Historias

Portar armas de fogueo no es un delito, pero sí hace un fuerte ruido en la delincuencia

Cuando las pistolas neumáticas toman el protagonismo en la inseguridad.

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Si usted es víctima de un atraco a mano armada no le daría tiempo de distinguir qué tan real es el arma de fuego con la que le están apuntando y mucho menos qué clase es. Por esa sencilla razón fácilmente entrega sus pertenencias porque se deja intimidar por el delincuente sin tener la posibilidad de darse cuenta de que se trata de un arma de fogueo, por ejemplo.

Lo cierto es que la modalidad que están implementando varios de los atracadores últimamente para cometer sus fechorías en la capital de Sucre y algunos municipios del departamento es la de usar armas de fogueo: primero por la facilidad para conseguirlas en el mercado y segundo porque en las caletas abundan y las alquilan por 15 y hasta 20 mil pesos.

Técnicamente un arma de fogueo se puede definir como una réplica muy parecida a las armas de fuego, con la diferencia de que solo cumplen con la función de disparar lo que comúnmente se conoce como “balas de salva” y que resultan inútiles con munición convencional, es decir, las balas reales. Son fabricadas con plástico o amalgamas.

En Sincelejo es muy fácil adquirir un arma de fogueo en cualquier centro comercial. El comprador solo debe llevar la plata y el documento de identidad. A cambio, recibe el arma, un certificado de procedencia legal de la misma y un carné. Lo único que debe cambiar el cliente regularmente es el proveedor con las balas. Este puede tener un precio de entre 50 y 55 mil pesos, y también se puede conseguir de manera fácil.

En la capital sucreña también son comercializadas las armas traumáticas cuyo precio puede llegar hasta el millón cien mil pesos. Estas se caracterizan por ser réplicas de pistolas de cañón abierto por el cual se permite el paso de una bala de goma muy parecida a la real. Es decir, los cartuchos de estas no tienen proyectil lo que indica que aunque producen el ruido y la acción similar a un arma de fuego no causan daños. Así las cosas, la función principal sería la de dominar a un posible atacante, o en el peor de los casos, a la víctima, cuando son usadas para fines delictivos.

En el siguiente renglón están las de fogueo cuyo precio puede estar entre los 400 y 500 mil pesos, según un sondeo que hizo este medio en los almacenes especialistas de este tipo de armamento en la ciudad.

La fachada de este tipo de locales dan cuenta que comercializan “armas de autoprotección”, es decir, que su venta es libre y las pistolas que se compren deben ser usadas para la defensa personal, pero sobre todo en las casas, por lo que para portarla en la calle se debe solicitar el salvoconducto y permiso legal en este tipo de casos.

Según nos explicó un vendedor de estos elementos, las armas de fogueo tienen mecanismos diferentes a las armas de fuego, aunque al verlas a simple vista los movimientos le dan bastante realismo a la acción de dispararlas. Con sus mismos efectos visuales y sonoros aparentan ser completamente reales, pero la única opción que no pueden hacer es la de disparar una munición auténtica.

Comportamiento contrario

Por sus características constructivas y de uso, su clasificación legal no es la misma que las armas reales, según reportan las autoridades. Sin embargo, para la Policía Nacional es claro que portar armas de fogueo no es un delito sino un comportamiento contrario. Usarla se convierte en un agravante cuando tiene fines intimidatorios al emplearla en las diferentes modalidades de atraco a personas, comercio y vivienda.

El mayor Juan Pablo Rodríguez Carranza, comandante operativo de la Policía en el departamento de Sucre, aseveró que lo que se le exige a la persona al momento de encontrarle este tipo de armas es la factura legal de compra y un carné que le entrega la persona que se la vendió.

“Podríamos encontrar un vacío posiblemente en la parte donde debería exigirse a la persona que va a adquirir un arma de fogueo una verificación de antecedentes penales con fundamento en una base de datos y que no se le haya aplicado ninguna sanción por el Código de Policía, al igual que cuando se tiene un arma de fuego, porque podría ser una persona que repita algún tipo de mal comportamiento”, expresó el oficial.

Dejó en claro que esta es un arma que solo genera ruido, pero crea impacto de intimidación por las características en cuanto a forma y aspecto porque son iguales a las reales y más a las que utiliza a Policía Nacional.

No le imputan cargos

Un juez de conocimiento consultado por este medio indicó que no se puede imputar cargos por portar armas de fogueo porque no es un delito. Sin embargo, reconoció que estas sí logran intimidar a la persona y se puede correr el riesgo de que el atracador ejerza violencia contra su víctima.

“Es muy difícil que se impute hurto calificado por ser este arma de fogueo. Sobre todo si se ejerce violencia, pero no se tiene establecida la idoneidad del arma. Si este está vinculando el arma de inmediato se procede a la incautación”, explicó.

En Sincelejo en las dos últimas semanas se han perpetrado atracos con estas armas de fogueo o defensa personal y esto ha hecho que la percepción de seguridad se perturbe.

Con información de: Ernesto Benavides y Lina Peña Zubiría.