¿Qué Pasa?

Qué es Barranquilla, ser corroncho y la soledad: una columna de Nelson Pinedo

Fragmentos de una nota autobiográfica única. Un texto de Nelson Pinedo, convertido en columna para AL DÍA.

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Final de nota autobiográfica de Nelson Pinedo, como la escribió en un libro de Édgar García, Flash, quien la compartió con AL DÍA para esta columna:

No hay palabras para describir los sentimientos que nos embargan, no solamente a mí, estoy seguro que a cualquier barranquillero que por los avatares de la vida se mantiene un poquito distante, una distancia temporal, pero para mí es una vaina, mira que yo soy una persona que me precio de tener buen léxico.

Cuando me toca describir a Barranquilla me llega esta frase: “Barranquilla es para mí, una ciudad mágica”, tiene magia yo lo he venido corroborando después de mis viajes por tantos continentes. He conocido muchas ciudades y la magia de Barranquilla radica en que hay muchos que viven aquí y que dicen que son barranquilleros y son barranquilleros asimilados.

Te voy a decir el porqué de la magia de Barranquilla: mi madre era cachaca, fue traída de brazos por mi abuelo a Barranquilla. Yo soy un corroncho, hijo de cachaca, mi vieja no aceptaba la broma porque yo le decía, “mamá tu eres una barranquillera reencauchada” y a ella no le gustaba, decía: “¡qué falta de respeto es esa!”, y aseguraba que era de Barranquilla.

Yo conozco ilustres loriqueros que adoran a Barranquilla, los Char, y son eminentemente barranquilleros. Y una cosa que yo le debo a Barranquilla es que yo bebí, abrevé la idiosincrasia nuestra de que nosotros somos tan extrovertidos, tan amigueros, el dialogo muerto, es un dialogo que rompe paradigmas, no somos protocolarios, el ser corroncho es un patrimonio de nosotros los barranquilleros. El corroncho hay que saberlo ejercer.

Hice una descripción de un típico corroncho, un señor con su barriga cervecera, en short, pantuflas, en la recepción del hotel, pero es un tipo de una cultura y un apellido de ancestro, aristócrata, pero defeca y todo, es un corroncho bacán. Un amigo describió a Colombia “tu tierra es una putería”.

La Sonora…

Hablemos ahora de la Sonora Matancera: yo nunca me salí de la agrupación, el arte de vivir en este mundo, es saber trajinar con las dificultades y con los oponentes. Viviendo en La Habana con mucho éxito un día recibo una llamada telefónica desde Barranquilla de don Roberto Esper, que en esa época traía artistas internacionales. Pensé que me llamaba para contratarme a mí, pero no, quería que lo contactara con Bienvenido Granda. Y me dijo que había disponibles para él 1.500 dólares para dos semanas de actuación, una suma astronómica, en lejanía con lo que ganaban los cantantes y músicos de la Sonora; había mucha explotación por parte del director.

Cuando le dije a Bienvenido lo del contrato y lo que iba a ganar, me dijo que no le dijera nada al director de la Sonora porque después no lo dejaba ir. Y me dijo que no volvería, que ese dinero era mucho y que se iba para otra parte y no volvió. Eso molestó a Rogelio que pensó que yo tenía que ver con ese contrato y no fue así; pero, luego de ese episodio, Rogelio dijo un día en una memorable entrevista que la memoria de la Sonora era Nelson Pinedo, y lo manifestó en México cuando nos hicieron el homenaje donde el gobernador del Distrito Federal nos condecoró. Y los periodistas en la rueda de prensa le preguntaron que quien hablaría en nombre de la Sonora y Rogelio dijo que lo haría yo.

