El invento fue producto de una ‘pelea’ con los músicos con quienes tocaba fiestas a lo largo y ancho de su natal San Carlos
El invento fue producto de una ‘pelea’ con los músicos con quienes tocaba fiestas a lo largo y ancho de su natal San CarlosArchivo
Historias

El genio costeño que inventó el primer conjunto vallenato mecánico

También construyó su propio bajo eléctrico.

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En la casa que está al costado del árbol Orejero más robusto de San Miguel Abajo se escucha la parranda típica, que en el vallenato no es más que los instrumentos que llevan la base del género: caja, guacharaca y acordeón.

No huele a ron todavía pero la melodía de la Cachucha Bacana, del gran Alejo Durán, convida a apresurar el paso para ver el conjunto. En la sala de la vivienda un solo hombre, acordeón al pecho, toca y canta sin más músicos a la vista.


Este genio de San Miguel advierte que tardó un buen tiempo en el diseño de la ‘máquina vallenata’ | Foto : Eduardo García

Todo lo hace la ‘súper máquina vallenata’ que Aníbal Izquierdo Causil desempolvó por estos días para hacer su propio festival, debido a que su condición económica no le permite vivir en carne propia lo que cada año escucha al pie de un viejo radio, desde Valledupar.

Su invento —casi que inédito porque en 35 años solo lo ha sacado dos veces del pueblo— fue producto de una ‘pelea’ con los músicos con quienes tocaba fiestas a lo largo y ancho de su natal San Carlos, municipio en el medio Sinú cordobés.

“Un día cualquiera en una parranda los músicos, a quienes les compraba ron para que me acompañaran, me dejaron solo y les dije: ‘voy a inventar un mecanismo que toque los instrumentos para no necesitarlos nunca más a ustedes’ y entonces empecé a crear esta máquina”, relata Izquierdo ‘muerto’ de risa porque ahora el trago le “alcanza más”.

“Lo que pasa es que uno cuando está tocando y tomando quiere seguir y no aguanta que de un momento a otro los compañeros manifiesten que se van”, agrega en su fresca vivienda de San Miguel, a 44 kilómetros de Montería.

La ‘máquina vallenata’ de Aníbal está compuesta por un cencerro, una caja, una guacharaca y una tumbadora, que funcionan a través de una polea conectada a un aro de bicicleta desde donde se desprende un buje conexo a unos piñones,que presionan las enormes teclas fabricadas también por él y que arriman con ritmo sobre los instrumentos.

 

Esto es lo que puede lograr el ingenio de un hombre y el amor por la música | Vía Youtube


Todo es impulsado a través de un sistema conectado a un pequeño motor silencioso que no interfiere en las cadencias del conjunto. Así funciona el mecanismo Paseo, merengue y puya, son los ritmos que el ‘genio’ de San Miguel acompaña con su fantástico ensayo. La velocidad de los músicos imaginarios que no le exigen pago, la define con solo cambiar la polea de posición. Los repiques de la guacharaca y del cencerro también los domina con solo impulsar un pedal, justo en el momento en el que la sabrosura de la canción lo exige.


Aníbal es ebanista, oficio con el que se gana el sustento | Foto : Eduardo García

Aníbal primero fue músico de percusión, especializado en caja y tumbadoras, pero después se inspiró en el acordeón, aunque reconoce que no es profesional en el instrumento. Se sabe algunos temas sabaneros y clásicos con los que amenizaba momentos en fiestas rurales, justo con los músicos que lo dejaron solo. También le ha dado rienda suelta a la composición, incluso, el intérprete cordobés Miguel Cordero le grabó en diciembre pasado una canción Flor del Campo, en CA Estudios, del licenciado y arreglista Carlos Alvarado, en Cereté.

Describe como mejor consejera a su mujer, Beatriz Durante, quien hasta hace poco trabajó como secretariapero desde hace un tiempo lo acompaña en sus ocurrencias, entre ellas, la fabricación de un avión que tiene casi listo y que después de rodar por la calle principal del pueblo le faltó un poco de potencia para emprender vuelo.

“Por un lado me hace feliz todo lo que él inventa, pero por otro lado, me preocupa porque, sin tener un salario fijo, lo que trabaja a veces lo utiliza para comprar cosas para sus ideas y me da incompleta la plata para el mercado… alegamos por eso, pero volvemos a la felicidad sin perder mucho tiempo”, indica la ama de casa, quien lleva diez años viviendo con el ‘genio’ de San Miguel. Aníbal es padre de José Aníbal y Javier David, de 28 y 29 años.


Beatriz Durante es su compañera desde hace diezaños. La describe como su mejor consejera | foto : Eduardo García

El primero heredó el gusto por la música, toca la guitarra y canta serenatas en Cereté. En vista que no ha podido ganarse la vida como músico explota su otro arte, el de la ebanistería en su propio taller ubicado en el patio de la casa donde fabrica juegos de comedor, mesas, sillas, puertas y ventanas. Por su creatividad y seriedad Aníbal es reconocido en San Miguel, por las más de 500 familias que conforman los Causil, los Izquierdo, los Plaza, los Vásquez, los Doria, los Díaz, los Castrillón, los Barrera, los Arrieta y los Suárez.

“Pese a que él no ha contado con apoyo de los gobiernos locales y seccionales, para aprovechar mejor su creatividad, hay que resaltar que le impregna alegría a nuestra región, porque la gente viene expresamente a verlo tocar en su mecanismo”, narra Agustín Causil, primo de Aníbal.

Causil advierte que cuando Aníbal toca con su ‘conjunto’, los vecinos acuden a la sala y a través de las ventanas a presenciar el concierto vallenato que ameniza las tardes en el silencioso corregimiento. La brisa empieza a refrescar al tiempo que el sol se oculta en San Miguel y ya de regreso se va perdiendo en la distancia otro clásico de los homenajeados hermanos Zuleta, mientras Aníbal disfruta sin más músicos su propio festival.