¿Qué Pasa?

Esposa del director de Medicina Legal estaría implicada en el crimen según uno de los acusados

Los tres capturados aceptaron los cargos. $3 millones pagaron por el crimen.

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Un giro de 180 grados tomó ayer la investigación por el asesinato del director regional de Medicina Legal, Eduardo Pinto Viloria. El jueves, cuando presentó a los tres capturados, la Policía informó que se trató de “un hurto que terminó en asesinato”. Sin embargo ayer, en la audiencia de a los presuntos autores, se dijo que todo obedeció a un plan premeditado para matar al funcionario, por el que los homicidas cobraron $3 millones.


Eduardo Pinto, Víctima Mortal

“Le cobré 3 millones de pesos: 1 millón 500 antes y la otra mitad después; al final solo me pagó $2 millones 900 millones”, declaró en un interrogatorio, Jesús Antonio Gutiérrez Arrieta, alias ‘Chucho’, uno de los capturados. Ese dinero lo pagó, según ese relato, Johan Enrique Beltrán Ulloque, chofer de confianza de Pinto y su esposa, Dayana Hassim.

Ese y otros detalles de la investigación fueron revelados por la Fiscalía, en la audiencia de imputación de cargos contra ‘Chucho’ y los otros dos partícipes el conductor Beltrán; y Miguel Ángel González Reales, alias ‘Migue’, conductor del taxi que la madrugada del 4 de mayo movilizó a los asesinos.

Relato del crimen

Alias ‘Chucho’ comenzó su relato confesando que fue contratado por Beltrán (chofer de la familia Pinto), a quien en todo momento llamó Enrique. “A mí me pone en contacto con él un vecino del barrio”, dijo. El primer encuentro entre Beltrán y ‘Chucho’ se dio en la carrera 19 con calle 46, barrio San José, 15 días antes del homicidio.

“El señor me manifiesta que tiene un ‘trabajo’ para acabarcon la vida de un sujeto, que pagaría 2 millones 500 mil pesos; y que el señor es un ‘peo’, que es facilísimo acabar con la vida de él”. Llegan a un acuerdo y Beltrán (o Enrique) le dio la dirección de la casa del director de Medicina Legal, quien vivía allí con su esposa, Dayana Hassim De la Hoz, y el hijo de ambos. (calle 48 No. 1871, barrio Cevillar).


Johan Beltrán, conductor de confianza de la familia Pinto, fue el determinante del crimen | Foto: Al Día

‘Chucho’ aseguró que el chofer lo llevó al barrio y le mostró la casa. “Me dice que el señor que tocaba ‘trabajar’ (matar), anda en un Kia con placa que termina en 070, un automóvil. El señor Enrique me entrega una foto(de Pinto) para que le hiciera inteligencia”.

Lo siguieron

Pinto fue objeto de seguimientos sin darse cuenta, pero el plan no pudo llevarse a cabo antes del 4 de mayo porque íba había mucho tráfico o mucho personal. La demora desesperó a Beltrán, quien al no ver el resultado por el que pagó, citó a ‘Chucho’ en horas de la noche del 3 de mayo en la Cordialidad, entre carreras 21 y 22. En esa cita le dijo que al día siguiente había una nueva oportunidad para matar a Pinto, porque en horas de la madrugada iba a recoger y llevar a su esposa al aeropuerto.

“Él me había adelantado como un millón 400; me lo dio como 15 día antes del homicidio, en efectivo, en billetes de 50, en la bomba Las Estrellas. La noche anterior a los hechos me entregó 300 mil pesos, porque no tenían plata los muchachos y tocaba, para motivarlos que hiciéramos el homicidio”.

No levantar sospecha

Beltrán fue muy específico al requerirle a ‘Chucho’ que para llevar a cabo el ‘encargo’, era necesario que también lo ‘entromparan’ a él, para así no levantar sospechas de su participación. “Eso fue lo acordado el 3 de mayo, que pareciera un robo”. El declarante agrega que, además de ellos tres, en el asesinato participó alias ‘Ñeco’, un asesino a sueldo que reside en el barrio Los Olivos, y que no ha sido capturado. Luego de superar un impase con el taxi que conducía ‘Migue’ (una llanta espichada), recogieron a ‘Ñeco’. Antes de 3:10 de la madrugada Beltrán llamó a ‘Chucho’ para decirle que ya había llegado a la casa de los Pinto.

