Historias

Especial | La historia de un hombre obsesionado con una niña de 15 que terminó en tragedia

Dos relaciones repentinas marcaron la vida de Jordana.

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Tan sorprendente como conocer el jueves antepasado la noticia de que un hombre en Juan de Acosta asesinó a cuchilladas a su compañera sentimental, y luego se suicidó de la misma forma; resultó saber que la víctima de la brutal agresión era una niña de apenas 15 años; y él un sujeto de 42, es decir, mayor que ella 27 años.

Este fue el mensaje que le dedicó en Facebook Jordana a Key Cantillo, de quien se había enamorado.

Pero eso no era todo, la relación de la inusual pareja databa de hacía 2 años y 9 meses, lo que significa que eran marido y mujer cuando ella apenas asomaba a la pubertad, a los 13.

Ante semejante despropósito social y sentimental que no admite argumentos pueriles y frívolos como que, “el amor no tiene edades”, dada la considerable diferencia cronológica de la pareja; surgen varios interrogantes. ¿Cómo ambas familias, pero particularmente la de la niña, permitieron esta relación? Los padres de la menor argumentan que expusieron el caso ante el Bienestar Familiar, y que la entidad asumió el proceso y luego lo abandonó ¿Qué respuesta tiene el ICBF sobre el tema?

También saltan preguntas del fuero psíquico y científico. ¿Por qué alguien mayor, con una diferencia de edad tan marcada, puede fijar los ojos en una niña que prácticamente vio nacer?. Y no solo eso, crearse una obsesión con ella al punto que cuando esta decide finalizar la relación, provoca esta tragedia en la que él mismo resulta víctima. ¿Qué puede estar pasando en la cabeza de alguien cuando se da toda esta cadena de hechos?

INICIO DEL ROMANCE

La historia que marcaría a Jordana Andrea Echeverría Vásquez y Simón Eduardo Jiménez Maury, los protagonistas de esta tragedia se puede decir que data de abril de 2002. En ese entonces Arlys Vásquez Gómez y Sixto Echeverría Camargo, padres de Jordana, decidieron terminar su relación de cinco años en la que tuvieron dos hijos: un varón y una niña, Jordana, en ese entonces de 11 meses de nacida.

Jordana se quedó conmigo hasta los 4 años, porque el papá y mi suegra consideraron que era lo mejor, pues no querían que le pusiera un padrastro que la fuera a maltratar”, precisó la mamá.

“Ella quedó bajo mi cuidado y siempre estuvo bien. Jordana era muy juiciosa, aplicada en el colegio y se la pasaba diciendo que sería doctora”, dijo por su parte Dunia Camargo, abuela paterna de Jordana. A mediados de 2014 Sixto Echeverría se mudó con sus hijos y una nueva mujer al Vaivén, corregimiento de Juan de Acosta.

Sixto y Dunia, padre y abuela de Jordana.

En la nueva vivienda Jordana conoció a Simón Eduardo Jiménez Maury, hermano de su madrastra. En ese entonces ella tenía 13 años y él 40. “No hay explicación, me enamoré”, le dijo Simón a Dunia y demás familiares cuando le preguntaron el porqué de una relación tan disímil, que tardó pocas semanas en florecer.

“Jordana era una niña y se dejaba envolver con cuanta mentira le decía Simón, le compraba una cosa, prometía otras tantas. Él se aprovechó de ella, por él dejó los estudios hasta octavo grado”, recalcó la mamá de la menor.Tanto era el descontento de Arlys con lo que estaba pasando con su hija que llevó el caso a la Comisaría de Familia del pueblo.

“En enero de 2015 nos apropiamos del proceso de Jordana”, confirmó José Reyes, comisario de Juan de Acosta

LAS COSAS EMPEZARON A SALIR MAL

Tras la denuncia, la Comisaría de Familia con base en el delito de acceso carnal abusivo con menor de 14 años, llevó a Jordana a un hogar sustituto en Baranoa, en febrero de 2015. “Ella mostraba mejorías al principio, pero pasaron los días y empezó a ‘volarse’ para llamarlo (a Simón). Ante esto el papá decidió que debía estar con ellos”, precisó el comisario.