Y es curiosa esa distinción porque yo no tenía nada que ver con la Sonora, yo simplemente era contratado nada más. Si yo hubiera seguido con bronca con Rogelio no me beneficiaba en nada, yo usé lo del viejo zorro, le fui dando a entender quién era yo, con un puño de hierro envuelto en un guante de terciopelo. Rogelio: tú eres un corrupto de tu madre, dueño de la Sonora, pero te encontraste con un corroncho rebolero triplehijueputa…

La Sonora se acabó porque se murieron todos. Quedaron dos, el marido de Celia y el primer trompetista Calixto. Mira el cambio que yo le di a la situación, que Rogelio llego a pensar que el único que podía hacer la segunda etapa de la Sonora era una persona como yo y eso se llegó a hablar.

Yo tengo una carpeta que se llama “La Nueva era de la Matancera”, le monté un jingle: “La nueva era de la Matancera es la que llega con su rico son”.

Yo me encontré en New York con un millonario venezolano que me dijo: “Nelson, qué dinero necesita usted y qué proyecto puede montarme para la segunda etapa de la Sonora Matancera”.

Le dije: “Bueno yo lo tengo escrito y le tengo el título “La Nueva era de la Sonora Matancera”. Hay que montar tres oficinas: una en Caracas, otra en Miami y otra en New York. Yo voy a hacer una nueva Sonora. Todos los músicos se jubilan, pensionados con sueldos, se quedan en sus casas, Rogelio jubilado, pensionado, con sueldo de participación de lo que ese proyecto produzca como fundador y creador, y aparecerá una nueva era de la Matancera con artistas jóvenes, un tren delantero de cantantes, con una guitarra que a él no se le oyó, aparecerá una guitarra eléctrica con un swing moderno tipo Shakira, eso con mi criterio”.

El millonario dijo. “Esa vaina es para ayer”, y yo le digo, “espérate, hay que hablar con Rogelio”. “Entonces lo dejo a tu disposición”, manifestó el venezolano.

Nelson en su soledad...

Quiero explicar la soledad del artista. Después de un espectáculo, en un lleno de más de 100 mil personas, ¿y qué pasa? Esa soledad yo he podido controlarla, he aprendido a vivir con esa soledad, los artistas la llamamos: “Los compases del silencio, del escenario, lo del artista”.

Yo soy dueño de esa soledad. Pero hay una soledad que muy pocos artistas aprendemos a dominar, que es no bajarse del escenario, sino cuando te quedas largo tiempo sin subir en el escenario, ese es el silencio más tétrico porque empiezas a hacer preguntas, ¿me estarán olvidando?... ¿Me llegó la hora del retiro? A eso lo llamamos “El silencio tenebroso”.

Me han preguntado qué hago cuando paso meses sin trabajar, meses no, años esperando contrato. Ha habido silencio. Me recojo en mí mismo, la familia no está diseñada para eso porque a uno le entran una serie de perturbaciones emocionales en el estado de ánimo y si no sabes catalizar eso, sufre la familia. Te vuelves huraño, introvertido, pero yo desarrollé una terapia que no puede dominar en su totalidad, la hacía Sinatra, me enteré cuando leí su biografía My Way (A mi manera) y así me encontré conmigo mismo. Los silencios los llenaba metiéndose al estudio oyendo sus discos.

Y algo macabro: se han muerto todos mis compañeros, solo quedan dos. ¿eso conviene para los contratos?... ¿Me contratarán más ahora?... Llegará el momento en que te anunciarán el “Sobreviviente de la Sonora”. No habiendo competencia, ¿Te salen más trabajos?... No ha sido así, al ir desapareciendo los cantantes, parece que eso adelantó la desaparición de la Sonora, dejaron de llamarla porque le faltó el tren delantero y ahí quedó demostrado que la Sonora sin los cantantes no era la Sonora.

Sentí un bajonazo, ya no me llamaban, el problema es que empezaron a ir los claves, había que inventar una Sonora para acompañarles, pero fue desapareciendo la materia prima del tren delantero. Es un fenómeno: al ir desapareciendo los cantantes después de festejar en New York, empezaron a morirse todos en fila. Me preguntaba, ¿cuándo me pasarán la papeleta?...