Los tres coautores materiales del homicidio se habían retrasado por el pinchazo, por eso Beltrán y ‘Chucho’ cruzaron varias llamadas antes del encuentro.

“Le digo que vamos por la Cordialidad con la 10, pero era mentira porque íbamos por el puente. Me dice que se dirige al aeropuerto, que por dónde vamos, que qué camino me sirve para que lo interceptáramos, le dije que tome la Cordialidad. Me dice que si lo podíamos interceptar en la vía, le contesto que claro, que eso es lo que podemos hacer”.

Hassim estaba tranquila

‘Chucho’ y ‘Ñeco’ se bajaron en la Cordialidad, entre carreras 10 y 9D, y frente a una carnicería se suben al auto. Por su relato no pareciera que con el taxi hubiesen interceptado el Kía Stylus, de placas IRY418, que conducía Beltrán y en el que iba la esposa del director de Medicina Legal.

“Ingresamos, yo por el lado del copiloto y ‘Ñeco’ detrás del conductor. Aclaró que la esposa del muerto (Dayana Hassim) escuchó todas las conversaciones que fueron muy claras entre el señor Enrique (Beltrán) y mi persona, que fueron unas 15 o 20 llamadas”, aseveró.

Las puertas del auto estaban sin seguro, Beltrán llevaba su ventanilla abajo y Dayana Hassin no presentó “ninguna reacción” cuando los vio subirse.

“‘Ñeco’ y yo al ingresar hacemos lo que nos pide el señor Enrique (Beltrán). La señora no mostraba ninguna inconformidad, de hecho, llegando a la vivienda manifiesta que ‘si estamos seguros de lo que vamos a hacer’, respondiéndole que no tenía de qué preocuparse, que ella ya sabía. Me pide el celular, que cómo va a llamar al esposo, que yo ya se lo había quitado. Y llama al muerto, manifestándole: ‘amor, se me quedaron unos papeles, ábreme’”. ‘Chucho’ advierte en su testimonio que nunca recibió una llamada de Dayana Hassim, ni que tuvieron un encuentro previo. “Cuando la interceptamos estaba tranquila, la reacción fue fresca. Yo hasta me pregunté si ella sabía, pero al fin no dije nada”.

Al regresar a la casa Eduardo Pinto estaba esperando a su mujer. Al ver la llegada del auto, y que nadie descendía, abrió el candado de la reja de la terraza. De inmediato ‘Chucho’ se baja, lo encañona y lo ingresa a la vivienda. ‘Ñeco’ baja luego con Hassim, y Enrique ingresa también.

Adentro del inmueble, en palabras de ‘Chucho’, Hassim “tuvo un cambio radical”.

“Cuando íbamos en el vehículo, la veía tranquila. Ya dentro de la vivienda la expresión fue diferente, se puso en un gesto más nervioso cuando la estábamos intimidando, ‘Ñeco’ llevaba un 38 y yo una pistola de fogueo”. ‘Ñeco’ amarró por las manos al funcionario, mientras ‘Chucho’ subía con Hassim al segundo puso. Llegaron a la habitación donde dormía la empleada doméstica de la familia, la despertaron y luego bajaron los tres. “Abajo, la señora me lleva hacia el clóset, saca un bolso y me dice que ahí está todo el dinero. Había unas pacas de billetes de 2.000 que sumaban 900 mil”. Al tiempo de que eso acontecía, ‘Ñeco’ subió al segundo piso con Pinto y se escucharon tres disparos. “‘Ñeco’ baja de inmediato, salimos y vemos que no está el taxi que nos transportaba. Salimos a la 18 con Cordialidad y en ese momento viene el taxista”.

Dudas por resolver

‘Chucho’ remató su relato del crimen manifestando cómo recibió el faltante del pago acordado con Beltrán. “Al final me dejó 1 millón 200, dos o tres días después del muerto, me los dejó con un conocido en la terminal, dinero en efectivo”.

Por ahora, con la aceptación de cargos de los tres capturados, quedó resuelto quienes fueron los autores materiales. Pero faltó por conocer qué motivos tuvieron para matarlo, y si hay alguien más detrás del plan criminal. Tampoco quedaron dudas de que el atraco fue una coartada para despistar a las autoridades. También está pendiente saber por qué el chofer Johan Enrique Beltrán organizó el plan criminal. Igualmente si es verdad la actitud que asuimió la esposa de Pinto, Dayana Hassim, cuando los asesinos ponían en marcha el plan criminal.

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