¿Qué Pasa?

¿Quién era el hombre asesinado en el norte de Barranquilla?

El pistolero que lo mató fue capturado. Se investiga si es miembro de una ‘oficina de cobro’ antioqueña.

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Con una pistola Pietro Bereta, equipada con silenciador, un sujeto venido de Medellín asesinó a Juan de Dios Perdomo Bonilla, de 52 años, quien supuestamente ocupaba el cargo diplomático de primer secretario del consulado honorario de Malta en Colombia, y también se hacía pasar como agente de jugadores de la Federación Colombiana de Fútbol, de acuerdo con el reporte de la Policía.

El homicidio ocurrió a las 11:30 de la mañana de ayer, en la carrera 53 con calle 94, barrio Altos de Riomar, un sector de ‘alto turmequé’ en la capital del Atlántico.

El reporte indica que Perdomo Bonilla se bajó de una camioneta Honda, placa HUV-919, caminó un par de metros y fue atacado a tiros por Kevin Samir López Mejía, un pistolero paisa a quien fuentes judiciales consultadas por este medio relacionan con la temida ‘Oficina de Envigado’.

Los tiros fueron certeros. Perdomo Bonilla fue impactado siete veces: dos tiros en el rostro, hombro izquierdo, antebrazo derecho, mano derecha, muslo derecho y muslo izquierdo. Murió a los pocos minutos en una clínica privada.

Un adolescente de 14 años, quien acompañaba a la víctima, quedó herido de un disparo en el glúteo derecho y se encuentra fuera de peligro.

LLENÓ DE ANTECEDENTES

Perdomo Bonilla era un hombre de contrastes: el boletín policial reseña que aparte del supuesto cargo diplomático que ostentaba, se hacía pasar por agente de jugadores de fútbol y había cursado estudios de ingeniería civil.

Pero también le figuran nueve anotaciones judiciales: estafa agravada (2016), alzamiento de bienes (2012), amenazas (2010 y 2007), hurto agravado (2010), daño en bien ajeno (2010), violencia intrafamiliar (2009), falsedad en documento (2007) y acceso carnal abusivo con menor de 14 años (2012). “Este homicidio podría tratarse de un ajuste de cuentas por los antecedentes de la víctima. Se sabe que tenía negocios con una escuela de fútbol”, afirmó el coronel Hugo Fernando Molano, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Barranquilla.

LO DEJARON TIRADO

Testigos contaron que el asesino estuvo rondando el lugar media hora antes de los hechos y no levantó sospechas porque estaba bien vestido y se ubicó debajo de un árbol como si estuviera cogiendo fresco o esperando a que lo recogieran.

Después de cometer el asesinato López Mejía trató de huir a pie y dicen que su plan era llegar hasta una moto que lo esperaba más adelante; sin embargo fue perseguido por los hombres que iban en la camioneta en la que se transportaba la víctima. Además una patrulla de la Policía que pasaba por el sector “se pilló la vuelta” y se unió a la persecución. Tras un corto intercambio de disparos con los policías López Mejía fue acorralado, reducido y golpeado por la comunidad. Los testigos cuentan que el hombre que lo estaba esperando huyó en la moto cuando las cosas se complicaron. A López Mejía le encontraron la pistola Pietro Bereta con silenciador que habría usado para cometer el homicidio, también un cargador adicional para esa arma y otra pistola, al parecer una CZ, también calibre 9 milímetros y con el proveedor lleno de balas. “Estaba bien armado, posiblemente no quiso exponerse a que lo mataran o a matar a otra persona y de cierta forma se dejó coger, porque la verdad era que ese man tenía munición para aguantar. Tampoco ha querido hablar absolutamente nada”, le dijo un investigador judicial a este medio.

Kevin Samir López Mejía será llevado hoy a audiencia y se espera que la Fiscalía entregue datos que permitan empezar a desentrañar lo que está detrás de este asesinato de alto nivel, con protagonistas tan particulares, y que sacudió la rutina del domingo de los habitantes de ese exclusivo sector del norte de Barranquilla.