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“El estadio Édgar Rentería me dio envidia de la buena”: Moisés Alou

Alou, de 51 años, ganó junto a Rentería con los Marlins la Serie Mundial de 1997.

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La primera impresión que deja cuando alguien se le acerca parece ser de un hombre con carácter fuerte y de pocos amigos, pero esa imagen cambia totalmente cuando entras en diálogo con él.

A sus 51 años Moisés Alou sigue amando el béisbol, este expelotero de Grandes Ligas fue clave en la conquista de los Marlins de la Florida en la Serie Mundial de 1997.

El dominicano estuvo 18 temporadas en las Mayores con siete equipos diferentes, y fue uno de los invitados especiales en la inauguración del estadio de béisbol Édgar Rentería.

Antes de partir a su país de origen, charló con AL DÍA.

P.

¿Cómo ha sido estar en Barranquilla?

R.

Me siento muy bien. Finalmente poder venir a Colombia, nunca había venido. Solo es por dos días, pero como no venir y apoyar un gran gesto de la ciudad de Barranquilla de reconocer a uno de sus hijos como es Édgar Rentería. Me dio envidia de la buena, desearía que nosotros en República Dominicana tuviéramos un estadio tan bonito como este de Édgar Rentería. Ojalá algún día se pueda lograr allá. Siempre he sido un fiel luchador de que se apoye más el deporte y el béisbol. Me avergüenzo a veces de mi país por la razón de que nosotros somos fuera de Estados Unidos el productor número uno de los jugadores de las Grandes Ligas, y que nosotros no hayamos contado con el apoyo de las autoridades y no hemos tenido mucho éxito en eso.

P.

¿Cómo recibió la noticia cuando Rentería lo invitó a estar en este homenaje?

R.

De verdad de fue una gran casualidad. Dios pone las cosas juntas a veces. Ahora mismo soy el director de las selecciones de República Dominicana en el terreno de juego, y era un motivo también para venir a Barranquilla. Yo no iba a poder asistir por algunos compromisos que tenía en República Dominicana, pero pude lograr venir aunque me perdí de una actuación de mi hija en el colegio, pero aquí estoy muy contento.

P.

¿Cómo es su relación con Édgar Rentería?

R.

Tenía rato que no lo veía. Édgar y yo fuimos grandes compañeros. El béisbol es un juego que une mucho, a países, amigos. El 99.9 por ciento de los jugadores de béisbol son grandes personas, no sé si es que el juego los convierte o llegan siendo buenas personas, pero de verdad que sí. Yo tuve la oportunidad de jugar 18 años en las Grandes Ligas con siete equipos diferentes y para mí eso fue una bendición. Desde que conocí a Édgar en 1996, yo aún estaba en los Expos, sabía que era un muchacho con mucho talento y muy respetuoso. Después jugamos juntos en 1997 y ganamos la Serie Mundial. ¿Hablar de Édgar Rentería en las Grandes Ligas es referirse a qué? De un gran jugador y persona. Édgar tiene ese corazón de crecerse en las situaciones importantes del partido.

P.

¿Una anécdota que recuerde junto a Rentería?

R.

Jajajajajaja. Son tantas. Pero yo siempre recuerdo que nosotros nos sentábamos en la parte trasera del avión, ahí siempre estaban los latinos y los morenos, y Édgar se sentaba con nosotros y cada vez que el avión despegaba siempre decía cuánto dinero tienes tú y nos preguntaba a varios, luego decía aquí nadie tiene nada ahora mismo todo depende es del piloto, eso le causaba miedo a algunos y risas a otros.

P.

¿Dónde estuvo la clave para que los Marlins ganaran la Serie Mundial 1997?

R.

Yo siempre digo que Darren Daulton, que en paz descanse, fue una pieza super clave para el equipo. Cuando él llega del equipo de Filadelfia fue una inspiración para nosotros. Él tuvo como 10 operaciones en las rodillas y llegaba al estadio temprano y se ponía hielo en las dos rodillas y duraba una hora sentado y después de la práctica se ponía hielo de nuevo. Vivía con hielo para poder jugar. Era un tipo que daba el cien por ciento en el terreno de juego, corría fuerte, ese año dio nueve triples. Él vio un equipo de los Marlins cómodo y al segundo día de entrenamientos recuerdo que nos llamó y nos dijo que teníamos que ponernos las pilas. Que teníamos un buen equipo, pero no veía la actitud para ganar y eso fue clave para lograrlo. Lo otro fue la relación que teníamos entre todos.

P.

¿Dónde cree que tuvo el auge de su carrera en sus 18 temporadas en Grandes Ligas?

R.

Siempre mi papá me decía que el punto clave de la carrera de un jugador llega como 29 o 30 años, a esa edad yo estaba con Houston y diría que sí. Mis mejores años fueron en Houston. Yo era un buen bateador, pero en Houston me convertí en un gran bateador. Ese fue el momento clave de mi carrera y donde me desarrollé como jugador.

P.

¿Cuál es el batazo que usted más recuerda?

R.

Fueron tantos. Si hubiese tenido el hit de Rentería para ganar la Serie Mundial (risas). Yo di muchos batazos en mi carrera. Diría que el doble que di en el décimo innings para ganar el Juego de Estrellas de 1994 en Pittsburgh.

P.

¿Cómo analiza hoy el béisbol de las Grandes Ligas?

R.

Es un béisbol diferente. Hay muchísimas nuevas reglas con las que no estoy de acuerdo y no voy a entrar en detalles porque no quiero crear ningún tipo de polémica. Pero eso de estar poniéndole un reloj a un partido de béisbol es algo que no es lo correcto, tú puedes tratar de agilizarlo un poco, pero no de la manera con esas medidas que lo hacen. Hay otra reglas que cuando yo jugaba no existían y era más divertido el partido.