita que me la montaba y yo decía, ‘pero cómo si usted es gorda’ (risas), entonces nada, yo se la montaba por gorda y quedábamos a mano.

P.

¿Ha pensado operarse o tratarse con recetas médicas radicales para no presentar estos tics?

R.

Esta es una enfermedad neurológica, entonces no tiene cura. Pues a mí me han recetado medicamentos para aliviarme los tics, pero son compuestos muy fuertes, a las farmacéuticas nos les interesan los efectos secundarios, solo vender. Entonces pueda que me receten medicinas que me quitan los tics, pero tienen otras 14 contraindicaciones que pueden afectarme de otra forma. Entonces para qué tratarme con esos medicamentos o una operación que igual me dejará como un zombi. Como estoy me siento muy bien (risas), con decirle que me preocupa más que me dé una gripa.

P.

Entonces aprendió a tener una vida normal: diversión, amistades, amor….

R.

Salvo los tics, la vida es normal (risas). Las actividades que hacen que el cerebro esté concentrado ayudan mucho a que no se manifieste el Tourette. La gente cree que uno no puede montar cicla o tocar guitarra y sí, son de las cosas que más me gusta hacer, es cosa de concentrarse y relajarse, pasa incluso con el sexo para ir quitando dudas (risas), aunque lastimosamente esos tics no me convierten en una máquina sexual (risas), la vida es así de dura.

P.

¿Qué tantas oportunidades existen en Colombia para las personas con discapacidad?

R.

Yo diría que son pocas las oportunidades, pero pa’ todo el mundo en general, no solo para los discapacitados. Las grandes oportunidades son para aquellos que están en la rosca, porque en general el país está mal, ahora peor si tienes Tourette (risas).

P.

¿Pensó que la comedia le daría tantos éxitos en tan poco tiempo?

R.

Nunca imaginé esto. Aún me despierto y creo que estoy soñando, no dimensiono que pasen cosas tan grandes, que opino son el resultado de ese amor mutuo, porque cuando algo (comedia) te da tanto, tú te vuelves fiel a eso y te entregas igual, entonces se ven los resultados. El humor me permitió hablar del Tourette, algo sobre lo cual me daba miedo expresarme y ahora es un chiste.

P.

¿Cuándo viene a Barranquilla?

R.

Estoy trabajando en la agenda de una gira nacional en 2019, y Barranquilla está entre los planes, así que el otro año estaré en esa hermosa ciudad.