Pero, ¿por qué si había un delito, no hubo cárcel para Simón? “El inconveniente que siempre existió fue la negativa de Jordana para hacerse los exámenes médicos legales que requieren las autoridades para proceder contra un victimario.Ella solo decía que no quería meter en problemas a Simón”, añadió el comisario Reyes.

Aquella denuncia del 4 de febrero de 2015 ante la Fiscalía no prosperó, y a los dos meses la niña cumplió 14 años, por lo que “el delito citado quedaba sin peso”, explicó el funcionario. AL DÍA trató de dialogar con la dirección del ICBF en el Atlántico, pero no fue posible ante la negativa del ente que solo se remitió a informar que su papel en este caso fue brindar acompañamiento con psicólogos requeridos por la Comisaría y darle un cupo en un hogar sustituto.

En Agosto de 2015 Jordana volvió al cuidado de su papá, quien la envió al barrio La Ceiba, en Barranquilla, a casa de un tío para que cuidara de ella y alejarla de Jiménez Maury. “Un día duró ella en mi casa. Ese hombre la mandó a buscar en un taxi y la sacó de acá”, expresó el tío José Hernández.

Para la psicóloga clínica María Eugenia Sarmiento, la actitud de la niña obedecía en ese entonces“al reflejo de una carencia de atención en el seno familiar, además de una falta de control en su crecimiento”. La adolescente vivió con Simón lo que parecía un gran amor hasta diciembre de 2015.

“Ella vino a mi oficina y puso una denuncia por violencia intrafamiliar contra el tipo. Solicitó medida de protección y se le brindó”, declaró también el comisario Reyes.

AL DÍA tuvo acceso la denuncia de Jordana y en un par de líneas se hace evidente el drama que empezaba a vivir. “Me celaba con un muchacho, una vez intentó ahorcarme y me desnudó para que no saliera a la calle”, denunció la menor.

OBSESIÓN MORTAL

A pesar de todas estas agresiones y abusos de los que era víctima, Jordana siguió viviendo con Simón. “Ella nunca se atrevió a dejarlo porque tenía miedo a que la matara o le hiciera algo a su familia”, aseguró una amiga cercana de la joven.

El 2016 en la Comisaría no supieron más de Jordana. “Nos enteramos de que vivió en Soledad 2.000, en Juan Mina y en El Morro”, comentó Reyes.

En octubre pasado la peculiar pareja volvió a Juan de Acosta. “Allí ella conoció a un cobradiario que la trataba bien y eso le gustó, además no quería seguir con Simón”, agregó la amiga. “El hombre se llama Key Cantillo Araujo (31 años). se conocieron acá y estaban enamorados”, sostuvo Luz Arteta, tía de esa persona que surgía en la vida de Jordana. “A mediados de enero se fue a vvivir con él en Puerto Colombia, estuvieron 20 días allá”, dijo la confidente de la joven.

Jordana se había enamorado nuevamente, esta vez de una relación “un poco más entendible”, lo cual sacó de casillas a Simón. “La niña llegó el miércoles (un día antes del homicidio) y tenía todo listo para irse de la casa, pero en eso apareció Simón”, añadió el Comisario.

“El jueves salí de la casa y me fui a trabajar. No escuché discusiones previas, todo estaba bien, hasta cuando me enteré de lo que había ocurrido”, afirmó la abuela paterna. A las 11 de la mañana del 23 de febrero Jiménez Maury arremetió con insultos contra la niña, cegado por los celos la atacó con un cuchilló la apuñaló hasta matarla, posteriormente se suicidó con la misma arma.

“Nadie mata a su pareja porque sí, necesariamente tuvo que haber maltrato previo, más que la diferencia de edad el problema era el comportamiento antisocial”, agregó Marfía Eugenia Sarmiento, quien también tiene un magister en siconeurosiquiatría y rehabilitación.

¿Quiénes fallaron en este caso? ¿las familias? El Estado acompañó hasta cuando la niña cumplió 14 años, después las herramientas eran escasas antes las decisiones de esta y el actuar de sus parientes. “Los padres no pueden pretender dejarles las cargas al Estado, son ellos quienes deben vigilar los proyectos de los hijos”, concluyó la psicóloga Sarmiento.

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